TAMAULIPAS.- En medio de un debate que él mismo potenció al buscar el choque de trenes contra el presidente de la república, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, se sacó de la manga la amenaza de anular las elecciones por violaciones legales.
El asunto no es la decisión final, sino que el organismo ha sido incapaz de poner orden en el proceso electoral por la sencilla razón de que se convirtió en protagonista del evento por beneficiar a la alianza PRI-PAN-PRDCoparmex. La anulación de elecciones es una facultad del Tribunal Electoral y no del INE, por lo que la argumentación del consejero presidente se metió en territorio vedado y ajeno, bajo el criterio de que si no le alcanza de todos modos reparte.
La salida tangencial de la anulación, en una entrevista con Excelsior radio, parte de la insidia de culpar de todo al presidente de la república, sin reconocer que el INE con Córdova Vianello se montó en la ola anti Morena, publicó libros contra Morena con recursos del Instituto y elaboró un discurso antipopulista teniendo como destinatarios a Morena y al presidente López Obrador como destinatarios.
Lo que queda de esa nueva estación del conflicto preelectoral que ayudó a generar el INE es la certeza de que hay, sin duda, conflicto preelectoral, estallará otro el día de las elecciones y los dos se sumarán al conflicto poselectoral.
Morena tendría los argumentos legales para acusar al consejero presidente del INE y al consejero Ciro Murayama Rendón de meterse en el proceso electoral como protagonistas del debate y no sólo como organizadores de las elecciones. Lo malo fue el miedo a dar el paso final: cuando los dos consejeros tenían los argumentos legales para señalar al presidente de la república, se hicieron para atrás, recularon con temor y prefirieron hacerse a un lado.
En este contexto del choque se dio la amenaza del consejero presidente del INE de anular el proceso electoral Si el presidente de la república está interfiriendo en el proceso, el INE tiene facultades e instrumentos para procesar denuncias y sanciones y aplicar reglamentos.
Pero a la hora decisiva Córdova y Murayama no se atrevieron y ahí el proceso electoral quedó al garete, sin una autoridad superior que regulara los conflictos. En la historia electoral del país nunca se había dado una anulación general del proceso; en el 2006 el candidato López Obrador y sus abogados solicitaron iniciar un proceso legal de anulación por la interferencia del presidente Fox y la campaña amañada del candidato panista Felipe Calderón Hinojosa.
En esos momentos políticos, todo el aparato electoral estaba controlado por el PAN y el PRI y el consejero presidente del entonces IFE, Luis Carlos Ugalde, había sido puesto en el cargo por una alianza legislativa de la maestra Elba Esther Gordillo como jefa de la bancada del PRI y el PAN del presidente Fox.
Por tanto, el aparato electoral respondía a los intereses del establishment PAN-PRI. El problema del INE hoy es que tiene la responsabilidad de conducir el proceso por el camino de la certeza y la estabilidad, pero el activismo neurótico del consejero presidente lo llegó a ocupar los espacios mediáticos con amenazas, confrontaciones y provocaciones.
Lo que queda de cierto es que el proceso se salió del cauce de la estabilidad, que existen condiciones para un inevitable conflicto poselectoral y que el INE y su consejero presidente estará en el centro de las quejas de Morena y de la oposición si los resultados los afectan.
INDICADOR POLÍTICO / CARLOS RAMÍREZ
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021