TAMAULIPAS.- En cada salida para atender una emergencia, ya sea un incendio o la captura de un cocodrilo, el pulso se acelera y la adrenalina fluye por su cuerpo.
Sin embargo, el bombero sabe controlarlos porque ha recibido la capacitación correspondiente para enfrentar cualquier contingencia.
Y es que regresar a casa, sanos y salvos, es el principal objetivo de los llamados “tragahumo”.
Pero también son conscientes que viven bajo un riesgo constante por la naturaleza de su trabajo.
Son seres humanos que muchas ocasiones realizan actos catalogados como heróicos.
A diferencia de los personajes ficticios de películas e historietas, ellos cuentan con armas como la preparación, el entrenamiento y el gusto por ayudar a sus semejantes para enfrentar cualquier emergencia.
Eso lo tienen en mente los 40 elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos de Tampico.
Al celebrarse este 22 de agosto el Día del Bombero, los vulcanos iniciarán esa fecha especial con una misa de acción de gracias en la parroquia Maria Auxiliadora.
El Comandante de la Corporación, Juan García Hernández, reconoció en ese sentido que hay mucho qué agradecer, ya que el riesgo es constante para quienes realizan ese importante trabajo.
“Es agradecer al ser supremo todas las bondades de poder seguir trabajando, estar ilesos y poder seguir esforzándonos por nuestros semejantes”, indicó.
Dejó en claro que no se trata de un trabajo común y corriente ya que es necesario tener vocación por esa actividad.
“Si no tienes el espíritu de ayudar a tus semejantes y prepararte no lo puedes tomar como cualquier trabajo, requiere de ciertas habilidades personales y sobre todo requiere mucha vocación, preparación, entrenamiento, estar bien físicamente, mentalmente”, explicó.
Pero como todo ser humano, el Bombero experimenta diferentes emociones cuando reciben un llamado para acudir a una emergencia, sin importar si tiene muchos años dentro de la corporación.
“Aunque tengas mucho tiempo de trabajar aquí, desde el mismo momento en que se está recibiendo la llamada y se están recibiendo datos de ubicación y se está recibiendo por parte del C-5 el tipo de emergencia, desde ese momento ya está la adrenalina, ya estamos listos para sonar la alarma, desde ese momento ya se está trabajando mentalmente como si ya estuviéramos en la emergencia”, aseguró.
“Las emociones son muy encontradas, en muchas ocasiones esas emociones tenemos que dejarlas por un lado para concentrarnos en el trabajo que estamos haciendo, somos seres humanos y muchas veces ya después de que atendemos una emergencia, sobre todo cuando hay desgracias, puedo decir que he visto elementos que lloran pero se tienen que sobreponer, darle la vuelta a la hoja, aunque no sean familiares de nosotros no dejamos de lamentarnos”, detalló.
García Hernández ha vivido esas y otras muchas experiencias a lo largo de 36 años dentro de esa corporación, a la que aprendió a admirar desde los 12 años de edad y que lo convierte en el integrante con más antigüedad laboral de la misma.
Por ello, cuando un ciudadano acude al Cuartel a reconocer la labor de los vulcanos, saben que el esfuerzo, la dedicación y las agotadoras jornadas de trabajo han valido la pena.
“Después de que se atiende un siniestro que queda en el olvido y solo queda en documentación como estadística, de repente hay personas que regresan a la corporación y vienen a traer un pastel a los bomberos y les dicen oye tú trabajaste, fuiste al incendio de mi casa, tú me ayudaste a salir y eso es gratificante, eso es de lo más grato, es el resultado del trabajo y de la buena dedicación que tienes a esta profesión”, señaló.
En su momento, una persona acompañada de su hijo de 11 años, se acercó a los “tragahumo” para obsequiarles un pastel con la figura de un cocodrilo, esto luego de que vieran a los elementos trabajando en la captura de un saurio.
Por ese motivo, el Día del Bombero representa para los elementos la oportunidad de renovar el compromiso que tienen con los ciudadanos de ayudarlos ante cualquier emergencia que les corresponda atender.
Por Benigno Solís
Expreso-La Razón