2 julio, 2025

2 julio, 2025

Sufre Tamaulipas una crisis hídrica sin precedentes

Los últimos cinco años, el estado ha padecido una sequía histórica que mantiene en niveles muy bajos los principales cuerpos de agua, lo que afecta por igual el consumo urbano que actividades productivas como el campo o la pesca

Los últimos cinco años, Tamaulipas ha vivido condiciones críticas de sequía que mantienen en niveles muy bajos los principales cuerpos de agua del estado.

El 2022 fue el segundo año más pobre en materia de precipitación de los últimos 39 años. Lo anterior puso en estado de emergencia a poblaciones como Victoria y de otras regiones, donde se han tenido que echar a andar programas especiales de tandeo para procurar que el agua llegue a todos los domicilios.

De acuerdo al último reporte de la CONAGUA, de las nueve presas con que cuenta Tamaulipas la mayor parte se encuentra de un 30 a un 51 por ciento de su capacidad.

La Vicente Guerrero se encuentra actualmente al 12% de su capacidad pues cuenta con 486.7 Mm3, y en próximos días pudiera ir a la baja sino llueve, puesto que la onda de calor que impactó Tamaulipas por casi 15 días hizo que no hubiera precipitaciones y sí mucho abasto de líquido para los casi 350 mil habitantes de la capital del Estado.

El Sistema Lagunario de Tampico es el que mantiene mejores niveles, pero aún ahí, la Comapa ha llamado a la población a hacer un esfuerzo para ahorrar agua pues en los últimos días se ha presentado una evaporación considerable por las altas temperaturas.

Actualmente está a un 68 por ciento de su capacidad total. Luego está la Marte R. Gomez, presa que abastece a los Distritos Agrícolas 025 y 026, que comprende los municipios de Reynosa, Río Bravo y Valle Hermoso y que actualmente tiene un 57 por ciento de su capacidad.

La presa “Las Blancas”, en el municipio de Ciudad Mier, se encuentra con apenas un 33 por ciento de su capacidad de almacenamiento.

En Tamaulipas existen más de 30 afluentes que conectados entre sí o no, los cuales, dependen de cuatro subcuencas diferentes en dos regiones hidrológicas ubicadas en el norte, centro y sur del estado.

La mayoría de estos al momento el no llegan ni al 30 por ciento de gasto de acuerdo al boletín hidrométrico y climatológico del 30 de junio del 2023.

De marzo a mayo del 2023 en Tamaulipas llovieron cerca de 500 mm, por lo que se captó suficiente humedad que fue benéfica solo para la vegetación del Estado, más no así para captar suficiente líquido en sus ríos, presas o mantos friáticos.

Puesto que siguiente al temporal, una onda anticiclónica causó la nula actividad de precipitaciones por más de 15 días, secando rápidamente la humedad captada y remarcando el estado hídrico con que Tamaulipas vive desde hace media década.

De acuerdo a la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social, los escurrimientos de los ríos a sus culminaciones son mínimos, incluso no llegan ni siquiera a desembocar a las presas pues se evapora o el suelo agrietado la absorbe totalmente, es por eso que no se da cabida a que se eleven los niveles de presas o demás almacenes acuíferos.

Raul Quiroga Álvarez, responsable de la SRH, dijo a expreso que en estos momentos los niveles de los ríos son muy bajos, por lo que sus descargas no son suficientes para nutrir sus desembocaduras.

“Los gastos actuales ( m3/seg) son mínimos, de tal suerte que el volumen que están aportando prácticamente se pierde por evaporación”, expuso Quiroga Álvarez.

En el sur de Tamaulipas, aunque el principal vaso lacustre mantiene niveles aceptables, hay casos que causan alarma entre sectores productivos.

La falta de lluvias, por ejemplo, ha ocasionado que lagunas de Altamira empiecen a secarse. Tal panorama preocupa a los pescadores, quienes dependen del sistema lagunario para poder llevar un sustento a sus familias.

Las lagunas que se ubican en la zona norte, también son hábitat de cocodrilos, en algunas de ellas han ocurrido ataques.

Hasta el momento no se pronostican lluvias intensas en la región, por lo que el nivel de las lagunas continuará a la baja.

Una situación similar se presenta en la laguna de Champayán, ya que el nivel de los canales de navegación también ha disminuido y dificulta el traslado de las personas que viven en las comunidades del río Tamesí.

POR ANTONIO H. MANDUJANO/OSCAR FIGUEROA

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