Millones de Mexicanos compartimos un mismo sueño, el sueño de un México sin bandos, sin venganza, el sueño de un México unido.
Hoy vivimos momentos difíciles en nuestro país, un país que está dividido en dos frentes; por una parte, los que creemos en el desarrollo social colectivo y por otra, los que sólo desean el ensalzamiento mesiánico de un liderazgo que cada día tiene un ego más grande, y resultados cada vez más chicos, y así lo pudimos percibir en su tercer informe de gobierno.
Convergemos en un lugar y momento en que las condiciones del macroentorno nos marcan aislamiento, recesión económica, desesperación y muerte.
Tenemos claro que debemos seguir adelante, ¿Qué México es el queremos formar para el futuro?, uno marcado por el divisionismo o uno con unidad, con capacidad para el diálogo y espacio para la pluralidad.
Estoy convencido que la solución no se encuentra en quitar a unos para dar a otros, sino en trabajar para que alcance siempre para todos, en equidad, con justicia; no podemos promover la fraternidad incitando al odio.
El porvenir de nuestra sociedad está en juego, no se trata de elegir bando, sino de elegir la unidad, de abrazar firmemente la idea de que a México lo salvamos los mexicanos, debemos sumar y no restar, multiplicar y no dividir.
Borremos la idea obsoleta de que exista una clase política, y emprendamos el camino de un México moderno, donde somos los ciudadanos los que estamos al centro de las decisiones, donde convergen mujeres y hombres de mayor experiencia junto con la capacidad, dinamismo y energía de la juventud.
Nadie dijo que las cosas serían fáciles, pero, ¿queremos un mundo en llamas?, estoy seguro que nadie de nosotros se va a rendir, no importa lo grande o complejo de los retos que vengan, si nos encuentran integrados, los vamos a superar.
El México que soñamos es un México de todos y eso incluye los que NO piensan como nosotros.
POR CARLOS FERNÁNDEZ
