La sequía ha regresado escenarios, lugares y recuerdos que el agua se llevó y ocultó por más de cincuenta años, entre ellos el antiguo cementerio de Padilla en el que hasta la fecha yacen los restos de decenas de Tamaulipecos.
Alfredo Delgado nació y vivió en el aquel entonces prospero pueblo, una zona en donde también habitaron sus padres, hermanos y abuelos, a quienes puso rescatar del cementerio antes de que el huracánInes lo impidiera.
“Pues hay les va mi historia” relata el hombre de campo que en aquel entonces era un joven de 20 años, quien tras el anuncio de la construcción de la presa Vicente Guerrero pudo buscarle un nuevo hogar a sus seres queridos, una suerte que no todos compartieron.
“Yo me traje a mi señor padre Martin Delgado Gonzales, a mi hermano Carlitos que murió de 5 años, a mis abuelos paternos Lorenzo Delgado y Francisca González, a mis abuelos maternos Julián Ochoa y Zaleta Jaramillo”.
Explicó que como él, otras pudieron trasladar a sus difuntos, algunos en ataúdes, otros por el avanzado estado de descomposición ya eran puros huesos y otros restos por lo que ocuparon cajas.
“A mi papá me lo traje en una ataúd de madera de niño ahí eche todos sus huesitos y a los demás en 2 castañas y vine y los sepulté en nuevo Padilla donde descansan en paz” todo con ayuda de una persona encargada de realizar esos trabajos de nombre Antonio Valdez Navarrete al cual le decían el Judío.
El hombre de 73 años recuerda que tras desenterrar a sus familiares un gran grupo de personas no pudo hacer lo mismo ya que 10 días después el nivel del agua llego al panteón “Claro que si todo fue legal, voy a buscar el permiso de la exhumación que por cierto tenían que haber transcurrido 5 años del descenso, al principio eran demasiado estrictos ya después no porque se nos vino el agua en friega” Alfredo relato que a todo habitante le avisaron desde un año antes lo que pasaría y que tendría que sacar sus pertenencias así como familiares del cementerio, pero “pero que Mexicano conoces que no deje las cosas para el último”.
Es por eso que en las fotografías se ven algunas tumbas abiertas o con la lápida por un lado, son los últimos difuntos que alcanzaron a rescatar.
“La gente no creía hubo un señor que se negaba a salirse cuando el agua ya estaba entrando al pueblo y dijo a mí me sacan sólo con los pies por delante y creo que fue el último que murió en Padilla, creo se llamaba Don Zenón Díaz Grimaldo que en paz descanse”.
POR RAÚL LÓPEZ GARCÍA