Como un aviso del corto plazo amenazante que se cierne sobre México, en pleno tiempo político de las elecciones legislativas y estatales de Estados Unidos el expresidente Donald Trump dejó entrever que pronto anunciaría su candidatura a la presidencia para el 2024 y su principal pronunciamiento fue que sellaría la frontera con México.
Del lado mexicano no se movió ningún hilo ni ninguna declaración para un poco prever el escenario político que cambiará con la victoria republicana en el Capitolio –mayoría de representantes y mínimo 50% del Senado–, dejando las expectativas de que pudiera regresarse al trato personal entre el presidente López Obrador y Trump.
Pero la agenda de la crisis estadounidense va más allá del tema de la frontera y revela cuando menos una decena de temas fundamentales que pasan necesariamente por México y que aquí parece no estar procesándose por la preocupación prioritaria de la cancillería en la posible candidatura presidencial de su titular:
1.- La guerra de Ucrania que impulsó el presidente Biden ya se pudrió para Estados Unidos y ahora solo se están examinando los caminos para obligar al presidente Zelenski a aceptar su derrota.
2.- La guerra de Ucrania impulsó un reacomodo de nuevas estrategias de seguridad nacional militar-nuclear en la zona directa de conflicto y en áreas aledañas. La Casa Blanca estaba esperanzada en lograr un acuerdo con China, pero el fortalecimiento del presidente Xi Jinping se alineó más a la lógica de la alianza con Rusia que en la confrontación.
3.- En el contexto de la crisis ucraniana, de nueva cuenta apareció el factor norcoreano y en Estados Unidos se recordaron con insistencia las buenas relaciones de Trump con el líder coreano Kim Jong-un.
4.- De manera silenciosa pero irreversible, la crisis en la zona africana ha aumentado las tensiones bélicas y ha obligado a una mayor presencia semioculta de tropas estadounidenses en la región.
5.- A partir del criterio de que en América Latina no existe una amenaza de la izquierda marxista y que los populismos son perecederos, Washington se desentendió de la problemática de la región. Y a pesar de que no se prevén éxitos en las alianzas de los gobiernos progresistas o populistas, de todos modos, la retórica antiestadounidense ha invadido a la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños.
6.- El fracaso de la estrategia de Estados Unidos de acusar a Rusia y no intervenir en la conflagración acción bélica directa permitió el fortalecimiento interno y geopolítico del presidente Putin y facilitó un acuerdo estratégico con China a partir del principio de ajedrez geopolítico de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Putin ya se quedó con un pedazo de Ucrania, la parte de mayor juego estratégico marítimo.
7.- El presidente Biden y la mayoría demócrata nunca pudo lograr un entendimiento real o siquiera formal con México, sobre todo porque los responsables de la agenda mexicana eran burócratas de tercer nivel sin juegos estratégicos de seguridad nacional. La clave de la solución parcial de Biden al caso México la dio en estas páginas El Independiente y en la revista Nexos el especialista Jorge G. Castañeda: evitar pleitos con México y no llegar a castigos arancelarios por el costo de aumentar la crisis que impactaría un mayor flujo de ilegales mexicanos hacia Estados Unidos.
8.- El tratado comercial entró en una zona de impulso propio por la falta de una propuesta de reorganización productiva, científica y tecnológica, del aparato de producción estadounidense y la locomotora americana tiene que dedicar más tiempo a mantenerse funcionando sin entender las expresiones de modernización de los bienes y servicios que la involucra.
9.- Si Trump decidió abandonar a la OTAN, Biden buscó la reconstrucción del bloque militar europeo, pero sin consolidar un liderazgo activo en la región y ante movimientos en los gobiernos europeos que están fijándose sus propias prioridades bastante lejos de la geopolítica de dominación imperial de la Casa Blanca. El objetivo de un ejército europeo fracasó y la seguridad regional depende de tropas estadounidenses que han estado movilizándose de manera silenciosa.
10.- Y la estrategia económica de Biden fue un fiasco total y rotundo y la derrota legislativa obligara a cortar casi de tajo todos los apoyos urgentes al consumo para provocar a finales de año y en todo 2023 una nueva fase de recesión con un alto costo social.
Este escenario tiene repercusiones en la geopolítica de México, pero la estrategia de relaciones bilaterales con Estados Unidos se basa en la apuesta de que regrese Trump a la Casa Blanca.
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Política para dummies: La política sirve para prever, no para tapar hoyos.
Por Carlos Ramírez
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