21 abril, 2025

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Así fue la llegada de la reina Isabel ll a México en 1975

En 1975, la monarca llegó por invitación de Luis Echeverría; la recibió un mariachi entonando Adelita y la Marcha de Zacatecas

MÉXICO.- El ruido de la euforia y la músi­ca de los mariachis fue la ban­da sonora de las dos visitas de la reina Isabel II de Inglaterra a México.

La monarca realizó dos viajes a México, en 1975 y 1983, durante los cuales visitó la Ciudad de México, Quinta­na Roo, Yucatán, Guanajuato y Veracruz.

La presencia de Isabel II se esperaba para los Juegos Olímpicos de México 1968. La soberana tenía pensado asistir a la inauguración del encuen­tro en el estadio de Ciudad Universitaria.

En agosto de 1974, la rei­na Isabel aceptó la invitación emitida por el presidente Luis Echeverría.

El Yate real Britannia llegó escoltado por la fragata Tartar, de la Marina Real inglesa.

La reina Isabel, acompa­ñada de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, hicieron una escala en las islas Bermu­das, como primer destino de la serie de visitas que reali­zaron en la zona de Las Anti­llas para desde ahí dirigirse a México.

El buque que transportaba a la pareja Real tuvo que des­embarcar en un punto distinto al que estaba planeado en Co­zumel. Ahí esperaron durante más de 50 minutos debido a un temporal que azotaba a la isla.

Posteriormente, se dirigie­ron en bote a una base aérea militar donde los esperaba una aeronave que los lleva­ría al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Ahí ya se encontraban el presidente Luis Echeverría, su esposa María Esther Zuno, ca­detes y diplomáticos.

Entre banderas y maria­chis, el júbilo se desató ante la presencia de la reina y su es­poso, el duque de Edimburgo. La pareja real descendió sobre las escalerillas del jet Vickers 10.

La jefa suprema de la rea­leza inglesa estaba vestida con un abrigo de seda sin mangas sobre un vestido de chifón, llevaba un lazo a la altura del escote y turbante verde ador­nado con una borla.

Resonaron 21 cañonazos de salva como parte del pro­tocolo de recepción.

Los mariachis interpreta­ron las notas de la Marcha de Zacatecas y La Adelita, en­tre otras canciones populares mexicanas. El príncipe Felipe sostuvo una amena charla sobre cor­batas con los periodistas que lo abordaron. Tras su llegada, la pareja tomó rumbo hacia el primer cuadro del Centro His­tórico capitalino.

El recorrido del Aeropuerto Benito Juárez a Palacio Nacio­nal se transmitió en televisión en cadena nacional. El tra­yecto, a bordo de un vehícu­lo Land Rover, acompañado de un minibús y una carava­na, se dio sobre las avenidas Hangares, Boulevard Puerto Aéreo, Fray Servando y 20 de noviembre hasta la plaza de la Constitución.

Una comitiva de diplomáticos y cadetes recibió a los representantes de la Casa Windsor en sus giras por el país.

DE GALA Y UN PAR DE MALETAS

Por la noche, Isabel II y su es­poso fueron invitados a una colorida cena en el patio cen­tral de Palacio Nacional. En­tre música popular mexicana, rebosaron los manteles color rosa mexicano, adornos de papel picado, velas, orquídeas y elementos en tonalidades de frutas tropicales.

El menú: crema de flor de calabaza, pato almendrado acompañado de chilacayotes y dulce de yema con agua de Jamaica y vino blanco: todo servido en vajilla poblana de talavera blanca y azul.

Durante la cena ofrecida a los huéspedes, Echeverría obsequió al príncipe Felipe un par de maletas grabadas: “para usted que viaja tanto”.

A su vez, el duque entregó al jefe de estado un juego de piel para oficina, “para usted que trabaja tanto” dijo son­riente el miembro de la reale­za británica.

Casi a la media noche, la pareja se retiraró al hotel Ca­mino Real donde se alojaron. La suite de lujo se acondicio­nó de manera especial, con más de 850 empleados a su disposición.

EN LA CUNA DEL PAÍS

La reina visitó el Museo Na­cional de Antropología, don­de recibió una réplica de la máscara del dios Xipe Tótec de Monte Albán. Y visitó la an­tigua ciudad de Teotihuacán.

Esa misma noche, abor­dó un tren presidencial que la llevaría a su siguiente destino: Guanajuato. La reina y el prín­cipe Felipe llegaron después de lo previsto a la estación de trenes de Buenavista.

Los representantes de Windsor sintieron la hospita­lidad de los mexicanos al acu­dir al mercado Hidalgo, del centro de Guanajuato. La gen­te se arremolinó al grado de estar a centímetros de ellos.

La reina Isabel II y el duque de Edimburgo se asombraron con la Alhóndiga de Grana­ditas. A su llegada al antiguo almacén de semillas, firma­ron el libro de registro de vi­sitantes distinguidos, aunque Isabel colocó erróneamente la fecha.

Recorrió las calles, fue re­cibida por una multitud y pasó por la Universidad de Gua­najuato. Un perrito se acercó Zacatecas

hacia la comitiva real, en un momento que marcó la gira de la monarca.

En la exhacienda de San Gabriel de Barrera, la líder del Reino Unido comió pipián verde, un platillo originario de la gastronomía precolombina que Isabel probó por prime­ra vez durante una visita de Echeverría al país europeo apenas un par de años antes.

En Yucatán, fueron viola­dos los protocolos de seguri­dad, se presentaron jaloneos, y hasta robo de carteras en un momento de tensión.

Su estancia en el lugar se complicó debido a una fuer­te lluvia en el momento que la reina degustaba un banquete en su honor.

Días antes de la llegada de la reina a tierras yucate­cas, algunas obras retrasadas se reanudaron de manera in­tensa. Razón por la cual los pobladores de esa zona lla­maron “milagrosa” a Isabel II por lograr la reanudación de construcciones. El 1 de marzo de 1975, la reina se despidió y aseguró llevarse los mejores recuer­dos en cada lugar que visitó.

Isabel II recorrió las calles de Guanajuato, en 1975, paseó a un costado de la universidad del estado mientras una estudiantina cantaba.

LA SEGUNDA VISITA

Casi diez años habían pasa­do desde la primera visita de la Reina de la Casa de Wind­sor a México. En septiembre de 1982 se anunció el regre­so de la pareja real a tierras mexicanas.

El domingo 14 de febrero de 1983 partieron de la Gran Bretaña la reina Isabel II y el príncipe, Felipe de Edimburgo junto con una comitiva diplo­mática hacia una gira oficial por Jamaica, México, Estados Unidos y Canadá.

Escoltado por una fragata y con más de 250 marinos a bordo, el 17 de febrero atracó en el puerto de Acapulco el yate real Britannia proceden­te de las Islas Caimán. Sin embargo, la máxima repre­sentante de la realeza inglesa arribó en avión el día siguien­te al Aeropuerto Internacional Juan Álvarez.

En Acapulco, Isabel II fue recibida por el entonces pre­sidente Miguel de la Madrid, acompañado de su esposa y una reducida comitiva.

La soberana habló de las relaciones cercanas que am­bas naciones tienen en co­mún, además de brindar palabras de aliento acerca de la crisis que atravesaba este país.

De la Madrid se acercó y enseguida sonaron 21 salvas al tiempo que se entonaron los himnos oficiales de cada país.

Horas más tarde fue ofre­cida una cena de bienvenida a la pareja real en el Fuerte de San Diego, donde el menú consistió en crema de flor de calabaza, langosta y nieve so­bre piña; para beber, vino de Baja California y champaña.

El entonces secretario de Relaciones Exteriores, Ber­nardo Sepúlveda, calificó la presencia de Isabel como “una visita amistosa”, que buscaba mejorar las relacio­nes con el Reino Unido.

En Puerto Vallarta, se pa­searon por las calles en las que un perro bulldog callejero no dejaba de seguir a la reina sin que esta se molestara por ello.

El 23 de febrero la jefa de la casa de Windsor y su espo­so Felipe, duque de Edimbur­go, arribaron a La Paz, Baja California, los recibieron con flores y regalos. La música no paraba de sonar mientras el convoy de la reina avanzaba entre las calles

Al atardecer, los altos je­rarcas abordaron el yate Bri­tannia desde el muelle de Punta Prieta. Momentos antes de comenzar a avanzar el bar­co inglés, un delfín saltó en el mar a una distancia conside­rablemente cercana.

Con ello finalizó la segun­da y última visita de Isabel II a tierras mexicanas.

En 1983, la monarca se encontró con el entonces presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado.

LA SOBERANA DE LAS PRIMERAS VECES
En sus 70 años de reinado, Isabel II de Inglaterra aprove­chó cada avance tecnológico para dejar huella.

En febrero de 1953, la mo­narca subió al trono. Y su ce­remonia se realizó el 2 de junio de 1953.

Millones de ciudadanos fueron testigos del evento desde su hogares, pues fue la primera monarca en transmi­tir un evento de este tipo por televisión.

Ciudadanos de distintos orígenes y grupos sociales presenciaron el evento, que funcionó para acercar a la po­blación a la nueva monarca.

Incluso, hubo británi­cos que alquilaron un apa­rato para poder presenciar el acontecimiento en el que la monarca se convertía en la soberana de Reino Unido.

Las grabaciones fueron enviadas por avión para ser retransmitidos en Canadá, Australia o Estados Unidos, según recordó la cadena Na­tional Geographic.

Cerca de 750 periodistas cubrían el evento que marcó el fin de una era.

Con eso, marcó el comien­zo de hitos para emplear la tecnología como medios de difusión de la realeza.

ELIZABETH R

En 1976, la reina envió su pri­mer correo electrónico, con lo que se convirtió en la primera monarca en utilizar este me­dio para mandar un mensaje.

El experto en informática Peter Kirstein ayudó a la rei­na a crear la cuenta HME2, un acrónimo para Her Majestic Elizabeth the Second (Su Ma­jestad Isabel II), recordó la ca­dena BBC.

Esto inauguró un lenguaje de programación desarrolla­do junto con el Ministerio de Defensa.

La monarca envió el mensaje con su firma: Eliza­beth R.

Años después de ese hito , Isabel siguió su camino en el mundo digital con su primer tuit.

SE HIZO TWITSTAR EN MINUTOS

El 24 de octubre de 2014, ex­presó: “Es un placer inaugurar la exposición Era de la Infor­mación hoy en el Science Mu­seum y espero que la gente disfrute de la visita”, expresó a través de la cuenta oficial de la Familia Real británica, BritishMonarchy. Con esas palabras, la so­berana se sumó a la era de los entonces 140 caracteres, y se hizo twitstar, al ganar 700 re­tuits en sólo diez minutos.

La familia real aclaró que el mensaje había sido envia­do personalmente por la pro­pia monarca.

Ayer no fue la excepción, pues la familia británica uti­lizó las redes sociales Twitter e Instagram para anunciar la muerte de la soberana.

La reina murió plácida­mente en Balmoral esta tarde. El rey y el consorte real per­manecerán en Balmoral esta tarde y volverán a Londres mañana”, expresó la fami­lia real en sus redes sociales oficiales.

Es la monarca de las pri­meras veces. Logró coinci­dir con el expremier Winston Churchill, el conflicto entre Argentina y Reino Unido.

Dio la cara ante la nación tras los ataques terroristas de 2005 y buscó la conciliación en 2016, con el proceso del Brexit.

Isabel II de Inglaterra aprovechó su primera visita a México para recorrer las pirámides Teotihuacán.

SÍMBOLO DEL SIGLO XX
Con la muerte de Isabel II, Rei­na de Inglaterra, a los 96 años de edad, y tras siete décadas de reinado, se va el “símbolo más claro del siglo XX” a nivel mundial.

Ella prácticamente re­presenta el siglo XX”, afirmó el exembajador de México en Reino Unido, Diego Gómez Pickering.

Entrevistado por Pascal Beltrán del Río, para Imagen Multicast, el diplomático re­cordó su encuentro con la monarca.

Me impactó su gallardía su buena memoria, su don de gentes, y su forma de ejer­cer la capitanía de su estado”, afirmó.

Era, la Reina Madre, conti­núa Gómez Pockering.

Una mujer ágil, inteligen­te, de humor muy británico, y una personalidad que explica­ba el por qué estuvo a la cabe­za de su país por tantos años”, recordó.

Con su muerte “una época está falleciendo, trascendien­do a otra época, como pasa cuando personas de su talla mueren”, señaló.

Para Reino Unido, indicó, es muy pronto para conocer respuestas precisas qué sigue para el país, en materia polí­tica y económica, y en su rela­ción con Escocia.

Reino Unido ha estado transitando hacia realidades diferentes: su composición política y social, así como su plataforma cultural se han transformado desde la déca­da de los 90, con la caída del muro de Berlín, hasta el perio­do de la contra globalización y de este neonacionalismo por el que transita gran parte del viejo continente, describió.

Ante ello, adelantó que la muerte de la soberana con­formará un nuevo tablero de juego en Reino Unido.

Dependerá de cómo mue­van sus fichas tanto el movi­miento nacionalista escocés, y la nueva primer ministra” la conservadora Liz Truss”, afirmó.

La reina Isabel II de Reino Unido estaba más próxima a los cien años de edad, que a los 90. El anuncio de complica­ciones graves de salud llevó a que durante horas del día los ojos del mundo estuvieran en Balmoral, el palacio de vera­no de la monarca, en Escocia, afirmó Gómez Pickering.

Ningún anuncio previo, de este último año de problemas físicos” de Isabel, “no habían desatado la situación de alar­ma, como sí sucedió este jue­ves 08 septiembre”, afirmó el exdiplomático.

Lo mismo podría decirse del anuncio del Presidente de la Cámara de los Comunes”, sir Lindsay Hoyle, y el de la mis­ma ministra Liz Truss, hacía pensar de la eventual muerte de la monarca”, concluyó.

CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR

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