8 julio, 2025

8 julio, 2025

Alejandra, Edgar y Gustavo

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

En unas cuantas horas, Morena mostró todas las debilidades estructurales que sufre en Tamaulipas.
El brinco de dos de sus diputadas locales -una compitió por el PT- se veía venir desde hace tiempo, y lo peor para ellos, advierten desde el interior de la incipiente bancada, es que en los próximos días puede haber más escurrimientos.
Por lo menos dos legisladores más caminan en el filo de la cornisa, a un paso de la traición.
El problema de los morenistas, y lo que los pone en una situación de alta vulnerabilidad, es que no hay autoridad formal o moral que ponga orden entre las diferentes tribus que se disputan el poder.
La competencia interna por la gubernatura lejos de ayudar a unificarlos, está polarizando aún más las posiciones de unos y otros.
En la batalla campal por los dividendos de la cuarta transformación en Tamaulipas, también están metidos alcaldes de diferentes regiones que agitan el avispero para sacar raja política.
Está en puerta por ejemplo, el reparto de las comisiones que también generará muchos roces entre los morenistas.
Algunas posiciones son muy cotizadas, como la presidencia de la Comisión de Vigilancia, que si no hay cambios de última hora, quedaría en manos del maderense Jesús Suárez Mata.
A ese coctel molotov, debe sumarse otro mal que no es privativo de ese partido: la evidente falta de compromiso con cualquier cosa que pudiera considerarse un ideal político y que facilita las marometas y el chapulineo.
En ese contexto caótico, no habrá sido difícil para el PAN convencer a las diputadas en fuga.
Como sea, el escenario político se modificó radicalmente: Morena y PT apenas reúnen al 50 por ciento de los 36 diputados; es decir, incluso para ganar las votaciones más sencillas requerirán de algún diputado de otro partido.
De hacer reformas a la Constitución, ni hablar.
Ahora, el reto de Armando Zertuche es mayúsculo, tendrá que procurar la disciplina a rajatabla en su bancada; una o dos ausencias en el Pleno le pueden complicar hasta el más sencillo trámite legislativo.
Por eso, cobra harta relevancia el comportamiento que muestren tres diputados: Edgar Melhem y Alejandro Cárdenas del PRI; y Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano.
De los priístas ya se ha mencionado la particular disyuntiva que enfrentan: a nivel local hay un evidente distanciamiento
con el PAN, por lo menos en el caso del dirigente estatal, pero desde la capital de país se mantiene firme la línea de fortalecer la eventual alianza electoral para el 2022.
Y de Movimiento Ciudadano en realidad puede esperarse cualquier sorpresa.
En el contexto federal mantienen una relación de amor-odio con la cuarta transformación, y en lo local basaron su campaña más reciente en los cuestionamientos al panismo.
Así de compleja como se antoja la lucha por el poder en el Congreso, Gustavo, Alejandra y Edgar pueden ser -juntos o por separado- el fiel de la balanza.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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