Acudimos a las urnas 47.5 millones de personas, esto es 52. 7 por ciento del listado nominal y es la mayor participación ciudadana del siglo en una elección intermedia, que se instaló gracias al trabajo voluntario de 944 mil 10 funcionarios de casillas que lograron abrir el 99.84 por ciento de las casillas, junto
a ellos se sentaron 1 millón 123 mil 662 representantes de partidos políticos para cuidar el voto y avalar el cumplimiento de la norma en los comicios.
Esta numeraria que presenta el INE, es la forma más clara de explicar que las votaciones las hacemos todos, los que votamos, los que reciben el voto y los representantes de partidos que atestiguan todo el proceso y plasman su rúbrica, es una cadena humana bien aceitada que garantiza la transparencia y certeza de los resultados. Y sí, hay que repetirlo una y otra vez, porque muchos políticos y analistas no lo creen y andan buscando elucidaciones astrales.
Lo que sigue ahora es un procedimiento que marca la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, código que por cierto que es emanado del poder legislativo, donde todos los partidos convergen para establecer sus propias reglas del juego electoral, son los políticos lo que establecen las normas y luego le quieren achacar al regulador las inconsistencias legales. En esta jugada lo que sigue es la declaración de validez de las elecciones, la entrega de constancia a los ganadores y los reclamos serán en otra ventanilla.
“Los cómputos distritales corresponden a la tercera y última etapa en la que interviene el Instituto. El cómputo distrital de una elección es la suma que realizan los Consejos Distritales, con el acompañamiento de las representaciones de partidos políticos y candidaturas independientes, de los resultados anotados en las actas de escrutinio y cómputo que provienen de las casillas en cada distrito electoral” explica el INE en una tarjeta informativa.
A los inconformes se les detalla que aplica el voto por voto: Cuando no coincidan los resultados del Acta de Escrutinio y Cómputo del expediente de casilla con los resultados del Acta que obre en poder del Consejo Distrital o de los representantes de los partidos políticos.
Se detecten alteraciones evidentes en las actas. No exista el Acta de Escrutinio y Cómputo en el expediente. Existan errores o inconsistencias evidentes en los distintos elementos de las actas. El número de votos nulos sea mayor a la diferencia entre los candidatos ubicados en el primero y el segundo lugares de la votación. Todos los votos depositados hayan sido a favor de un mismo partido político. “El recuento de votos es, en muchos casos, el reflejo de una competencia electoral reñida que exige la verificación de los resultados”.
Así que no se hagan los inocentes, ni los sorprendidos con los resultados, todos los políticos y partidos conocen bien esta metodología, pues ellos la diseñaron, sin embargo, en un afán protagónico se hacen los desentendidos intentando que la ciudadanía critique al interventor. Pero ni cómo, si la elección es de los ciudadanos.
Lo que los personajes y partidos caídos en desgracia deberían estar haciendo ya, es una profunda reflexión interna, sé que muchos ya lo han dicho, pero ninguno hace caso, no traten más de minimizar la voluntad ciudadana. Respeten, sin alharaca, lo que se les dijo en las urnas.
En el recuento de los daños, no hay vasos medios llenos o medios vacíos, todos se equivocaron y tanto quienes se desgarran las vestiduras por la derrota como quienes celebran victorias insospechadas, ya conocen el poder del voto, ahora ya saben que nosotros, los votantes no somos los de antes.
Son bien maletas los jugadores y le quieren echar la culpa al árbitro.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE