TAMPICO, TAMAULIPAS.- Emilio Zapata Rico, Ramiro Rivas y Alfredo Aran son tres buscadores de coleccionables y objetos antiguos que han desarrollado un olfato especial para encontrar tesoros, que pueden ser de interés para otras personas, han hecho de esta actividad una pasión o de esta pasión una actividad que además les deja una ganancia, aunque el mayor premio es el rescatar objetos y la satisfacción de saber que su búsqueda rinde frutos.
Cada uno tiene su negocio independiente, aunque comparten un espacio en la calle, pero se unen para tener fuerza de venta, para intercambiar opiniones y estrechar el vínculo de la amistad unidos por este gusto por lo antiguo, lo vintage y la historia.
Al pasar frente a sus negocios es inevitable voltear a ver lo que venden, cosas que en pocos segundos te atrapan, obligándote a bajar el paso, voltear, detenerte y preguntar sobre el costo de la mercancía y si la curiosidad va más allá a preguntar obligadamente que es y para que sirve.
A su punto de venta también llegan los compradores expertos, los clientes frecuentes , que saben lo que quieren y van a lo seguro, estos compradores tienen las primicias de lo que se va a vender durante el día gracias a su fidelidad como consumidores usuales.
Emilio Zapata comenta que en la búsqueda de estos objetos hay mucho más que solo ganar algo de dinero, hay una pasión que se alimenta con el deseo de ver lo que se ha obtenido e investigar su procedencia, su árbol genealógico de creación, de tenerlos y poder compartir con los demás este trofeo efímero que pronto cambiarán de manos.
Esto lo han convertido en un estilo de vida que llenan de emociones, por eso este negocio no es para cualquiera, hay quienes llegan, lo viven y se retiran al darse cuenta que es más el trabajo y la dedicación que la ganancia económica.
Programas de televisión como el Precio de la Historia, Cazadores de Tesoros, entre otros pusieron de moda esta actividad sin embargo para muchos fue pasajero, dejando de comprar vender o intercambiar, quedando solo los quienes han mantenido vigentes a base de esfuerzo.
Estos tres buscadores han adquirido madurez, aprendizaje y experiencia para adquirir piezas y se mantienen firmes , aun cuando les han tocado temporadas regulares, malas y muy malas, pero siempre recuerdan con agrado las buenas temporadas y los aciertos de encontrar ciertas piezas.
Venden de todo y lo que no tienen, lo buscan por encargos específicos, los temas marinos de cualquier tipo son los más buscados, tal vez por que vivimos en puerto, al igual que los objetos vintage de publicidad. Han vendido a nivel nacional gracias a que su reputación y credibilidad como vendedores responsables está bien calificada,
El coleccionismo , despierta la curiosidad y emoción de quienes buscan tener en sus manos objetos con historia, es un mercado de compra-venta, intercambio y negociación para el cual se requiere tener un ojo entrenado, un criterio abierto, conocimientos históricos y los sentidos alertas para reconocer el valor de las cosas.
El negocio , de estos buscadores de joyas del tiempo, lo puedes encontrar al caer la tarde a tan solos pocos pasos de la plaza de armas, justo al limite donde inicia el segundo cuadro de la ciudad , en la esquina que forman las calles Díaz Mirón y Cesar López de Lara.
POR LUIS FERNANDO CASTILLO HERNÁNDEZ