Ahora que el abogado Raúl Ramírez Castañeda ha sido descalificado para continuar en la Fiscalía Anticorrupción, es evidente que su estatus es indefendible y que meterá en un serio brete a los diputados panistas a la hora de abordar el caso.
Más allá de si su jefe Irving Barrios simplemente cumplió con lo que por obligación debía hacer, o lo hizo convencido de que su colaborador no debe continuar en su cargo, hay hechos que hablan por sí solos del amañado desempeño de este funcionario que en las conferencias de prensa ha destacado más por su pedantería, que por aportar información de valor.
Pero si en un año fue capaz de encarpetar a cerca de 500 personas y solamente nueve están vinculadas a proceso, habría que averiguar qué hay detrás de cada caso que emprendió contra servidores públicos del sexenio antepasado, unos cuantos de la infantería burocrática del anterior y docenas de personajes del equipo que acaba de asumir las riendas del Estado..
Ramírez Castañeda en 12 meses, pero sobre todo de enero a septiembre de este año, abrió indagatorias a casi dos personajes por día, un promedio que rebasa los alcances de una rutina normal en una institución como la que dirige aún, orientada a un segmento muy específico como es la burocracia estatal.
Junto a su antecesor Javier Castro Ormaechea guardan secretos inconfesables, pero seguramente en el futuro se verá si cada caso que ambos tomaron en sus manos, y los elementos en que sustentaron sus imputaciones, corresponden realmente a un mal ejercicio de la función pública o a simples vendettas o ajustes de cuentas.




