CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Vianey Flores Ramírez, mamá de Alan y Eluath, contó la historia de vida de sus hijos que en 2021 sufrieron quemaduras en 95 por ciento y 80 por ciento de su cuerpo tras explotar la línea de gas en sus vivienda en el municipio de Altamira.
Alan el mayor de sus dos hijos, fue el héroe ese fatídico día, porque aún cuando era menor de edad y con problemas de deficiencia mental, logró sacar a su abuelita, a su primo y a su hermano de su casa en llamas.
“Hace un año sufrieron el incendio, su primo se quemó el 60 por ciento del cuerpo y mi madre el 100 por ciento de su cuerpo, estuvo en terapia intensiva 3 semanas en la Unidad de Quemados en Ciudad Victoria y los niños internados atendiendo sus quemaduras”.
Sus hijos, reconoce salieron bien, obviamente con secuelas por las quemaduras en su cuerpo, pero sin contratiempos para recibir atención médica.
Alan el mayor, no sufre secuelas tan graves, como el pequeño Eluath que tenía 4 años cuando se registró el incendio lo que le colapsó un pulmón, “en Tampico ya no le daban esperanzas y al trasladarlo aquí, miren, aquí está”.
El aún recibe atención para avanzar en la recuperación de su piel dañada por el fuego, “fue una acumulación de gas, una explosión la empresa no se hizo responsable”, dijo.
Debido al gran apoyo que ha recibido de la fundación Michou y Mau, pidió a la población seguir apoyándola, ya que sus aportaciones permiten que niños quemados, como sus hijos, tengan una oportunidad de vida.
Alan en entrevista con EXPRESO, dice que ha contado con apoyo de psicólogo para enfrentar las secuelas, “bien, aquí platico con la psicóloga”, dice tras señalar que les pide, “échenle muchas ganas”.
Además da un consejo a niños y a grandes, “no jugar con fuego”, “que no dejen a los niños que se acerquen a la estufa y menos donde hay fuego”, el hace su vida normal, va a la escuela y sus compañeritos siempre lo apoyan.
Su doctora, recuerda que el mes que estuvieron internados, Alan, Eliauth y su primo, de habitación a habitación se echaban porras, para darse ánimo y salir adelante.
“El chiquito lloraba y el otro le gritaba, -tú puedes-, él es niño discapacitado, tiene retraso mental, va a una escuela especial, a pesar de ello, él fue el que salvó a su abuela y a dos de sus hermanos y a su primo”.
Reconoce Vianey que ha vivido un trauma difícil, por ello recomienda, revisen las líneas de gas de vez en cuando, lamentablemente la empresa GNP no se hizo responsable, quienes nos ayudaron, fue la Fundación Michou y Mau y nuestros vecinos”.
Por Nora Hernández Herrera
EXPRESO-LA RAZON