Hasta el día de hoy, en el plano económico en el país sigue habiendo una ausencia importante de políticas públicas que incentiven la inversión y hagan más dinámica la economía. Si bien es cierto que a nivel federal existe un buen diagnóstico de las causas que han originado el rezago económico y la desigualdad económica en México, en donde la corrupción ha sido algo constante a lo largo de la historia, también es cierto que hasta ahora no se logran identificar acciones o políticas públicas que se destinen a sentar las bases para atender los problemas estructurales de la economía y mucho menos los problemas coyunturales.
Lo que más podría asemejarse a una acción pública a favor de la actividad económica es la construcción del Tren Maya, que está orientada a fortalecer el sector turístico en la región sur del país. Sin embargo, desde una visión económica, no se ha desarrollado una estrategia que articule este desarrollo de infraestructura con la reactivación económica de esta a través de impulsar programas que otorguen facilidades para que se pueda desarrollar la mayor cantidad de proyectos de empresarios locales, y de esta forma los beneficios no solo se quedaran en la región para hacer más dinámica la economía, sino que también existirá una mejor distribución de esos beneficios.
Algo muy similar sucede con el resto de los proyectos en infraestructura, se pretende desarrollarla, pero no existe un programa público en donde se señale en cada uno de estos proyectos la forma en que se articulará al resto de la economía y el impacto económico que representará para el país.
Todo parece indicar que lo que suceda será inercial y tomará rumbo de acuerdo a las circunstancias del momento y el espacio. Esto no significa que tendrá un impacto negativo, por el contrario, generará mejoras económicas, sin que ello garantice que los beneficios estarán mejor distribuidos y mucho menos que se quedarán en la zona para reactivar la economía local. Por lo que la falta de planeación económica sobre los proyectos de infraestructura puede contribuir muy poco a enfrentar uno de los retos más importantes en el país que es la desigualdad económica y la pobreza.
Por el lado de la pobreza y vulnerabilidad social, existe coincidencia que es el problema más grave en el país; en México, alrededor de 55 millones de personas presentan pobreza, solamente 28 millones de habitantes en el país no son pobres y no presentan vulnerabilidad social, es decir, casi 100 millones de habitantes sí presenta esta situación. Por este hecho, es congruente que parte del presupuesto se destine para atender este grupo de la población, sin embargo, el cuestionamiento surge en el sentido de qué se está haciendo para que esta población pueda salir de dicha condición social.
En el tema de lo laboral, los avances en el país han sido muy significativos, atendiendo por un lado el tema del salario, pero también incidiendo en las formas de contratación y las prestaciones sociales. Esto en el mediano plazo puede tener un impacto muy favorable en los indicadores de bienestar en el país. Pero para lograrlo, es necesario que se fortalezca la inversión desde cada una de las regiones, desde una visión de articulación local, que haga más competitivo los sistemas productivos, siempre favoreciendo la distribución de los recursos. Sin duda falta el plan económico. Usted ¿qué piensa?
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ