TAMAULIPAS.- Nacemos y comienza todo. Nos comienzan a ver y no dejan de hacerlo hasta que desaparecemos del mapa. Comienzan a buscarnos las miradas y nosotros, al comprender la existencia, iniciamos la búsqueda intensa de otras.
No elegimos nacer. O quien sabe. Dicen- quienes creen en la reencarnación- que nacemos de nuevo convertidos en lo que deseamos cuando estamos en el otro mundo, en lo que reencarnamos. Pero una vez en tierra olvidamos.
Ahora bien, acerca del por qué nacimos y para qué, ahí les encargo, sólo es filosofía, es el más allá, mientra que en el más acá nos llenamos de una nueva vida tratando de construir un algo, un edificio invisible que podamos controlar y cuya llave esté en nuestras manos. Un “dejo aquí esto” , un memorial, una foto retocada, una joya de lo que fue nuestra existencia imperfecta.
La vida comienza a ser un teatro lleno de emociones y elegimos como grupos de actores a los amigos. Van a un lado parelelos los parientes más cercanos que nos ayudan a sobrevivir mientras caminamos y luego, ya sueltos, pensamos en hacernos a un lado e ir por nuestra cuenta y lo logramos. Hay humanos solitarios. Y lo que pasa es el flujo de los días y sus noticias imparables. Nadie vuelve al sitio donde estuvo. Nos queda claro. Vamos solos y acompañados a un tiempo. ¿Quién inventó eso?
La vida tiene sus analogías en la vida misma. Dicen que somos como el río, iguales y distintos, duales, contradictorios, a cada segundo renovamos el agua.
La vida es para vivirla, seducirla, convertirla, renovarla, al fin de cuentas aunque nos hubiésemos negado aquí estamos. Yo escribiendo, intentando decir algo y otros leyendo conmigo en voz alta. Y en un inmenso coro de vidas encontradas, la vida seguirá siendo- absurda o cungruente- nuestra única vida.
También dicen que somos vendaval sin rumbo, nadie traza una línea recta y la sigue en Ia imaginaria. Nadie nos creería. Vamos curiosos viendo al de al lado, sino es que haciendo su vida.
Somos constelación y estrella. Remando en corriente alterna. Alternativa e idea original. Somos una copia echa por nosotros que deseamos parecernos a todos, inútil esfuerzo, somos despilfarro, virutas de silencio en un bolso, canción somos, somos un texto escrito por otros.
Dicen que la vida es un proceso continuo y eterno. Nunca dejaremos de ir a una parte. Eso es cierto a la hora de levantarse. La vida de un salto te saca un varo, te sirve una chela sin abrir el refri.
Merecemos vivir en el aire para respirar, nos dieron una nariz. Tenemos ganas, sueños e intenciones, pensamientos propios a la intemperie y ocultos con inteligencia. Por fuera los seres humanos nos parecemos mucho, aunque habemos uno que otro trompudo.
La vida es también el viaje multicitado sin boleto. Vamos de a grapa, ignorando, olvidando, recordando, siendo mencionados en una lista. Llevamos un número, un asiento roto, un souvenir acaso del sitio de donde procedemos. Llevamos maletas o un portafolio que hace la veces de guardarropa y escritorio.
Alfa y omega la vida es el instante. Es el difunto y la viuda, el agua seca y la tierra, es la orilla de un cuerpo y el bote de remos. La vida en el mar es un litro de agua, un cactus líquido; y tierra adentro la vida viaja a donde el sol, gira en círculos y en la noche los árboles son fantasmas, las manos son ramas, las cicatrices son rayos de un trueno.
Es verdad, la vida es el trajín que nos ocupa y nos llena el cerebro de datos y emociones, la vida siendo seria no lo es tanto, no es gratuito que lo único que no tiene solución sea la muerte. Somos muy cabrones.
Y sin embargo la vida no retoña, ahija, crece, se desenvuelve, habita en nosotros, nos va llevando, la vida es la película de suspenso que no habíamos visto.
HASTA PRONTO