Desde que las campañas políticas transitaron de la propaganda al marketing político, cada procedo electoral se convierte en un lucrativo negocio para las empresas y los expertos en el manejo de las redes sociales y de estrategias para construir imágenes, destruir al adversario e inducir el voto ciudadano.
Se sabe que por lo menos cuatro empresas han entrado en pláticas con dos de los aspirantes a la gubernatura.
Uno de estos gurús de la comunicación política que ya andan amarchantándose con el equipo de uno de los candidatos es Sergio José Gutiérrez, quien se presenta como “el mejor estratega digital en México, Sudamérica, Estados Unidos y Europa es la cara detrás del manejo de redes sociales de más de 60 campañas en todo el mundo”.
En su carta de presentación menciona que es “precursor de los movimientos digitales partidistas en Latinoamérica. Discípulo de Manuel Castells, graduado de Harvard, investigador del MIT en el tema de la Sociedad Red. Especialista en la generación de resonancia y disonancia emocional a través del microtargeting”.
Otro genio del marketing es el neolonés Mentor Tijerina Martinez, CEO de Publicum Estrategias, catedrático del ITESM, alguna vez vocero del gobierno regio, un hombre polémico que se autopostula como constructor de victorias electorales en varios estados del país y en el extranjero.
Supuestamente también tiene todo listo para incursionar en Tamaulipas la empresa Heurística Comunicación, con sus oficinas centrales en Guadalajara. Sobre esta empresa apenas a fines del año pasado la revista Newsweek publicó lo siguiente:
“Este 2021 la empresa tapatía, Heurística Comunicación fue la más premiada, con 17 preseas entre las que destacan ‘Mejor firma de comunicación política electoral’, ‘Mejor firma de comunicación política gubernamental’ y el reconocimiento a su director, Iván Silva Yanome, como ‘Estratega electoral del año’ y ‘Consultor del año’; convirtiéndose en la primera persona en conseguir esta última distinción en dos ocasiones: 2018 y 2021”.
Habrá que ver el desenlace de las negociaciones que sostienen con quienes coordinarán las campañas de los tres tamaulipecos que aspiran a sentarse en la silla principal de Palacio de Gobierno.
Mientras tanto hay una intensa competencia entre casas encuestadoras que ofrecen sus muestreos, algunas con rigor profesional, otras que son simples vendedoras de esperanza.
Finalmente lo que decidirá el desenlace de las próximas elecciones será la capacidad de los candidatos para convencer a un electorado cada vez más renuente a regalar su voto sin saber qué pueden esperar de un nuevo gobierno.
MAYORÍA EN PICADA
No hizo falta que se concretara la muy anunciada incorporación de dos diputados morenistas más a la bancada del PAN; en los hechos, el grupo parlamentario de la Cuarta Transformación está roto y ya no tiene mayoría.
Ayer una vez más quedó clarísima la tragedia que vive el psicólogo Armando Zertuche, en sus vanos intentos por mantener a los diputados que llegaron a su curul con la bandera de Morena.
En el pleno se puso a debate una reforma al Código Municipal del Estado para dar a los alcaldes más margen de maniobra en algunos temas como la aprobación de reglamentos.
La iniciativa planteada por el ex panista reynosense, Humberto Prieto, recibió el apoyo de todos los diputados de la bancada… excepto uno: su paisano, Marco Antonio Gallegos González, que votó como un panista más.
La otra mala noticia para Zertuche y su equipo es que ayer Gustavo Cárdenas rompió la alianza no escrita con el morenismo y también puso su voto a disposición del PAN, por lo menos hasta nuevo aviso.
Gallegos, bautizado ayer como el más panista de los morenistas, es además el único representante de Morena en la Mesa Directiva que actualmente controla Imelda Sanmiguel; el tercer integrante es el también panista Carlos Fernández Altamirano.
¿Qué esperanzas le quedan a Zertuche de cohesionar a este grupo de legisladores que, como el protagonista de la sesión de ayer, atienden más las indicaciones de sus padrinos que las de su coordinador?
JAIME Y LUPE, CASI FUERA
En los acomodos al interior de los equipos de las alianzas, dos ex alcaldes del sur de Tamaulipas han resultado muy perjudicados en la evaluación que se hizo de su comportamiento durante las precampañas.
La actitud sobrada y de buscapleitos que desde un principio mostraron Jaime Turrubiates y Guadalupe González Galván enfriaron su relación con la cúpula de la campaña truquista.
Su excesivo protagonismo, y su falta de disposición para hacer equipo han provocado que les empiecen a sacar la vuelta.
