8 agosto, 2025

8 agosto, 2025

Temores fundados

ENROQUE/JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ

Ante la tardanza del PRI en definir si apoyará o no la reforma eléctrica planteada por el presidente López Obrador al Congreso federal, el PAN pasó del ultimátum a la advertencia de que, si el tricolor respaldara la propuesta presidencial, automáticamente quedaría fuera de la alianza Va por México.

A Acción Nacional le urge la definición, sin embargo, al Revolucionario Institucional ha señalado que no hay motivo de prisa y que, por tanto, pedirá información a los expertos para, con base en la información de los que saben, resolver si aprueba o rechaza la contra reforma.

La realidad es que el hecho de que el PRI votara a favor de las reformas morenistas en materia educativa, la militarización de la Guardia Nacional y la revocación de mandato, a los jerarcas azules les hace temer que su principal aliado electoral del proceso 2021 terminará por inclinarse a favor del partido de AMLO.

Y no únicamente por las coincidencias con la 4T, sino porque parece que los priistas consideran mejor opción postular su propio candidato presidencial que verse en la necesidad de apoyar a un panista.

Después de la amarga experiencia que sufrieron por designar a un candidato externo y medio azulado como José Antonio Meade, que los envió al tercer lugar de las votaciones, no quieren arriesgarse otra vez a elegir a uno que no sea militante del partido político.

Los panistas y dirigentes nacionales del PAN se encuentran tan ocupados tratando de conservar la alianza electoral con el PRI y el PRD que parece que se han olvidado de un factor primordial de cara a la sucesión política de 2024, la falta de posicionamiento entre los ciudadanos de los presidenciables de la agrupación destapados por Marko Cortés Mendoza.

Contra lo que sucede en Morena, en el que todo mundo conoce y de sobra a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Scheinbaum, al canciller Marcelo Ebrard, así como al senador Ricardo Monreal, la mayoría de los votantes del país no tiene aún idea de quienes son, por ejemplo, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, el ex gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, mucho menos al de Yucatán, Francisco Vila. Irónicamente, el más conocido de los presidenciables, es Ricardo Anaya, pero a causa de la mala imagen y a la derrota en los comicios de 2018.

Es cierto que aún hay tiempo suficiente para que los conozcan, sin embargo, da la impresión de que a los jerarcas no les preocupa que el albiazul se encuentre en desventaja de dos a uno frente a Morena en las preferencias ciudadanas.

Mientras tanto, en temas locales, los nuevos diputados de la 65 Legislatura de Tamaulipas, en especial de los pertenecientes al partido obradorista, analizan algunos de los asuntos que sus antecesores del PAN dejaron pendientes, entre estos la consulta popular, la revocación de mandato y la prohibición de la condonación de impuestos, que necesitan homologarse con la constitución de la República, objetivos que, tras de que dos diputadas morenistas se mudaron a las filas azules, se les dificultará alcanzar, aunque es evidente que contarían con el respaldo de los tres legisladores del priismo.

A diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, en la entidad federativa tamaulipeca los tres aspirantes del PAN a la candidatura de gobernador, César Verástegui Ostos, Chucho Nader y Gerardo Peña Flores, son ampliamente conocidos entre los votantes, de manera que ganaría la intención de los electores el más hábil y el que tenga de su lado al respaldo de la estructura partidista.

Algo similar pasa en Morena, a los principales aspirantes al puesto del García Cabeza de Vaca, Américo Villarreal, Rodolfo González Valderrama, Felipe Garza Narváez, el alcalde de Madero Adrián Oseguera Kernion, José Ramón Gómez Leal y el diputado Erasmo González Robledo, todo mundo los identifica, aunque seguramente resultará electo el que el dedo del presidente decida.

No incluimos en la lista a Maki Ortiz, quien, a propósito, realiza una gira por el Estado, porque para las bases de la organización política marrón la ex alcaldesa de Reynosa no es más que una panista resentida, que no embonaría con los principios ideológicos ni en los proyectos de la cuarta transformación. Lo que resulta probable, en esas condiciones, es que la ex edil fronteriza termine disputar la gubernatura con la camiseta del partido verde o de cualquier otro igual para saciar sus ansias y apetitos de poder.

jlhbip2335@gmail.com

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