20 diciembre, 2025

20 diciembre, 2025

Reflexión y análisis

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Como se ha vuelto costumbre, tras los comicios electorales, llega una ola de denuncias de irregularidades e impugnaciones de los resultados.
Está bien que así sea.
El sistema electoral mexicano está dotado de una buena cantidad de mecanismos que otorgan a quien se sienta afectado, la posibilidad de reclamar lo que considere justo.
Hay suficientes instancias para atender sus denuncias.
La primera radica en los consejos electorales, que pueden tomar la decisión de recontar tantos votos como crean necesario si se detectan las inconsistencias que marca la ley como causales para abrir los paquetes.
Por ejemplo, que las sumas no cuadren, o que la letra sea ilegible.
Es justo lo que está ocurriendo desde ayer y que en algunos casos podría prolongarse todavía hasta el viernes.
Después, los partidos y candidatos que sigan inconformes con los resultados pueden recurrir al Tribunal Electoral de Tamaulipas, donde una sala de magistrados analizarán el caso y definirán lo que crean más justo.
Si la decisión que tomen no los satisface, siempre podrán recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, misma instancia a la que podría acudir el candidato contrario si el resultado original llegara a revertirse.
Es verdad que la apertura de tantos paquetes electorales tras unos comicios tan tensos como los que acaban de desarrollarse, podría abonar aún más a ese clima enrarecido, pero si la ley lo contempla y las circunstancias lo exigen, a los candidatos no les queda otra opción más que tener paciencia.
Y hacer justo lo que, a su modo, están haciendo: vigilar que los cómputos y recuentos se hagan de manera correcta.
Una vez que estos concluyan, tendrán nuevas oportunidades de reclamar o denunciar lo que consideren necesario.
Ahora bien, con todo este andamiaje legal disponible, por los resultados del domingo,
el pronóstico es que serían muy pocos los municipios o distritos donde podría revertirse algún triunfo.
Aunque en su atropellada conferencia de prensa del martes, el “Cachorro” Cantú aseguró que tienen detectadas suficientes irregularidades para impugnar muchos municipios y distritos, la realidad es que el aparato jurídico de su partido está volcado en Nuevo Laredo, donde la diferencia de votos entre primer y segundo lugar dan margen para pensar en un eventual vuelco.
Y acaso podría sumarse en su estrategia, una batalla legal por el Distrito 14 donde José Braña derrotó a Mario Ramos por una diferencia de 2,341 votos, o el municipio de Jiménez donde hubo apenas 63 votos de ventaja a favor de Morena.
El dirigente estatal del PAN y próximo diputado local plurinominal, sabe muy bien que el resto de los resultados difícilmente se modificarán, y por el resto de su carrera tendrá que cargar con el estigma de ser el dirigente estatal que perdió para su partido los municipios más importantes del estado.
Un tono muy distinto al del dirigente estatal utilizaron ayer casi al mismo tiempo el gobernador Cabeza de Vaca y el presidente del Congreso, Gerardo Peña.
García Cabeza de Vaca recurrió a un clásico de la política para fijar su postura respecto a los resultados del domingo: “Ni las victorias, ni las derrotas son eternas”.
El diputado, aunque señaló que hubo desaseo y pidió esperar a los cómputos finales, reconoció que no hay forma de estar satisfecho con las votaciones.
Ambos acertaron con sus expresiones porque mostraron algo de lo que adoleció la reacción del “Cachorro”: reflexión y análisis, tan urgentes para el PAN si es que quiere dar vuelta a la página y recuperarse en el 2022.

LA PELEA POR EL DISTRITO 21
Ayer por la noche, los morenistas seguían
a detalle el recuento en el Distrito 21 de Tampico, donde el panista Mon Marón venció a Irma Meza por una diferencia de 875 votos, cifra menor a los 1,073 votos nulos que contabilizó el PREP.
Si llegara a revertirse el resultado, Morena conseguiría la diputación número 17.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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