No se requiere mucha ciencia para entender la difícil situación en que iniciará su mandato Américo Villarreal Anaya, máxime cuando los adversarios insisten en mantener la confrontación desde diversas trincheras. El congreso, por ejemplo, convertido en circo de maroma y teatro por errores y carencia de liderazgo morenista, al margen de que más bien semeja vergonzosa tienda de subastas que institución donde debieran surgir acuerdos de beneficio colectivo. No es secreto que ahí se genera toda clase de odios y rencores que sin duda limitan e impiden la buena marcha de la administración pública.
El nuevo régimen encuentra un estado dividido por consignas partidistas, especialmente del PAN, que condujo al extremo de la pasión una elección que debió ser tranquila, civilizada y con propósitos de progreso y desarrollo común. En este sentido pareciera que, en lugar de avanzar, hay regresión. Y es que la política mostró su rostro más infame y descarnado de que se tenga memoria.
Una urgente tarea será reconstruir el tejido social, sin dejar de mostrar la autoridad suficiente para rechazar lo que no conviene a la entidad. Américo está obligado a limpiar con rigor los restos del pasado inmediato. Esto incluye la demanda de claridad en el manejo de los recursos que así lo requieran. Importa por ser parte de la decencia y la buena moral en el ejercicio de gobernar.
Suponemos que AVA llega con la mejor de las intenciones, pero los obstáculos son muchos. Digamos que la entidad es un laberinto con salidas bloqueadas por el fallido proceso entrega-recepción que deja dudas por la falta de voluntad para aplicarlo con veracidad institucional de uno y otro lado. En este caso no conocemos las condiciones reales en que Tamaulipas pasa de un sexenio a otro. Tal vez haya misterios que resolver antes de emprender la transformación porque al fin de cuentas es dinero social el empleado en tareas que debieran reflejarse en el mejoramiento de la vida colectiva.
El compromiso de Américo es enorme y de arranque tiene en AMLO a su mejor aliado y quien este jueves repitió en “la mañanera” la disposición de apoyarlo en todo lo necesario sabedor de que la entidad está en problemas ante la aplicación de criterios sexenales con escasos resultados . Es una pena que durante los últimos tiempos haya imperado el interés político sobre el social, como si de pronto el valor supremo hubiera descendido a niveles sorprendentes. Aquí es donde Tamaulipas merece buen destino, sea distinto a los claro-obscuros que colocan a sus habitantes inciertos de su presente y futuro.
En Américo tenemos al gobernador de la esperanza y esto significa entregarle toda nuestra confianza como merecedor de la oportunidad para procurar un gobierno democrático donde impere la justicia social. Por ahora el voto mayoritario le otorga el apoyo necesario para intentarlo siendo el mejor deseo que lo cumpla a cabalidad anteponiendo valores y tradiciones imposibles de sustituir por la satisfacción de intereses alimentados por la condición humana que no pocas veces nos remite a colmar ambiciones personales y de grupo inadmisibles y condenables por todos conceptos. Tamaulipas ha sido un estado cautivo del poder desde hace mucho tiempo. Y ni modo que sea invento. La mejor de las suertes entonces para AVA, creo que la va a necesitar.
POR EL BIEN DE TODOS…
Por su parte AMLO ya se enteró de que el primer equipo de AVA está integrado por personas provenientes de partidos ajenos a Morena, incluso del desaparecido Encuentro Social del que ya hemos hablado aquí y el que, sin ser contrario, sí está clasificado como homofóbico, fanático de la religión católica y fascistoide. (Ahí les hablan “calabazo” y Olga Patricia). Se lo dijeron en una “mañanera” aunque pareció no darle importancia. En este aspecto el columnista insiste en que el inminente gobernador debiera revisar la señalada lista para no seguir dando lugar a suspicacias de mala fe de sus adversarios que para atacarlo apuntan a presuntas imposiciones. No se trataría de darles la razón, sino de mostrar que el régimen que inicia será transparente, sin mácula ni sospecha.
Hay que entender que ahora mismo Américo está fortalecido, no solo por el aval del supremo poder electoral, sino por el respaldo de la paisanada y su valiente actitud ante las circunstancias y el ambiente de confusión y desconcierto creado por los perdedores, sea que está llamado a tareas mayores.
Cabe destacar, asimismo, que estos meses han sido como curso intensivo para diferenciar la política de la politiquería del cual AVA resultó aprobado con calificación de excelencia, siendo esto un elemento más que lo distingue en el escenario nacional. De manera que una última revisada a la relación de colaboradores sería bien vista hasta por el presidente de los mexicas que recordéis, no le ha temblado la mano cuando de cambios necesarios se trata.
SUCEDE QUE
Como dijo aquel: “Se acabó la tracalada se acabó la diversión, bajen ese cartelón y vámonos a la chingada”.
Y hasta la próxima
Por Max Ávila