VICTORIA.- La capital de Tamaulipas enfrenta una de sus etapas más críticas en términos económicos.
Si en la mayoría de los municipios urbanos de Tamaulipas se ha conseguido una recuperación sostenida tras el duro impacto que significó la epidemia del Covid-19, Victoria ha sido la excepción.
Las cifras más elocuentes son las del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En diciembre del 2019 había registrados 57,235 puestos de trabajo en la ciudad.
Un año después, en diciembre del 2020, tras los peores meses de la pandemia, esa cifró cayó hasta los 53,249; seis meses después, en el verano del 2021 cuando en la mayoría de los municipios ya se habían recuperado miles de empleos, aquí apenas se agregaron poco más de mil.
Estas cifras se explican si se echa un vistazo a lo que ha ocurrido recientemente.
El cierre de empresas de todos los tamaños ha asido el signo más grave de la crisis económica que padece Victoria.
En noviembre del 2020 por ejemplo, la empresa norteamericana APTIV decidió cerrar su planta 1 tras más de tres décadas operando en la ciudad.
Más de 2 mil obreros se quedaron sin trabajo de la noche a la mañana.
Al mismo tiempo, otras empresas manufactureras como Kemet han reducido su producción, lo que los ha obligado a realizar recortes de personal.
La Cámara Nacional de Comercio ha calculado en cerca de 500 negocios que han tenido que cerrar sus puertas en Victoria en lo que va de la epidemia.
Aunque las condiciones han ido mejorando poco a poco y las restricciones se han relajado, son muy pocas las que han podido volver a reabrir sus puertas.
Más recientemente causó expectación el cierre de la Agencia Ford que operaba desde hace más de sesenta años en Victoria.
Aunque se dio a conocer que en el mediano plazo otro grupo retomará la concesión para vender esa marca en la ciudad, trascendió que la despedida de la empresa original se debió al desplome en las ventas de vehículos.
Lo mismo ha ocurrido con negocios de otros giros como cines, restaurantes y franquicias de diferentes tipos.
Las estadísticas retratan la gravedad de la crisis de Victoria.
En el 2015, según el censo del INEGI había en la ciudad 346,029 habitantes y el IMSS tenía registrados 58,627 empleados formales.
Cinco años después, con 3 mil 500 habitantes más en la ciudad, la cifra de puestos de trabajo se había desplomado a los 53,249, es decir 5 mil trabajos menos.
La crisis laboral también se refleja en los flujos migratorios.
De acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Victoria es uno de los municipios de Tamaulipas que más migración interna recibe por causas educativas, pues recibe a una buena cantidad de jóvenes de las comunidades cercanas que vienen a la capital a estudiar: 1,793 más en comparación entre el 2015 y el 2020.
Pero al mismo tiempo es uno de los que más personas expulsa por razones laborales: 2,646 personas en el último lustro, con índices similares a los de municipios mucho más pequeños como San Nicolás, Jaumave, Mier y Guerrero.
Acaso el rostro más triste de esta crisis sea el porcentaje de población que vive en pobreza moderada y en pobreza extrema.
Según el Coneval, en el 2010 Victoria aparecía entre los cinco municipios de la entidad con más pobres.
Cinco años después se mantuvo en el mismo rankin, y actualmente la situación no ha mejorado.
En el caso de la pobreza extrema, en el 2010 no aparecía entre los municipios más afectados, y en el 2015 entró en la medición.
Según la cifra más reciente del Coneval, Victoria es la quinta ciudad con más habitantes que padecen la pobreza más extrema: 7,792.
Además, 101,099 entran en la categoría de vulnerabilidad por diferentes carencias.
La más grave es la del acceso a la alimentación que padecen 67,221 habitantes de Victoria; 29,017 sufren carencias en la calidad y espacios en la vivienda, y 38,553 tienen rezago educativo; mientras que 18,231 adolecen de falta de servicios básicos.
Otro indicador que retrata la crisis económica que vive la ciudad es el desplome en el pago de impuestos y derechos municipales.
La falta de recursos ha obligado a miles de contribuyentes a dejar de pagar el Predial o incluso el servicio de agua, lo cual al mismo tiempo complica el margen de operación de las autoridades.
En cuanto al Predial, de acuerdo al sitio Transparencia Presupuestaria del Gobierno Federal, la caída fue brutal: en el 2019 el municipio recibió 110 millones 205 mil pesos por el pago de 160 mil viviendas. Un año después, en 2020 apenas se cobraron 53 millones 492 mil pesos de 78 mil cuentas, es decir un desplome de más de 50 por ciento.
Las cifras a la baja han sido constantes desde hace al menos cinco años; en el 2016 se pagaron 275 millones millones 379 mil pesos de 480 mil contribuyentes.
Es decir, en un lustro dejaron de pagar más de 400 mil propietarios de inmuebles.
Los pagos por el servicio del agua han padecido un fenómeno similar, alcanzando su nivel más crítico el año pasado.
En el 2018, se lograron recaudar 1,162 millones de pesos en los recibos de agua, para el 2020 fueron apenas 290 millones de pesos.
Estas cifras han complicado la operación de la Comapa y se han sumado a la problemática que desde hace años vive Victoria por el desabasto de agua en decenas de colonias.
Es un círculo vicioso: muchas familias dejan de pagar sus recibos por la falta de líquido, y la falta de pago empeora aún más la crisis.
Sector inmobiliario, por los suelos
Cada día se suman más propiedades al catálogo de los agentes inmobiliarios de Victoria; se trata de propiedades que salen a la venta por varias razones, pero sobre todo porque muchas familias buscan deshacerse de ellas para recuperar recursos que han perdido durante la pandemia, y en el peor de los casos, para mudarse a otras partes de la República.
El problema, afirman especialistas, es que el mercado se encuentra estancado desde hace al menos tres años.
El precio de las propiedades, explica un agente inmobiliario de la ciudad, no sólo no ha subido, sino que en muchos casos ha tenido que reducirse el costo del metro cuadrado para poder vender casas y terrenos.
Hace un par de años, explica en una colonia de clase media, el metro cuadrado de un terreno podría cotizarse cerca de los 3 mil pesos, ahora con dificultad se están pagando 2,500 pesos por metro cuadrado.
Esto ha orillado a muchas familias a malbaratar sus propiedades.
Por eso, es evidente el bajo precio con que se ofrecen residencias y mansiones en la ciudad. Propiedades que en otras ciudades del estado pueden rebasar los 4 millones de pesos, aquí se ofrecen por 2.6 millones de pesos, relata.
Por otro lado, también es evidente el alto grado de morosidad en los créditos hipotecarios que ha disparado el abandono y la recuperación de casas.
Basta echar un vistazo a los portales de los bancos que ofertan créditos para vivienda. Cada día publican más casas que salen a la venta tras haber sido embargadas por la banca.
Esta crisis, acrecentada durante la epidemia, también ha disparado la cartera vencida con el Infonavit.
Aunque el Instituto no hace públicas las cifras por municipio, en el primer trimestre del año, se reportó que Tamaulipas es el tercer estado de la República con más morosidad, alcanzando el 19 por ciento de los créditos en cartera vencida.
Recientemente, se anunció que saldrán al mercado más de 1 mil viviendas recuperadas por el Instituto porque se dejaron de pagar o estaban abandonadas, muchas de ellas en Victoria.
Baja la calidad de vida
La situación que ahora vive Victoria se ha venido gestando desde hace años, y ha impactado no solo en la calidad de vida de sus habitantes, sino en su capacidad para atraer talento e inversiones.
En su más reciente índice de competitividad urbana, el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO) situó a Victoria en la clasificación “media baja” de la tabla de ciudades de entre 250 mil y 500 mil habitantes.
Este estudio, que evaluó a las 49 zonas metropolitanas país y las 25 zonas urbanas más relevantes evaluó “las capacidades estructurales y no solo las coyunturales de las ciudades” que permiten maximizar la productividad y el bienestar de sus habitantes.
Entre otros rubros, Victoria salió reprobado en el de Sistema de derecho que evalúa el entorno de seguridad pública y justicia del municipio, e incluye indicadores como el robo de vehículos, la tasa de homicidios y la percepción inseguridad.
En cambio la capital salió muy bien calificada en el área de Sociedad, que incluye educación, salud e inclusión.
De hecho, entre las ciudades de su tamaño fue la mejor evaluada en personal de salud, camas de hospital y grado de escolaridad.
Donde peores resultados obtuvo fue en la categoría de “gobiernos eficientes y eficaces”, que mide directamente la forma en la que los gobiernos municipales incluyen en la calidad de vida de los habitantes.
Los resultados publicados por el IMCO van en consonancia con la encuesta publicada en el 2020 por el Gabinete de Comunicación Estratégica que puso a Victoria entre las cinco ciudades menos habitables de las 76 zonas urbanas del país donde realizaron su estudio.
En esa ocasión se combinaron factores como la satisfacción de sus habitantes respecto a los servicios públicos con las que cuentan sus localidades, el desempeño de las autoridades municipales, y hasta la cooperación comunitaria.
Menos empleo
y peor pagado
De las cuatro ciudades tamaulipecas con más de 300 mil habitantes (Victoria, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo) la capital es la que genera menos empleos, y la que tiene el salario promedio más bajo.
De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social, en Victoria el sueldo afiliado es de $394.63, mientras que en Reynosa es de $442.20; en Nuevo Laredo de $459.42; y en Matamoros de $444.90.
En ese grupo de municipios, también es el que menos empleos tiene generados actualmente ante el IMSS.
En Matamoros son 116 mil, en Reynosa 228 mil y en Nuevo Laredo 99 mil, contra los 55 mil de la capital.
La diferencia en cuanto al salario promedio de Victoria comparado con otras ciudades del estado se debe a que aquí la gran mayoría de los puestos de trabajo son provistos por el sector comercio (14,457), luego le sigue el sector de “servicios sociales y comunales”, donde se incluye a la burocracia (14,069), y el sector de la transformación (10,105).
Llama la atención la baja que ha tenido el sector de la construcción.
De los empleos 4,387 que generaba en diciembre del 2018, en diciembre del 2020 la cifra se desplomó hasta 3,362 trabajos, de los cuales a la fecha apenas se han recuperado poco más de 300.
Por Staff