1 mayo, 2025

1 mayo, 2025

Piden rescatar a dos perritos que no les dan de comer

Están en el fraccionamiento Los Olivos de Altamira; dueña se niega a entregarlos para su atención

Altamira.- Dos perros se encuentran en condiciones famélicas y a punto de morir de hambre en una vivienda del fraccionamiento Los Olivos en el municipio de Altamira.

El rescatista animal independiente Arturo Román de Jesús explicó que recibió tres reportes de que en una vivienda de interés social se encuentran estos perros  pero en condiciones terriblemente deplorables al estar prácticamente en un estado de inanición por la evidente falta de alimento.

«Recibimos 3 reportes de vecinos de la vivienda donde tienen a estos animales en estas condiciones, se trata de un perrito de la raza french poddle y de un animal de la raza Pitbull», señaló.

Explicó que acudieron a hablar con los habitantes de la vivienda que es un matrimonio y le pidieron que se los entregaran , a lo cual la mujer se negó y dijo que quería mucho a sus mascotas.

Román de Jesús señaló que al ser cuestionada por las condiciones en que se encuentran, le indicó que uno de ellos se había enfermado pero no tenía dinero para llevarlo al veterinario.

De igual manera afirmó que acudieron elementos de la Policía Estatal Acreditable para dialogar con ella sobre esta situación pero en todo momento la mujer  se ha negado a entregar estos animales.

» No nos quiere entregar a los perritos, nosotros somos un grupo de voluntarios rescatistas de animales de Altamira, los animalitos están en los huesos», explicó.

Refirió que  hay una ley en contra del maltrato animal  y esas personas podrían  ameritar una fuerte sanción económica porque  incurren en una grave falta.

Arturo Román de Jesús acudió  esta mañana a la audiencia pública efectuada en el fraccionamiento Los Mangos donde le pidió el apoyo al alcalde de Altamira Armando Martínez Manríquez para rescatar a estos dos perros.

Explicó que debido a las condiciones en que se encuentran, los animales no sobrevivirán muchos días  si no los  rescatan.

Por Silvia Mejía

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