TAMAULIPAS.- Dentro de una semana tomarán posesión los nuevos alcaldes de Tamaulipas. Con la ratificación del triunfo de Carmen Lilia Canturosas en Nuevo Laredo, se confirma que a excepción de Tampico, Morena gobernará los centros poblaciones más importantes de la entidad.
En total, 2.6 millones de tamaulipecos vivirán en municipios administrados por la coalición Juntos haremos historia, lo que equivale al 75% de la población estatal. Se inaugura pues una nueva etapa política para el estado, harto interesante para lo que viene, la lucha por la gubernatura.
Durante las últimas semanas, con el furor de los destapes y con la excusa de los informes legislativos y de gobierno, alcaldes morenistas electos y en funciones de diferentes regiones ensayaron una suerte de bloque con dos intenciones muy claras. La primera, pesar como factor de opinión en el proceso interno de selección de Morena.
Cada edil, además de los que aspiran a ser seleccionados, tienen a su favorito para la sucesión, pero son solo dos opciones las que de verdad se han puesto sobre la mesa: Américo Villarreal Anaya y Rodolfo González Valderrama.
El senador y el titular de RTC han tejido desde hace meses una red de relaciones con los diferentes grupos regionales comandados por los próximos presidentes municipales. Sin embargo, no hay quien se pase de la raya.
Todos ellos, han sido muy cuidadosos de no mostrar de manera explícita su apoyo por uno u otro. Si bien es cierto que las zancadillas bajo la mesa y el fuego amigo están a la orden del día, también habrá que reconocer que al menos en lo institucional, los alcaldes morenistas han respetado la línea dictada desde la Ciudad de México.
La otra intención del incipiente bloque de presidentes municipales es mostrar unidad hacia afuera. Pase lo que pase en junio de 2022, al menos 15 meses -poco más de una tercera parte- de su administración transcurrirá con un gobernador panista.
Aunque su relación ha tenido altibajos, los alcaldes que ya pasaron por esa situación y que lograron la reelección -Adrián Oseguera y Mario López- no han mostrado la menor intención de confrontarse de manera directa con el poder estatal.
Salvo en el muy particular caso de Reynosa, tampoco en los que llegan se observan gestos de guerra, pero con la elección de por medio, la ebullición siempre estará latente.
Más allá de eso, los alcaldes de Morena tienen una responsabilidad enorme con su causa política. Los problemas que denunciaron con vehemencia serán su reponsabilidad desde el día uno.
La exigencia ciudadana estará a la altura de sus promesas de campaña, que fueron muchas, y la amenaza del voto de castigo penderá sobre sus cabezas hasta el 5 de junio.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021