Ayer, 24 de enero, por quinta ocasión, se celebró el Día Internacional de la Educación. Un día proclamado por Naciones Unidas (ONU) para enfatizar el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo. A la sociedad y los gobiernos nos debe quedar claro que la educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
Según la UNESCO, la meta es una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todas y todos, así como igualdad de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
Este año, bajo el lema “Invertir en las personas, priorizar la educación”, la UNESCO dedica este día a todas las niñas y mujeres del Afganistán que se ven privadas de su derecho a aprender, estudiar y enseñar; condenando el agravio a la dignidad humana del derecho fundamental a la educación.
Aun cuando, en México, la cobertura educativa es amplia y el servicio educativo se presta a toda la población, también hay retos que enfrentar. La calidad del servicio ofrecido en las diferentes escuelas es desigual. Según la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), algunos de estos retos son los siguientes:
• Mejorar infraestructura y servicios en las escuelas. Antes de la pandemia, las escuelas se mantenían con los recursos aportados por las madres y padres de familia, aunque insuficientes, cubrían gastos básicos de la escuela: material de limpieza, agua, energía eléctrica, servicio telefónico, Internet, entre otros. En 2023, los gastos son mayores dada la interrupción del mantenimiento por la suspensión de las cuotas escolares.
• Mejorar la asistencia a la escuela de la población de 3 a 17 años: De acuerdo con el Censo de Población 2020, 5.7 millones no asistían a la escuela. El problema más grave se encuentra en Chiapas, Michoacán, Jalisco y Guanajuato.
• Disminuir la desafiliación escolar: Durante el ciclo escolar 2018 – 2019 casi un millón de estudiantes ingresaron al ciclo escolar 2018-2019, pero no lo concluyeron. Este problema se agravó a causa de la Pandemia de Covid-19.
• Recuperar matrícula. Esta problemática es compleja. Las causas por las que se abandona la educación básica o media básica son diversas. La pandemia agudizó la crisis económica en los hogares, limitando los recursos destinados a la educación de las y los menores y, en algunos casos, forzando su incorporación al ámbito laboral para contribuir a la economía familiar.
• Mejorar la formación continua de docentes. En México, 18 de cada 100 docentes de educación básica carecen de título de licenciatura. Los menores porcentajes de titulación de las y los docentes se registran en las entidades de Oaxaca, en la cual se reporta solo el 43.5% de docentes titulados; Nuevo León, con 77.9%; San Luis Potosí, 79%; Michoacán y Veracruz, con 79.1%.
• Incrementar docentes de especialidades en las escuelas. La MEJOREDU ha enfatizado la necesidad de incrementar la cantidad de docentes de artes, educación física e idiomas en escuelas de educación básica, con el fin de mejorar la calidad del servicio educativo.
Con la mira en estos retos y sin perder de vista la meta del desarrollo y la paz de nuestro país, vale reflexionar sobre la eficacia de la política educativa; si la justicia social está al centro de las acciones; si en verdad, el bienestar común es la prioridad de todas y todos; si estamos priorizando la educación.
Priorizar la educación es invertir en las personas. Priorizar la educación es invertir en el desarrollo y la paz.
¿Usted, qué opina?
por Nohemi Argüello Sosa
Correo: nohemiarguello@gmail.com