MÉXICO.- El ruido de la euforia y la música de los mariachis fue la banda sonora de las dos visitas de la reina Isabel II de Inglaterra a México.
La monarca realizó dos viajes a México, en 1975 y 1983, durante los cuales visitó la Ciudad de México, Quintana Roo, Yucatán, Guanajuato y Veracruz.
La presencia de Isabel II se esperaba para los Juegos Olímpicos de México 1968. La soberana tenía pensado asistir a la inauguración del encuentro en el estadio de Ciudad Universitaria.
En agosto de 1974, la reina Isabel aceptó la invitación emitida por el presidente Luis Echeverría.
El Yate real Britannia llegó escoltado por la fragata Tartar, de la Marina Real inglesa.
La reina Isabel, acompañada de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, hicieron una escala en las islas Bermudas, como primer destino de la serie de visitas que realizaron en la zona de Las Antillas para desde ahí dirigirse a México.
El buque que transportaba a la pareja Real tuvo que desembarcar en un punto distinto al que estaba planeado en Cozumel. Ahí esperaron durante más de 50 minutos debido a un temporal que azotaba a la isla.
Posteriormente, se dirigieron en bote a una base aérea militar donde los esperaba una aeronave que los llevaría al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ahí ya se encontraban el presidente Luis Echeverría, su esposa María Esther Zuno, cadetes y diplomáticos.
Entre banderas y mariachis, el júbilo se desató ante la presencia de la reina y su esposo, el duque de Edimburgo. La pareja real descendió sobre las escalerillas del jet Vickers 10.
La jefa suprema de la realeza inglesa estaba vestida con un abrigo de seda sin mangas sobre un vestido de chifón, llevaba un lazo a la altura del escote y turbante verde adornado con una borla.
Resonaron 21 cañonazos de salva como parte del protocolo de recepción.
Los mariachis interpretaron las notas de la Marcha de Zacatecas y La Adelita, entre otras canciones populares mexicanas. El príncipe Felipe sostuvo una amena charla sobre corbatas con los periodistas que lo abordaron. Tras su llegada, la pareja tomó rumbo hacia el primer cuadro del Centro Histórico capitalino.
El recorrido del Aeropuerto Benito Juárez a Palacio Nacional se transmitió en televisión en cadena nacional. El trayecto, a bordo de un vehículo Land Rover, acompañado de un minibús y una caravana, se dio sobre las avenidas Hangares, Boulevard Puerto Aéreo, Fray Servando y 20 de noviembre hasta la plaza de la Constitución.
Una comitiva de diplomáticos y cadetes recibió a los representantes de la Casa Windsor en sus giras por el país.
DE GALA Y UN PAR DE MALETAS
Por la noche, Isabel II y su esposo fueron invitados a una colorida cena en el patio central de Palacio Nacional. Entre música popular mexicana, rebosaron los manteles color rosa mexicano, adornos de papel picado, velas, orquídeas y elementos en tonalidades de frutas tropicales.
El menú: crema de flor de calabaza, pato almendrado acompañado de chilacayotes y dulce de yema con agua de Jamaica y vino blanco: todo servido en vajilla poblana de talavera blanca y azul.
Durante la cena ofrecida a los huéspedes, Echeverría obsequió al príncipe Felipe un par de maletas grabadas: “para usted que viaja tanto”.
A su vez, el duque entregó al jefe de estado un juego de piel para oficina, “para usted que trabaja tanto” dijo sonriente el miembro de la realeza británica.
Casi a la media noche, la pareja se retiraró al hotel Camino Real donde se alojaron. La suite de lujo se acondicionó de manera especial, con más de 850 empleados a su disposición.
EN LA CUNA DEL PAÍS
La reina visitó el Museo Nacional de Antropología, donde recibió una réplica de la máscara del dios Xipe Tótec de Monte Albán. Y visitó la antigua ciudad de Teotihuacán.
Esa misma noche, abordó un tren presidencial que la llevaría a su siguiente destino: Guanajuato. La reina y el príncipe Felipe llegaron después de lo previsto a la estación de trenes de Buenavista.
Los representantes de Windsor sintieron la hospitalidad de los mexicanos al acudir al mercado Hidalgo, del centro de Guanajuato. La gente se arremolinó al grado de estar a centímetros de ellos.
La reina Isabel II y el duque de Edimburgo se asombraron con la Alhóndiga de Granaditas. A su llegada al antiguo almacén de semillas, firmaron el libro de registro de visitantes distinguidos, aunque Isabel colocó erróneamente la fecha.
Recorrió las calles, fue recibida por una multitud y pasó por la Universidad de Guanajuato. Un perrito se acercó Zacatecas
hacia la comitiva real, en un momento que marcó la gira de la monarca.
En la exhacienda de San Gabriel de Barrera, la líder del Reino Unido comió pipián verde, un platillo originario de la gastronomía precolombina que Isabel probó por primera vez durante una visita de Echeverría al país europeo apenas un par de años antes.
En Yucatán, fueron violados los protocolos de seguridad, se presentaron jaloneos, y hasta robo de carteras en un momento de tensión.
Su estancia en el lugar se complicó debido a una fuerte lluvia en el momento que la reina degustaba un banquete en su honor.
Días antes de la llegada de la reina a tierras yucatecas, algunas obras retrasadas se reanudaron de manera intensa. Razón por la cual los pobladores de esa zona llamaron “milagrosa” a Isabel II por lograr la reanudación de construcciones. El 1 de marzo de 1975, la reina se despidió y aseguró llevarse los mejores recuerdos en cada lugar que visitó.
Isabel II recorrió las calles de Guanajuato, en 1975, paseó a un costado de la universidad del estado mientras una estudiantina cantaba.
LA SEGUNDA VISITA
Casi diez años habían pasado desde la primera visita de la Reina de la Casa de Windsor a México. En septiembre de 1982 se anunció el regreso de la pareja real a tierras mexicanas.
El domingo 14 de febrero de 1983 partieron de la Gran Bretaña la reina Isabel II y el príncipe, Felipe de Edimburgo junto con una comitiva diplomática hacia una gira oficial por Jamaica, México, Estados Unidos y Canadá.
Escoltado por una fragata y con más de 250 marinos a bordo, el 17 de febrero atracó en el puerto de Acapulco el yate real Britannia procedente de las Islas Caimán. Sin embargo, la máxima representante de la realeza inglesa arribó en avión el día siguiente al Aeropuerto Internacional Juan Álvarez.
En Acapulco, Isabel II fue recibida por el entonces presidente Miguel de la Madrid, acompañado de su esposa y una reducida comitiva.
La soberana habló de las relaciones cercanas que ambas naciones tienen en común, además de brindar palabras de aliento acerca de la crisis que atravesaba este país.
De la Madrid se acercó y enseguida sonaron 21 salvas al tiempo que se entonaron los himnos oficiales de cada país.
Horas más tarde fue ofrecida una cena de bienvenida a la pareja real en el Fuerte de San Diego, donde el menú consistió en crema de flor de calabaza, langosta y nieve sobre piña; para beber, vino de Baja California y champaña.
El entonces secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúlveda, calificó la presencia de Isabel como “una visita amistosa”, que buscaba mejorar las relaciones con el Reino Unido.
En Puerto Vallarta, se pasearon por las calles en las que un perro bulldog callejero no dejaba de seguir a la reina sin que esta se molestara por ello.
El 23 de febrero la jefa de la casa de Windsor y su esposo Felipe, duque de Edimburgo, arribaron a La Paz, Baja California, los recibieron con flores y regalos. La música no paraba de sonar mientras el convoy de la reina avanzaba entre las calles
Al atardecer, los altos jerarcas abordaron el yate Britannia desde el muelle de Punta Prieta. Momentos antes de comenzar a avanzar el barco inglés, un delfín saltó en el mar a una distancia considerablemente cercana.
Con ello finalizó la segunda y última visita de Isabel II a tierras mexicanas.
En 1983, la monarca se encontró con el entonces presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado.
LA SOBERANA DE LAS PRIMERAS VECES
En sus 70 años de reinado, Isabel II de Inglaterra aprovechó cada avance tecnológico para dejar huella.
En febrero de 1953, la monarca subió al trono. Y su ceremonia se realizó el 2 de junio de 1953.
Millones de ciudadanos fueron testigos del evento desde su hogares, pues fue la primera monarca en transmitir un evento de este tipo por televisión.
Ciudadanos de distintos orígenes y grupos sociales presenciaron el evento, que funcionó para acercar a la población a la nueva monarca.
Incluso, hubo británicos que alquilaron un aparato para poder presenciar el acontecimiento en el que la monarca se convertía en la soberana de Reino Unido.
Las grabaciones fueron enviadas por avión para ser retransmitidos en Canadá, Australia o Estados Unidos, según recordó la cadena National Geographic.
Cerca de 750 periodistas cubrían el evento que marcó el fin de una era.
Con eso, marcó el comienzo de hitos para emplear la tecnología como medios de difusión de la realeza.
ELIZABETH R
En 1976, la reina envió su primer correo electrónico, con lo que se convirtió en la primera monarca en utilizar este medio para mandar un mensaje.
El experto en informática Peter Kirstein ayudó a la reina a crear la cuenta HME2, un acrónimo para Her Majestic Elizabeth the Second (Su Majestad Isabel II), recordó la cadena BBC.
Esto inauguró un lenguaje de programación desarrollado junto con el Ministerio de Defensa.
La monarca envió el mensaje con su firma: Elizabeth R.
Años después de ese hito , Isabel siguió su camino en el mundo digital con su primer tuit.
SE HIZO TWITSTAR EN MINUTOS
El 24 de octubre de 2014, expresó: “Es un placer inaugurar la exposición Era de la Información hoy en el Science Museum y espero que la gente disfrute de la visita”, expresó a través de la cuenta oficial de la Familia Real británica, BritishMonarchy. Con esas palabras, la soberana se sumó a la era de los entonces 140 caracteres, y se hizo twitstar, al ganar 700 retuits en sólo diez minutos.
La familia real aclaró que el mensaje había sido enviado personalmente por la propia monarca.
Ayer no fue la excepción, pues la familia británica utilizó las redes sociales Twitter e Instagram para anunciar la muerte de la soberana.
La reina murió plácidamente en Balmoral esta tarde. El rey y el consorte real permanecerán en Balmoral esta tarde y volverán a Londres mañana”, expresó la familia real en sus redes sociales oficiales.
Es la monarca de las primeras veces. Logró coincidir con el expremier Winston Churchill, el conflicto entre Argentina y Reino Unido.
Dio la cara ante la nación tras los ataques terroristas de 2005 y buscó la conciliación en 2016, con el proceso del Brexit.
Isabel II de Inglaterra aprovechó su primera visita a México para recorrer las pirámides Teotihuacán.
SÍMBOLO DEL SIGLO XX
Con la muerte de Isabel II, Reina de Inglaterra, a los 96 años de edad, y tras siete décadas de reinado, se va el “símbolo más claro del siglo XX” a nivel mundial.
Ella prácticamente representa el siglo XX”, afirmó el exembajador de México en Reino Unido, Diego Gómez Pickering.
Entrevistado por Pascal Beltrán del Río, para Imagen Multicast, el diplomático recordó su encuentro con la monarca.
Me impactó su gallardía su buena memoria, su don de gentes, y su forma de ejercer la capitanía de su estado”, afirmó.
Era, la Reina Madre, continúa Gómez Pockering.
Una mujer ágil, inteligente, de humor muy británico, y una personalidad que explicaba el por qué estuvo a la cabeza de su país por tantos años”, recordó.
Con su muerte “una época está falleciendo, trascendiendo a otra época, como pasa cuando personas de su talla mueren”, señaló.
Para Reino Unido, indicó, es muy pronto para conocer respuestas precisas qué sigue para el país, en materia política y económica, y en su relación con Escocia.
Reino Unido ha estado transitando hacia realidades diferentes: su composición política y social, así como su plataforma cultural se han transformado desde la década de los 90, con la caída del muro de Berlín, hasta el periodo de la contra globalización y de este neonacionalismo por el que transita gran parte del viejo continente, describió.
Ante ello, adelantó que la muerte de la soberana conformará un nuevo tablero de juego en Reino Unido.
Dependerá de cómo muevan sus fichas tanto el movimiento nacionalista escocés, y la nueva primer ministra” la conservadora Liz Truss”, afirmó.
La reina Isabel II de Reino Unido estaba más próxima a los cien años de edad, que a los 90. El anuncio de complicaciones graves de salud llevó a que durante horas del día los ojos del mundo estuvieran en Balmoral, el palacio de verano de la monarca, en Escocia, afirmó Gómez Pickering.
Ningún anuncio previo, de este último año de problemas físicos” de Isabel, “no habían desatado la situación de alarma, como sí sucedió este jueves 08 septiembre”, afirmó el exdiplomático.
Lo mismo podría decirse del anuncio del Presidente de la Cámara de los Comunes”, sir Lindsay Hoyle, y el de la misma ministra Liz Truss, hacía pensar de la eventual muerte de la monarca”, concluyó.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR