Para 1938, Saturnino Cedillo tenía un largo expediente por su participación en las primeras líneas de la revolución, desde su adhesión al maderismo hasta su protagonismo en la guerra contra los cristeros.
El Senado le entregó reconocimientos y le otorgó el grado de general de División. También fue gobernador del estado y miembro del gabinete presidencial.
Y aunque sus primeras acciones militares lo enaltecieron, las últimas le hicieron entrar en po- lémicas ante el juicio histórico.
EL LEVANTAMIENTO
El 15 de agosto de 1937 Cedillo renunció a la Secretaría de Agricultura y se retiró a su rancho de Palomas, ubicado en Ciudad del Maíz.
El gobierno le ofreció la comandancia de la zona militar de Michoacán, pero la rechazó. Desde ese momento, Lázaro Cárdenas veía una posible re- vuelta, motivo por el cual, comenzó a enviar destacamentos militares a los pueblos de la frontera de San Luis Potosí y Tamaulipas.
El 7 de enero de 1938, autoridades de villa González, reportaron al gobernador Marte R. Gómez, la presencia de tres personas que hacían propaganda “cedillista”, ya que, desde los primeros días de ese mes, era latente que el movimiento podía estallar en cualquier momento.
El 28 de enero, Cedillo lanzó un pliego en el que manifestó contar con 15,000 hombres armados y 30,000 listos en San Luis Potosí para recibir armas, y con numerosos contingentes más en el país.
La lucha cedillista adquirió características distintas a las de otros intentos de rebelión agraria. Sus asociados no eran campesinos sin tierra, sino quienes habían estado entre los primeros beneficiarios de la reforma.
Pero en ese tiempo no todos tenían parcela, y el gobierno de Cárdenas, estaba enterado que muchos campesinos del sur de Tamaulipas y norte de San Luis habían solicitado tierras ejidales y no la habían recibido, luego que comprometió al re- parto a cambio de su ayuda; de ahí que la región Huasteca, tenida como baluarte del cedillismo, que parecía darle la espalda.
En comunidades como; El Salto, El Meco, Nuevo y Antiguo Morelos, y ciudad Valles, los vecinos le manifestaron al presidente su sumisión, fiados en las garantías que les daba la fuerza federal.
El 11 de mayo de 1938 se le informó al gobernador tamaulipeco sobre la presencia de un personaje poco conocido en la entidad, que respondía al nombre de Melitón Rodríguez Luna, quien dejó encargada en una casa de González, una caja con cuarenta cartuchos de dinamita.
El 15 de mayo se alza en armas, muy cerca de Tula, enarbolando la bandera “cedillista”, Fulgencio Jasso.
Pronto este jefe rebelde se involucra en un enfrentamiento contra el ejército federal, muriendo en él su hermano Nicolás Jasso.
Melitón Rodríguez Luna, era sobrino del general Cedillo, y en su intento por encabezar a un grupo sublevado en el sur de Tamaulipas, fue abatido cerca de González por fuerzas del general Antonio A. Guerrero.
El 20 de mayo de 1938, finalmente Saturnino Cedillo, se levanta en armas de manera oficial y empezó a operar en las serranías limítrofes de San Luis Potosí y Tamaulipas.
Una de sus primeras acciones fue ordenar a su servidumbre evacuar Palomas, instalándose en la cueva de Malpaís, cercana a Custodio, a donde se llevó todo su personal, muebles, automóviles, etc.
Algunos mineros de Charcas le fabricaban bombas de dinamita.
Esta revuelta, se convirtió en la última de importancia que ocurrió durante la post-revolución.
Algunos historiadores aseguran, que la causa principal del levantamiento, fue por expropiación petrolera.
Sin embargo, el objetivo principal era restablecer el orden, argumentando que Cárdenas había traicionado al agrarismo cuando suplantó la pro- piedad privada por el colectivismo.
El 24 de mayo de 1938, el gobernador Marte R. Gómez y el general Antonio A. Guerrero, comandante de la guarnición de Tamaulipas, salieron rumbo a Antiguo Morelos, para vigilar la frontera tamaulipeca.
Al día siguiente se fueron rumbo a El Naranjo para inspeccionar las tropas federales y tratar de dar jaque mate a Cedillo en esa dirección, estableciendo su campamento en “El Meco”.
El teniente coronel Alberto Bello Santana, recordaría que para esa fecha Cedillo tenía poca fuerza, y que el ejército mexicano estaba muy sólido, a los cuales se sumaron los cuerudos tamaulipecos o fuerzas rurales, con sus 30-30 y bien montados, se veían muy decididos a batirlo en caso que decidiera atacar alguna población tamaulipeca.
Uno de los tres aviones con que contaba el general Saturnino Cedillo, voló sobre Tampico, Madero y Ciudad Mante, arrojando proclamas y propaganda subversiva.
Uno de los pilotos era el mayor Adolfo Piña, quien fue capturado y conducido a la penitenciaria de San Luis Potosí.
En los días siguientes, el general Cedillo envió un mensaje a uno de sus allegados, preguntándole cuánta gente resguardaba la villa de Ocampo, y que probabilidad había de atacar la plaza.
De Tula a Ciudad del Maíz, se movió el general Manuel Ávila Camacho, secretario de la Defensa Nacional, para tratar de cerrar el cerco.
Según Friedrich Katz, las autoridades de la Alemania nazi, ante el probable peligro comunista de Cárdenas, trataron de apoyar la revuelta, pero esto no se concretó.
Para esas fechas la salud del general rebelde no era optima, pues se tienen noticias que, en una droguería de Mante, se hicieron importantes comparas de medicinas para Cedillo, que pagaba el potosino Lamberto Hernández.
MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ
EXPRESO-LA RAZÓN