CIUDAD DE MÉXICO.- Los 16 militares involucrados en la ejecución extrajudicial de cinco personas en Nuevo Laredo el pasado 18 de mayo, fueron detenidos y vinculados a proceso por la justicia militar.
Los hechos dados a conocer a través de un video donde se observa a un grupo de elementos del Ejército que someten a cinco hombres, algunos portaban armas, los golpean y colocan contra una barda y luego les disparan, mientras los militares disparan a su vez en diferentes direcciones, mientras simulan una agresión.
Luego alteran la escena, siembran armas a los cuerpos que yacen junto a la barda trasera de una tienda de autoservicio “Smart” sucursal Zapata en la colonia Las Encinas, a uno, ya muerto le quitan las esposas.
A través de un comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional informó que como resultado de una carpeta de investigación iniciada de oficio el pasado 7 de junio, la Fiscalía General de Justicia Militar, el 8 de junio del presente año, cumplimentó 16 órdenes de aprehensión en contra del personal militar involucrado.
Las órdenes de aprehensión fueron otorgadas por el Juzgado Primero de Control de la Primera Región Militar, por presuntamente configurarse delitos contrarios a la disciplina militar.
Un día después, esto es el 9 de junio, los 16 detenidos fueron vinculados a proceso, habiéndoseles dictado por parte del juez militar la medida cautelar de prisión preventiva, la cual cumplirán en la Prisión Militar de la Primera Región Militar, ubicada en el interior del Campo Militar Número 1-A, de la Ciudad de México.
“La Secretaría de la Defensa Nacional ratifica el firme compromiso con el pueblo de México de actuar en todo momento en el cumplimiento de sus misiones, con irrestricto apego al respeto de los derechos humanos y a la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza, garantizando que ningún acto contrario a la legalidad que hubiere sido perpetrado por parte de alguno de sus elementos quede impune”.
El pasado 18 de mayo se registraron diferentes situaciones de riesgo en Nuevo Laredo, balaceras y bloqueos en diferentes puntos.
La alcaldesa pidió a la población resguardarse. “Familia, tenemos SDR en diferentes sectores de la ciudad. Les pido de favor no salir por el momento de casa o sus centros de trabajo si no es necesario; estoy en coordinación con las autoridades. Los mantendré informados”, posteó la alcaldesa en sus redes sociales. Pese a las diferentes situaciones de riesgo, no se reportaron civiles heridos o fallecidos.
En el informe policial homologado del Consejo Nacional de Seguridad Pública de fecha 18 de mayo, día en que ocurrieron los hechos, el Teniente de Infantería José luis “N”, relató que participaron tres unidades de reconocimiento con 17 elementos. Los civiles muertos fueron identificados como José Ángel de 27 años; José Antonio de 23; Edgar Chavarría de 38; José Isabel de 23 y Cinton Alex de 25 años de edad.
Por estos hechos la Fiscalía General de la República (FGR) inició también una carpeta de investigación, por lo que dichos militares también deberán enfrentar un proceso penal civil.
¿QUE FUE LO QUE PASÓ, SEGÚN EL VIDEO?
\La secuencia del caso del 18 de mayo recoge la parte final de una persecución que inició pasadas las 14.30, entre la calle Lago Chapala y la avenida Monterrey, en el sur de la la ciudad fronteriza.
El video inicia cuando una camioneta oscura de media cabina cruza a toda velocidad la avenida Monterrey y se estrella contra un muro, justo debajo de la cámara de seguridad de un centro comercial. Son las 14.36. Tras el choque, militares aparecen caminando, apuntando a la camioneta. Un vehículo militar, conocido en el medio como Sand Cat, una especie de tanqueta de uso urbano, les apoya. La Sandcat golpea la puerta del copiloto y la de detrás, evitando así que nadie salga por allí. Mientras, otros militares sacan al tripulante y sus acompañantes por el lado del piloto. Algunos visten chaleco antibalas y llevan colgadas armas largas.
Los militares se las quitan. Algunos soldados disparan, aparentemente contra el suelo. Por el choque, los hombres parecen medio desorientados. Los militares los someten y varios los patean. En su informe, el teniente José Luis N señala que “uno de ellos tenía una herida expuesta en la cabeza, debido al choque vehicular”.
Después inicia el episodio confuso. La Sandcat sale del solar donde está el muro con dirección norte. Al menos ocho militares quedaron con los detenidos. Están cerca de ellos, les patean de vez en cuando. Son las 14.45. De repente, todos se agrupan en torno a la camioneta de los civiles, unos del lado de la puerta del copiloto y otros de la del copiloto.
Se alcanzan a ver disparos que dan en el piso, a unos 15 metros de ellos, pero no está claro si son de sus propias armas o de otras. La mayoría se pasa al lado del copiloto, menos uno, que permanece del lado del piloto, a pocos metros de donde han quedado los civiles.
En las imágenes se le ve disparar contra los detenidos varias veces. Desde el otro lado de la camioneta, otros dos soldados disparan con sus armas largas contra ellos. Es entonces cuando uno de los cinco civiles trata de huir, arrastrándose. Tiene la cara cubierta con una venda. Varios de los militares le disparan y deja de moverse.
El resto no se mueve, los cuatro yacen inertes junto al muro. Minutos más tarde aparece de nuevo la Sandcat del Ejército, unos cientos de metros más allá, sobre la avenida Monterrey.
No se ve ningún otro vehículo cerca. Son las 14.48 de la tarde, todo ha ocurrido en apenas 12 minutos. Cinco minutos después, uno de los militares se separa del refugio que han encontrado entre el morro de la camioneta, las puertas delanteras, y el muro.
Va hacia la parte de atrás, la que da a la avenida. Toma un trapo o una bolsa roja del suelo. Se detiene unos segundo porque pasan cuatro o cinco carros por la avenida. Los militares les hacen gestos de que se vayan.
Cuando ya no pasa nadie, agarra un fusil con la bolsa. Camina y lo coloca junto al cuerpo de uno de los civiles muertos. Acto seguido repite la operación: vuelve a la camioneta, toma otro fusil y lo deja junto al cuerpo de otro de los muertos.
En los siguientes minutos todos parecen ya tranquilos. Están sentados o apoyados entre la camioneta y el muro. Uno de los militares parece herido, recostado sobre la llanta delantera derecha de la camioneta. Según cuenta, el sargento “quedó lesionado por esquirlas en el rostro, resultado de impactos que dieron al cofre de cartuchos de la ametralladora”.
PARAMÉDICOS
A las 15.01 el Sand Cat se acerca al lugar del choque, acompañado de al menos tres vehículos militares. Se coloca junto a los arbustos y ahí se queda.
Cinco minutos después, uno de los militares que queda al lado de la camioneta civil toma un paquete del asiento trasero y se lo da a un compañero, que tiene un cigarro en la boca.
Este lo agarra y sale de escena. Acto seguido, un grupo de cinco militares, confiados por la presencia de las camionetas castrenses, se acercan a los cuerpos.
Concretamente a dos, parece que los tocan con los pies. Supuestamente, uno de ellos sigue vivo. Segundos más tarde se alejan. A las 15.14, se ve a uno de esos dos hombres, de blanco, mover los brazos. Moribundo, nadie se le acerca. Mueve los brazos, los pies, mientras los militares lo miran a distancia. Parece que se dan cuenta de que han cometido un error.
El compañero que antes les ha colocado armas a los cuerpos ha dejado una cerca del herido. Pero el civil parece que no tiene fuerzas para casi nada. A las 15.17 se le acercan seis soldados, uno lleva una mochila negra, otro le apunta, por si acaso le da por agarrar el fusil. Pero no lo hace. No está claro qué sigue. En su informe, el teniente José Luis N dice que un médico castrense le dio primeros auxilios al herido y que, mientras tanto, llamaron una ambulancia.
El oficial señala que el vehículo médico arribó a las 15.45. Los militares siguen el manual. Para entonces, ya han rodeado el lugar de los hechos con una cinta amarilla.
La ambulancia llega y cuatro paramédicos se llevan al civil que estaba herido, en una camilla. Lo meten en el vehículo y se van. En el informe, el teniente dice que “al continuar con la inspección del lugar se encontraron en la misma avenida, en dirección norte, dos vehículos abandonados por parte de la delincuencia organizada”. Son dos camionetas blindadas.
En su interior encuentran armas largas y un fusil calibre .50, capaz de perforar blindajes. Más adelante encuentran otra camioneta, ya sobre la calle Arandillo.
En esa no encuentran nada, pero sí agujeros de bala. El teniente dice que esas camionetas eran las que trataban de rescatar a los cinco civiles detenidos. El oficial dice que en ese momento, pasadas las 16.00, llaman a la oficina de la FGR en Nuevo Laredo para informar del asunto.
Mientras esperan, los militares tratan de limpiar toda marca de irregularidad. A las 16.28, uno de ellos se da cuenta de que uno de los cuatro civiles muertos que quedan junto al muro lleva puestas las esposas. Le pide las llaves y se las quita. Otro militar mira. Al cabo del rato, peritos y fiscales de la FGR llegan a la escena. (reporte del periódico EL PAÍS)
POR PERLA RESÉNDEZ