Por más de dos años, la doctora Sandra Maribel Matamoros luchó contra el cáncer de ovarios y una hipersecreción gástrica, que la tuvieron prácticamente incapacitada sin embargo ello no la ha detenido y continua atendiendo a sus pacientes en medicina familiar
Sandra bajó12 kilos, perdió el cabello, cejas, pestañas y padeció fragilidad de las uñas de sus manos, debido al tratamiento clínico y las quimioterapias y aunque actualmente esta en proceso de mejoría reinició su actividad médica en la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) No. 198, en Coacalco, donde labora desde hace 12 años, de 23 que lleva en el Instituto en la especialidad en Medicina Familiar.
Su anhelo de vivir y su entrega profesional como médica hizo que no le importara la falta de cabello, sus cejas, que sustituyó con un tatuaje, pestañas postizas y en un tiempo hasta con una bolsa urinaria oculta, desde hace unas semanas se le ve nuevamente activa en su consultorio donde atiende hasta a más de 20 pacientes en su jornada laboral, proporcionándoles una atención responsable.
La médica se ha ganado el respeto y la estima de sus compañeras y compañeros de la UMAA No. 198 y el afecto de sus pacientes que la colman de pequeños obsequios, pues no hay día quien no le lleve la manzana, la botella con agua, un bocadillo, la servilleta bordada o palabras de gratitud de los propios derechohabientes, mujeres y hombres, por sentirse favorecidos con la calidez de la consulta clínica familiar.
Recordó que la pasión por la medicina se la transmitieron sus padres tanto su padre, el doctor José Luis Matamoros Zenteno, maestro formador de residentes del IMSS por más de 20 años, como su madre de profesión pedagoga al igual que sus tres hermanas menores, define cómo ha sido su experiencia en su especialidad en sus 23 años de servicio en el Instituto.
‘Todo lo que soy es gracias al Instituto. Nací en el IMSS, fui educada en el IMSS, hice mi especialidad en el IMSS. Amo a la Medicina Familiar, porque somos el primer médico de contacto; tenemos que darle la seguridad al paciente. Somos los responsables de la calidad de vida que el paciente va a tener posteriormente y somos los que hacemos la detección oportuna de cualquiera de las enfermedades que tengan’, comentó.
Han pasado más de dos años desde aquel 020 en que le fue detectado cáncer de ovarios y en el 2021 la hipersecreción gástrica. En la actualidad, la médica Sandra Maribel Matamoros sigue sus tratamientos clínicos de recuperación. Sus enfermedades la han fortalecido para seguir adelante en la vida.
‘Me siento bien, me siento feliz, me siento con muchas ganas de estar trabajando, a pesar de que sigo en tratamiento. Estoy feliz porque ya me salió cabello, ya no tengo que venir con el uniforme quirúrgico y ponerme el gorrito; ya me quitaron el cateter, ya no traigo la sonda para poder orinar. Ya puedo masticar, antes no podía. Baje 12 kilos. Pesaba 64, ahorita peso 52. Mejore mucho en la alimentación’.