24 febrero, 2025

24 febrero, 2025

PRI, PAN y PRD, aliados en la crisis

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Los resultados electorales del 5 de junio evidenciaron una vez más que la crisis que sufren los partidos políticos es profunda y pudiera ser irreversible.
No es anecdótico que el PRI, otrora partidazo, hoy gobierne apenas dos entidades de la República Mexicana, y que el PAN -pese a sus malabares matemáticos- haya visto reducida su votación, a pesar del despliegue mediático sin precedentes que intentó vender la narrativa de una guerra contra una dictadura siempre a punto de empezar.
Tampoco es casual que sea Morena el único partido político que parece gozar de buena salud en términos electorales.
El Movimiento de Regeneración Nacional, ya se ha dicho, no encaja en el molde de los partidos tradicionales. Es más bien un organismo político creado en torno a un fenómeno político irrepetible, por lo cual sobra decir que sin López Obrador Morena no existiría.
En Tamaulipas las cifras hablan por sí mismas y ayudan a dimensionar la crisis que sufren los tres partidos más antiguos en el escenario electoral nacional.
El PAN, por ejemplo, que alcanzó en el 2016 un resultado histórico con 721 mil votos, no ha dejado de perder apoyo ciudadano elección tras elección.
En el 2022, pese a una operación inédita por lo agresivo -el uso faccioso de las fiscalías, la compra masiva de votos- Acción Nacional apenas pudo obtener 557,088 votos.
¿A dónde se fueron los votantes que seis años antes habían apoyado los vientos de cambio?
Las matemáticas indicarían que hacia la alianza de la 4T que obtuvo la cifra histórica de 730,864 votos.
El caso del PRI es aún más dramático.
Entre el 2026 y el 2022, perdió más de 400 mil votos al pasar de 486,124 para Baltazar Hinojosa a 64,783 para el “Truko” Verástegui, abanderado como candidato de la coalición Va por Tamaulipas.
Y el PRD cumple desde hace mas de una década con un papel meramente testimonial en las elecciones.
Pero la crisis de los partidos no es solo una cuestión de cifras; tiene también un componente cualitativo, y eso es inevitablemente un mal augurio para la gobernanza.
El PAN tamaulipeco está bajo el control férreo de un grupo político que supo establecer una hegemonía innegable tras la elección del 2016, pero que puede presumir de pocas virtudes democráticas.
El cabecismo, derrotado en las urnas consistentemente en las últimas tres elecciones, cerró toda posibilidad de diálogo con otras corrientes del partido, y las consecuencias están a la vista de todos.
El PRI arrastra sus gloria del pasado con dos grandes piedras a cuestas: ser el partido más repudiado por la ciudadanía, y la extraña condición de haberse aliado con quienes hace muy poco, los llevaron a su momento más oscuro a base de carpetazos, calambres judiciales, y demás linduras.
La alianza con su enemigo histórico quizás sea el último clavo en su sepulcro.
En esas circunstancias, no resulta extraño el momento histórico que vive el país.
El derrumbe de los partidos políticos como instituciones está en marcha, y más allá de las filias y fobias de cada quien, esa no es una buena noticia.

2022
PAN: 557,088
PRI: 64,783
PRD: 20,562
Alianza: 730,864
MC: 46,143

2021
PAN: 515,765
PRI: 132,947
PRD: 15,769
PVEM: 37,527
PT: 42,024
MC: 49,567
MORENA: 545,870
PES: 32,184

2019
PAN: 427,285
PRI: 88,494
PRD: 11,450
PVEM: 15,759
PT: 17,109
MC: 30,506
Morena: 244,091

2018
PAN/PRD/MC: 475,201
PRI/PVEM: 228,386
PT/Morena: 786,210

2016
PAN: 721,049
PRI: 486,124
PRD: 17,324
PVEM: 8,859
PT: 8,281
MC: 11,567
Morena: 32,183

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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