TAMAULIPAS.- Si dividimos el Congreso de Tamaulipas en dos grandes bandos, por un lado está la bancada del PAN con sus todavía aliados priístas -dos tricolores auténticos y uno prestado- y por el otro, la bancada de Morena con su aliado Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano.
Con la recomposición de ayer, estas dos grandes fuerzas parlamentarias quedan empatadas en cuanto a presencia en el pleno: 18 contra 18.
Pero la política no es una ciencia exacta como las matemáticas.
Lo que pasa en el contexto nacional, con el evidente derrumbe de la alianza Va por México, obliga a poner en duda el comportamiento que mostrarán a partir de ahora los diputados priístas.
Ayer por ejemplo, luego de que los morenistas anunciaran la adhesión de dos legisladoras a su grupo parlamentario, los panistas se atrincheraron unos en sus oficinas y otros en la Junta de Coordinación Política, en espera de instrucciones.
Los tricolores en cambio, cuando se hizo evidente que no habría quórum para que se realizara la sesión extraordinaria, abandonaron el recinto a la par de los diputados de la 4T.
Eso puede significar mucho o ser una mera coincidencia, pero es cierto que hay suficientes elementos para que los panistas estén por lo menos nerviosos tratando de adivinar cómo van a votar Edgar Melhem y Alejandra Cárdenas a partir del 1 de octubre.
Para pronosticar hacia dónde se moverán las aguas tricolores, habría que empezar por decir que las circunstancias de ambos son muy distintas.
Es evidente que Alejandra se siente cómoda como militante de la alianza Va por Tamaulipas y además ha encontrado ahí un camino claro hacia el 2024, cuando habrá muchas posiciones electorales en juego.
Como también fueron transparentes las reticencias mostradas por Melhem para aliarse con Acción Nacional, particularmente por su difícil relación con Luis René Cantú “El Cachorro”.
Quedaron en el registro periodístico sus declaraciones a mediados del 2021, cuando insistía en que no había condiciones para la coalición con el PAN, y reconocía la desconfianza de su militancia ante esa posibilidad.
Hay otro elemento que se debe tomar en cuenta: Melhem dejará la dirigencia estatal del PRI en el 2023, antes de que se materialicen todas las negociaciones que se supone, echarían a andar priístas y panistas para volver a competir juntos en las elecciones federales y locales del 2024.
Es decir, la alianza electoral no será asunto suyo.
Aún más: el ríobravense fue uno de los primeros dirigentes estatales del PRI en salir a respaldar la postura de Alito Moreno con respecto a la iniciativa que permite la presencia militar hasta el 2029 y que se convirtió en la manzana que envenenó la alianza.
Como sea, más allá de lo que decidan Edgar y Alejandra -en lo público han dicho que votarán de acuerdo a lo que su conciencia les dicte- Morena ayer dio un golpe sobre la mesa y volvió a equilibrar las fuerzas en el Legislativo.
Por lo pronto, tienen los números para impedir que se realice cualquier sesión del Pleno hasta que inicie el próximo periodo ordinario de sesiones, el 1 de octubre, cuando la realidad política del estado será otra.




