21 marzo, 2025

21 marzo, 2025

Morena: entre el entusiasmo y la división

La larga lista de aspirantes a la candidatura de la cuarta transformación tenderá a achicarse, coinciden analistas políticos, que discrepan entre sí respecto al riesgo de fragmentación

TAMAULIPAS.- Cada día más militantes o simpatizantes de Morena levantan la mano para ser tomados en cuenta para la candidatura a la gubernatura de Tamaulipas. Los últimos en hacerlo formalmente fueron los alcaldes de Matamoros y Reynosa, Mario López y Maki Ortiz, quienes se suman a una larga lista de más de diez aspirantes.

Esto refleja, según analistas políticos del estado, el entusiasmo que despierta esa posición de cara al 2022, pero al mismo tiempo, la falta de organización formal al interior de Morena. En todo caso, coinciden, de los muchos que suspiran, son pocos los que merecen la candidatura, y aún menos los que tienen verdaderas posibilidades de alcanzarla.

“Es el optimismo que se está desbordando por parte de la militancia de Morena. Hay muchos que se creen con posibilidad de ser, lo cierto, es que algunos, incluso algunos de los más protagónicos o estridentes, no llenan los requisitos estatutarios, constitucionales para serlo”, opina José Ángel Solorio.

Pone varios ejemplos, los más claros son los de Alejandro Rojas Díaz Durán y Maki Ortiz. El senador suplente de Monreal “tiene una serie de limitantes para participar en la contienda por Tamaulipas”, y la alcaldesa de Reynosa “carece de militancia morenista”. Recuerda lo que dijo precisamente el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado durante su visita al estado: “Monreal evalúa que la señora no tiene la presencia, y la militancia lo que está exigiendo es un candidato con arraigo en la 4T y la señora no cumple con los requisitos”.

El doctor Ernesto Casas Cárdenas, profesor investigador de Ciencia Política y Administración Pública en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, coincide en que la candidatura de Morena se ha vuelto más codiciada, porque se han elevado las probabilidades de que ese partido gane la gubernatura el año próximo.

“Están en la lógica de que quien se logre posicionar en la candidatura tiene un alta probabilidad de ganar, yo he estado siguiendo distintos estudios endoscópicos que ya han salido, y prácticamente en todos Morena anda alrededor del 40% en la preferencia como partido, y el más cercano sería el PAN con alrededor del 15% así es que es una diferencia considerable, aunque cabría anotar como otro dato significativo que los indecisos andan alrededor del 20%”, advierte.

-Habiendo tantos aspirantes, ¿ve riesgos de división a la hora de sacar al candidato?
-“No podemos perder de vista que estamos en un sistema presidencialista, a nivel estatal y a nivel federal, ¿qué significa eso?, que sigue vigente aquella facultad metaconstitucional a la que se refería Carpizo, de la designación del sucesor, de tal manera que no considero que vaya a haber mayor problema cuando el gran elector, en este caso el presidente de la República, tome una decisión calificada”.

Sobre las encuestas, Casas Cárdenas pronostica que se tomarán en cuenta si favorecen al favorito del presidente, “de lo contrario no va a proceder”.

“Los grandes electores van a ser las cabezas de los partidos, y en la lógica presidencialista en la que vivimos, es muy probable que el dedo que va a marcar la línea va a ser tanto el del presidente, como el del gobernador”, agrega.

Desde el sur, Jesús Sandoval Acuña, catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, apunta a las deficiencias de Morena como organización política, y alerta sobre la posibilidad latente de la división: “Yo creo que Morena heredó el tribalismo del PRD antiguo, y yo pienso que hasta lo amplió, porque al menos en el PRD, con todo y lo que se le quiera poner en contra, que fue un partido que se descompuso muy rápido, sí tenían por lo menos pasado de izquierda”.

Sandoval amplía su crítica a todos los partidos políticos: “hace mucho que la teoría de los partidos políticos no tiene sentido, las tres cosas que les piden: declaración de principios, programa de acción, estatutos, los piden de una manera muy formal, muy aparente, ninguno tiene un instituto real de formación política para su gente”. -¿Cómo ve a Morena de cara al 2022? “Muy heterogéneo, con mucha gente sin ningún pasado de izquierda, con un pasado absolutamente priísta, hasta panista, una especie de embudo al que entra todo, a veces de la calidad que sea, gente gris, que son ahora aspirantes a la gubernatura, la verdad… pobre Tamaulipas” Pese la crítica descarnada, Sandoval pronostica que la marca Morena será suficiente para que, quien sea el candidato, obtenga la victoria el año entrante.

Casas Cárdenas coincide respecto a la falta de cuadros políticos de izquierda.

“Es un grave problema del sistema de partidos en México, la carencia de una izquierda sólida, firme, con convicciones que defiendan un proyecto de nación alternativo, eso es un problema general de país, y en lo particular, por eso reiteró mi tesis de que la marca que más pesa es la marca AMLO, más que la marca Morena, porque si hiciéramos una revisión biográfica de los aspirantes alrededor del partido Morena nos llevaríamos la sorpresa de que más de uno y una, han tenido una trayectoria en términos de historia, de ideología, de militancia, muy ajena a lo que pudiéramos llamar la izquierda, eso tiene que ver con que Morena ha sido incapaz de formar cuadros, de tal manera que se han venido a incrustar figuras que vienen del priísmo, del panismo”.

Igual de crítico con algunos de los personajes que buscan la candidatura, Solorio matiza respecto al riesgo de fragmentación interna: “Yo veo que va a ser una sucesión muy ordenada y muy tersa, porque los más potentes precandidatos, no van a romper con Morena, perderían mucho más si rompieran”. Pone sobre la mesa varios escenarios.

Si Américo Villarreal no fuera el candidato, aún “tiene un gran futuro en la administración de salud, en el aparato de salud nacional, es decir, romper con Morena sería algo absurdo en el escenario personal del médico”. Lo mismo pasaría con Rodolfo González Valderrama: “de no ser el candidato está destinado a ser parte importante del gabinete de López Obrador”.

O Héctor Garza, que “está en una posición muy relevante a nivel federal, sabe que de no ser candidato va a seguir ascendiendo, tampoco se ve a retirar de Morena”.

El único cabo suelto podría darse en Reynosa, donde el comportamiento de Maki Ortiz suele ser volátil, “pero no representaría daños sustanciales a la estructura y al proyecto de Morena”, por que, insiste, la todavía alcaldesa de Reynosa no tiene presencia real al interior del partido, y va más allá: “si no hubiera sido por el punch de López Obrador, su hijo no hubiera ganado la alcaldía de Reynosa”.

POR STAFF
EXPRESO-LA RAZÓN

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