11 julio, 2025

11 julio, 2025

El beso robado

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

Contacto, roce, tacto, caricia, baboseo, arrumaco y ósculo, todo eso se encierra en un beso, romántico sí se trata de enamorados, pero muy agresivo si se trata de algo inesperado, robado, sin consenso, de desconocidos o conocidos, amigos, compañeros de trabajo o de escuela, vecinos o familiares que incomodan. No, es no. Sin embargo, a veces no dan tiempo a la negativa, invaden tú espacio para invadir tú cuerpo.

Desde que los hombres regresaron de la guerra, se romantizó el beso robado, o quizás fue antes, pero el retrato de un soldado, en 1945, doblando a una enfermera para besarla sorpresivamente en la boca, dio la pauta para popularizar la agresión y colocarla en el inconsciente colectivo, haciendo romántica, la agresión sexual. Es violencia sexual, ahora lo sabemos.

Tan normalizada esta la agresión, que cada 6 de julio, parece que desde 2013, se celebra el Día Internacional del Beso Robado, el internet dice que la conmemoración es de origen desconocido, aunque unas páginas establecen que surgió en Tailandia, pero todos coinciden que la inspiración les nació desde el famoso ósculo que el soldado plantó a la enfermera, en Estados Unidos, hace más de medio siglo. Más de medio siglo, ya evolucionemos por favor.

Lo demás es historia, desde primaria está bien visto que un niño le robe su primer beso a la niña, si la historia la cuenta él es un valiente, casi príncipe, pero si se le pregunta a la menor, ella esta avergonzada y miedosa, mejor no lo contará.

De ahí a lo social, el sistema patriarcal convenientemente lo impulsó como una costumbre de saludo, así es común ver que un hombre jala la mano a una mujer la arrejunta hacia él y le roza la mejilla o se la ensaliva, da igual, es igual de asqueroso en la práctica; otra táctica es la caballerosidad, entendida no como educación, sino como coqueteo, llegar y acercarse con amabilidad, para intimidar y conseguir el beso. Una demostración absoluta de poder masculino sobre la mujer, sea a la edad que sea, en el contexto en que se dé y la época que sea.

La pandemia nos dio tregua, pero fue momentánea, al reactivarse la movilidad social, regresamos a lo mismo, al saludo de mano, entre ellos y de beso, de ellos para ellas. Hoy es tan común el acoso y hostigamiento sexual hacia las mujeres que se organizaron esta festividad, con mucho eco en las redes sociales, con el afán de perpetuar su práctica.

Pero las nuevas generaciones, las anteriores y futuras, deben saber que nuestras ancestras, luchadoras en defensa de los derechos de las humanas y las colectivas feministas de nuestro tiempo, desaprueban la costumbre, el tiempo nos ha dado la razón, y debemos cambiar la historia; el beso robado no es cariño, no es amor, es agresión sexual; sino hay consenso es acoso, por tanto, es arcaico, obsoleto y ya no debería festejarse, menos tolerarlo. No, es no.

Por Guadalupe Escobedo Conde

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