La semana pasada una noticia puso a temblar a los mercados, la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB). Este banco fue fundado en 1983 en California, y se enfocaba en prestar servicios financieros a empresas tecnológicas emergentes. Durante los años 90 y principios de los 2000, el banco experimentó un crecimiento impresionante, y se convirtió en una de las instituciones financieras más importantes en el ecosistema tecnológico de Silicon Valley. Es el banco número 16 en tamaño en Estados Unidos y era socio bancario de casi la mitad de las empresas tecnológicas.
El cierre de este banco se debió a una serie de factores que se conjuntaron y originaron la tormenta perfecta para que dicha institución estuviera en jaque. Para poder entender lo primero que se debe saber es que este es un banco regional, de tamaño mediano y de nicho, es decir un banco de capitales de riesgo, lo cual se volvió clave para el crecimiento de esta institución. Otro aspecto que se debe saber es que este tipo de capitales son muy susceptibles a la subida de tasas de interés, por lo que los clientes de este banco deciden no seguir depositando su efectivo en la institución; así que, al estar experimentando alza en las tasas de interés de Estados Unidos se detiene el flujo de depósitos y se experimenta la salida de capitales en el banco.
Ahora bien, la forma en que SVB invertía esta captación de recursos era a través de la compra de instrumentos de renta fija, bonos del gobierno estadounidense que eran muy confiables al contar con tasas de interés muy cercanas a cero, pero al experimentar incremento en la tasa de interés —con la intención de contener la inflación— los instrumentos de este banco presentaron minusvalías y la cartera de estos bonos tenía un rendimiento bajísimo (1.79 por ciento, lo cual es mucho menor al rendimiento del instrumento de largo plazo que daban un retorno de casi 3.9 por ciento).
Cuando el costo de un crédito empieza a hacer mayor, las empresas que tenía su capital en SVB deciden recurrir a la institución y pedir su dinero para seguir financiándose, por lo que el banco debe vender los bonos que tiene en su poder para poder financiar las operaciones de estas empresas, de este modo la institución se ha expuesto al riesgo de mercado e incurre en ventas con pérdidas.
Esta situación provoca que muchas personas al enterarse de la situación decidan ir al banco y retirar su dinero —lo que ha sido la corrida bancaria más rápida — lo que ocasiona un problema de liquidez y pánico en los mercados que al ver estas acciones ocasionan que el valor de las acciones del banco se desplome. Aunque existe una garantía para la protección de los clientes que asegura 250,000USD a cada uno, pero en el caso de estos clientes muchos de ellos enfrentarían perdidas, ya que esta protección es insostenible para ellos, ya que en su mayoría de clientes sus depósitos eran mucho mayores a este valor. Para evitar una crisis financiera como la del 2008 la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) intervino y mencionó que todos los depósitos estaban asegurados, esto con el fin de evitar más pánico a los clientes del banco y evitar riesgos sistémicos.
Cabe señalar que esto no provocará un contagio para México, ya que el sistema bancario en nuestro país no tiene exposición a este riesgo fundamental, lo que si origina es un contagio de mercado y las acciones de bancos presentarán minusvalías en sus títulos de valor, pero dicha tendencia será temporal, por lo que no hay de que preocuparse por el sistema financiero mexicano.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ