MÉXICO.- Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron sobre los peligros ambientales y sociales por la falta de planeación y estudios para la construcción del Tren Maya, incluido el riesgo elevado de aumento de la violencia por la ruptura del tejido social y la presencia de los grandes cárteles de la droga en la zona.
Durante el seminario Tren Maya: análisis de los impactos desde la academia, Ana Esther Ceceña, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, indicó que si bien en los últimos años los empleos aumentaron en Quintana Roo por el crecimiento del turismo, la pobreza y los indicadores de carencia social van al alza.
Explicó que esto se debe a que las fuentes de trabajo son sumamente precarias, sin prestaciones sociales, lo que tiende a disminuir la calidad de vida de la gente.
Detalló que el mismo fenómeno ocurre con los empleos temporales generados por el Tren Maya, que atraen a mucha población migrante y que desaparecerán tan pronto concluyan las obras.
La doctora en Relaciones Económicas Internacionales alertó que en la medida que se va rompiendo el tejido social y la organización comunitaria con el avance del turismo, el crimen organizado gana terreno al ser toda la zona de Quintana Roo, una de las rutas importantes del narcotráfico, que va a la Costa Este de Estados Unidos o que sale por ahí hacia Europa.
“El crimen organizado, entre otras cosas promueve la trata de personas, que puede ser desde población esclavizada o seudo esclavizada, hasta toda la población que se dedica a la prostitución y todo lo que va de la mano con el turismo masivo, con los grandes hoteles y la falta de respeto que se tiene con las poblaciones locales en proyectos de esta dimensión”, lamentó.
Por su parte, Gustavo Alanís, director ejecutivo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), reveló que el proyecto del Tren Maya se dividió en tramos, para evitar dar a conocer los impactos acumulativos.
Además de que la consulta a los pueblos indígenas se realizó sin cumplir con los mínimos estándares nacionales e internacionales como los que marca el Convenio 169 de la OIT.
Dijo que los pueblos originarios tienen derecho a una consulta libre, previa, informada y adecuada para su cultura.
Alerta ambiental por Tren Maya
Rodrigo Medellín, reconocido investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló que la falta de un plan definido, Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), Proyecto Ejecutivo y autorización para el Cambio de Uso de Suelo para el Tramo 5 del Tren Maya, pone en grave riesgo el Gran Acuífero Maya, que dota de agua dulce a toda la Península de Yucatán.
Recordó que la ruta de este megaproyecto se modificó de última hora para adentrarse cinco kilómetros a la selva maya y pasar sobre un amplio sistema de cuevas y cavernas inundables, así como cenotes, atendiendo no cuestiones técnicas sino reclamos de los hoteleros de Playa del Carmen.
“La Península de Yucatán es una especie de queso gruyere, de una roca muy quebradiza que se disuelve con el agua, lo que se conoce como roca caliza. Ese queso gruyere está lleno de huecos que muchos de ellos tienen agua, y ahí es donde está el acuífero de la Península”, precisó.
El doctor Medellín conocido como el Batman mexicano, por ser uno de los científicos que más conocen de murciélagos a nivel mundial, puntualizó que precisamente el agua subterránea del acuífero es la que permite tener una gran biodiversidad en la región y la que sostiene las tradiciones y cultura maya hasta nuestros días.
En tanto, Luisa Falcón, también investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, manifestó que el 60 por ciento del carbono azul almacenado en México se encuentra en la Península de Yucatán, por lo que la construcción del Tren Maya afectará este servicio ecosistémico.
Es de esperarse que la tala de la selva maya genere una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, debido a que todo el C02 atrapado por miles de años en los árboles quede liberado.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR