VICTORIA.- Para contrarrestar el índice de violencia feminicida hay que entender la dinámica de la violencia contra las mujeres y prevenir el delito desde su origen.
Asi lo explican Obed Alejandro Muñoz Arredondo y Marlene Arisbeth Chantres Martínez, de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra Niños, Niñas y Adolescentes de la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas.
En entrevista conjunta para el programa La Infiltrada, del Grupo Editorial Expreso – La Razón en YouTube, destacan la importancia de la cultura de paz y la atención e intervención cuando se comete el delito.
Explicaron a la audiencia los tipos de violencia contra las mujeres que se identifican en la Ley General de Acceso de la Mujer a una Vida Libre de Violencia como la violencia psicológica que puede ocasiona a la víctima cuadros de depresión, devaluación de auto estima e incluso el suicidio.
La violencia física es cuando se inflige daño no accidental que provoca lesiones internas, externas o ambas; La violencia patrimonial y económica, cuando se afecta la supervivencia de la víctima, la primera es cuando existe sustracción o destrucción de objetos, documentos, bienes y valores patrimoniales, la segunda cuando se controla el ingreso económico de la mujer.
En este punto, afirman, es importante entender que la violencia económica también se detecta como el pago de un salario menor a la mujer con respecto al hombre por igual trabajo dentro de un mismo centro laboral. Sobre la violencia sexual, detallaron que es el término que establece la LGAMVLV para cualquier acto que degrada el cuerpo o la sexualidad de la Víctima y atenta contra su libertad, dignidad e integridad física.
“Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto”, precisan. Muñoz Arredondo explica que antes la violencia contra las mujeres se concebía como algo privado, que ocurría en la intimidad y hasta era entendida como un “derecho” de los hombres, estaba normalizada y por tanto no podían intervenir ni el gobierno ni otras instituciones.
Pero hoy ya se cuenta con unidades especializadas, capacitadas, con protocolos de investigación ministerial, policial y pericial con perspectiva de género, que atienden además otros delitos como el estupro, violación, hostigamiento sexual, incesto, sustracción de menores, violencia familiar, ciberacoso, pornografía de menores, prostitución y pederastia, entre otros.
El personal especializado de la FENNAM de Tamaulipas comparte la teoría que sustenta Leonor Walker, psicóloga estadounidense, sobre el fenómeno cíclico de la violencia doméstica.
En ocasiones, dicen, la mujer llega a pensar que la conducta de su pareja depende de ella e intenta cambiarla y al no lograrlo se siente fracasada y le agobian sentimientos de culpa y vergüenza, mientras que el maltrato se vuelve más frecuente y severo.
Aquí Obed Muñoz detalla que los 3 pasos para entender este círculo son “la acumulación de la tensión”, que es la etapa más difícil de identificar, pues está enfocada en la violencia psicológica, luego viene “el estallido violento”, resultado de la tensión acumulada, se pierde la comunicación y el agresor usa su fuerza física contra la víctima.
Enseguida se detona la “luna de miel”, aquí el maltratador justifica su conducta, se muestra arrepentido y la víctima le cree y todo vuelve a comenzar.
Para romper el ciclo se requiere cero tolerancias a cualquier agresión y pedir ayuda en el primer acto. Por su parte, Chantres Martínez se dirigió a las mujeres que en estos momentos enfrentan algún tipo de violencia en casa, les pidió reconocer su fortaleza, entender que no están solas y que deben presentar las denuncias por actos dolosos que ponen en riesgo su vida y la de más miembros de la familia.
AGRESIONES CONTRA MUJERES SUBEN AL CALOR DE LAS COPAS
En México, la violencia familiar se incrementó casi un 30 por ciento, según estimaciones de la Secretaría de Gobernación, a raíz del confinamiento por la pandemia del Covid19 y está afectando en mayor medida a mujeres, niñas y niños que están bajo el mismo techo del agresor. Comete este delito quien por acción y omisión maltrate de forma física, psicológica, patrimonial, económica o sexualmente a cualquier integrante de su familia, ya sea que este o haya estado en vínculo matrimonial, por consanguinidad, afinidad o en concubinato y tenga o haya tenido relación con la víctima, dentro o fuera del domicilio familiar.
Y estas agresiones, dice Chantres Martínez, aumentan en fin de semana, quincena o época de fiesta, dado que se ha detectado que el agresor tiene relación con el alcohol. Las llamadas de auxilio al 911 suenan más el lunes que entre semana y muchas veces se confunden con alteración al orden, entonces se manejan como faltas administrativas y no como delitos graves de violencia de género.
De ahí el exhorto a la ciudadanía para pedir la oportuna intervención de la autoridad correspondiente. El personal de la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas es explícito al señalar que estos delitos prescriben al año y que la víctima puede pedir asistencia médica, psicológica y legal para salvaguardar su vida y la de su familia.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE EXPRESO-LA RAZÓN