TAMPICO, TAMAULIPAS.- La noche del 19 de septiembre de 1955, el huracán “Hilda”golpeó con vientos de más de 250 kilómetros por hora a la zona sur de Tamaulipas.
Los residentes de la región fueron testigos de la furia de la naturaleza como nunca lo habían vivido.
A la mañana siguiente las autoridades de gobierno hacían un esfuerzo por ayudar a las víctimas.
Casas y calles destruidas, comunicaciones interrumpidas, heridos y muertos se contabilizaron por cientos al terminar la jornada.
El pasó del huracán y los daños causados fueron apenas la antesala de la verdadera tragedia: la inundación.
El primer recuento fue de 26 muertos y 400 heridos, no había lugares en los albergues, y el registro de damnificados escalaba 11 mil 432.
LA VERDADERA TRAGEDIA: INUNDACIONES EN EL SUR
El 29 de septiembre, el huracán “Janet” tocó tierra en Tuxpan, Veracruz entró a la Sierra Madre Oriental, y allí descargó toda su carga, sobre la cuenca de los ríos Pánuco, Tamesí, Pantepec y Cazón
Las enormes bandas nubosas derramaron miles de millones de litros de agua sobre cuencas , caudales y el sistema lagunario.
Sigilosamente el nivel del agua fue en aumento y arrasa plantaciones, potreros, zonas de pastizal, miles de árboles fueron arrancados de tajo, animales de engorda arrastrados y lo peor miles de casas fueron arrancadas desde sus cimientos en los municipios del norte de Veracruz, oriente de San Luis Potosí y sur de Tamaulipas.
SIETE HORAS FUERON SUFICIENTES
El caudal del río Pánuco creció como nunca antes en su historia reciente: los telegramas advertían sobre un aumento de hasta 12 metros sobre su nivel corriente en la cabecera municipal de Pánuco, Veracruz.
Un par de horas más tarde, el caudaloso río a su paso por la región mostraba otro rostro: el más temido por los habitantes .
Una fuerte corriente desplazaba a su paso maderos, animales muertos, cadáveres de personas, restos de viviendas. evidencias de la destrucción que había dejado a su paso por Hidalgo, San Luis Potosí y Veracruz.
Sin precedentes, el hecho es que comenzó a subir el nivel y se detuvo la actividad portuaria de inmediato. Los mercados y las bodegas fueron evacuados y tras el paso del tiempo la inundación se hacía presente.
“Las calles se convirtieron en ríos con fuerte corriente, los 2 mercados quedaron bajo el agua, tapados cerca de en su totalidad, el agua llegó a la Plaza de la Libertad anegando numerosos negocios, la gente buscaba resguardo en los puntos más altos y las azoteas de los edificios de: Correos, Alijadores, El Águila y de la misma zona”, se lee en la investigación realizada por Marco Antonio Flores, ex cronista de la ciudad.
Durante las próximas horas fueron realizados actos heroicos por los ciudadanos que ataron cuerdas de los postes en las esquinas para poder ayudar a las personas a abandonar las áreas afectadas por las inundaciones.
CORTADAS LAS COMUNICACIONES
Durante la madrugada del 30 de septiembre ,las afectaciones causadas por el aumento del nivel de la cuenca del río Pánuco-Cuauhtémoc-Moctezuma- se vio reflejada con la destrucción de puentes, caminos y la invasión de la carretera Tampico-Tuxpan y su desviación a Poza Rica.
Los chalanes que servían para comunicar a los pobladores de las zonas rurales fueron arrastrados corriente abajo, hasta terminar a la deriva a cientos de kilómetros, en el Golfo de México
TAMPICO Y MADERO FUERON SORPRENDIDOS POR LA NOCHE
Durante la madrugada las inundaciones se apoderaron de Tampico y Ciudad Madero.
Los pobladores alarmados comenzaron a salir de sus casas con la ropa que portaban y los papeles más importantes.
El agua comenzaba a recorrer la ciudad con mayor fuerza y arrastraba todo a su paso.
“Las inundaciones se apoderaron de Tampico y en pocas horas devino el caos, los ríos Pánuco y Tamesí se desbordaron y las colonias bajas desaparecieron, se fue la energía eléctrica, el agua entubada, los tranvías dejaron de operar”.
La zona se quedaba incomunicada
Cientos de familias quedaron atrapadas en las azoteas y al interior de los edificios.
La verdadera tragedia de 1955 cobraba fuerza y al amanecer, los residentes de la zona no daban crédito a lo ocurrido.
La fuerza del agua impedía que los habitantes de al menos 15 edificios del primer cuadro, pudieran abandonarlos.
Las colonias El Golfo, Mainero, Tamaulipas, la industrial Isleta Pérez, el oriente del centro de Tampico, los mercados municipales , la estación del ferrocarril se encontraban bajo el agua.
Tampico y Ciudad Madero quedaron incomunicados por tierra, a causa de la inundación de la carreteras.
Los pobladores de la región vivieron los peores días de los que se tiene memoria.
En apenas unas horas vieron como el caudal del río alcanzaba la Laguna del Carpintero.
En apenas una noche el patrimonio de una vida lo “devoraba” la inundación.
Unas horas fueron suficientes para dejar sin hogar a 52 mil personas, 20 mil viviendas arrasadas, 52 industrias , mercados , estación de tren, de tranvías inundados , sin energía eléctrica, sin agua potable y sin transporte, cientos atrapados en sus casas en el centro de la ciudad.
LLEGA LA AYUDA
El 1 de octubre el portaaviones el “Saipan” de la armada de los Estados Unidos, atracaba cerca de la bocana del río Pánuco, en su cubierta venía 14 helicópteros y tropa bien equipada para apoyar a los necesitados,
Los helicópteros trabajaron i durante el día y repartían víveres, medicinas y rescataban gente de los techos y árboles, después llegó el portaaviones “Siboney” y el “Destructor Basset”, estos tendieron un puente aéreo a la frontera norte, México y Poza Rica.
Por José Luis Rodríguez Castro
Expreso-La Razón