Desde el día mismo en que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección de Presidente de México, la oposición inició una campaña de descalificaciones en la que destacó como primer tema la posición politico-ideológica del nuevo gobierno. Tanto la derecha panista, como los priistas y los intelectuales de la vieja izquierda marxista dijeron que López Obrador y su gobierno no eran de izquierda y lo señalaron como un populista demagogo. Sin embargo, Morena, el PT y el PRD pertenecen y son reconocidos por el Foro de São Paulo como integrantes de esa organización de partidos y movimientos de izquierda, y distinguidos mexicanos como María Luisa Alcalde, Marcelo Ebrard, Beatriz Paredes, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado y Alicia Bárcena, entre otros, pertenecen al Grupo de Puebla.
El tema de la filiación politico-ideológica viene a cuento porque los partidos políticos PAN, PRI, y PRD que participaron en la elección federal de 2021 como la Alianza Va X México y se mantuvieron en coalición electoral en las elecciones estatales de 2022 y 2023, ahora convocaron conjuntamente con la sociedad civil y organizaciones empresariales, a un proceso compartido para elegir al Coordinador de un Frente Amplio por México que sería la gran alianza politico-electoral que enfrentará a Morena y sus aliados el PT y el PVEM en la elección presidencial de 2024. El coordinador del Frente Amplio que resulte elegido será también el precandidato y el candidato a Presidente de la República.
Ese proceso está agendado en varias etapas, a la primera de registro de aspirantes, acudieron 33 personas de las cuales quedaron debidamente acreditados 13, 10 que pertenecen a los 3 partidos y tres aspirantes independientes. En la segunda etapa, cada uno de los aspirantes debería recabar 150 mil simpatías (firmas) o más, en por lo menos 17 entidades. El Comité Organizador del proceso informó que 4 aspirantes cumplieron ese requisito. Pero previamente, José Luis Preciado, uno de los aspirantes panistas registrados, renunció a su militancia de 20 años en el PAN y denunció ante medios y redes sociales que todo está arreglado para que gane Xóchitl y presentó un recurso legal ante el TRIFE.
Los dirigentes del PRD por su parte, expresaron su inconformidad porque todos sus aspirantes, incluyendo a Miguel Mancera y Silvano Aureoles, quedaron excluidos y por tal motivo dejaron suspendida la participación de su partido en el proceso. Claudio X González, el dirigente empresarial que impulsa y apoya la Alianza Vamos por México y ahora la formación de Frente Amplio, publicó en su cuenta de twitter que Morena no sólo estaba repleto de ex-priistas, sino que era la peor versión del PRI. Los dirigentes del PRI Alejandro Moreno y Ruben Moreira expresaron su inconformidad y exigieron disculpas. El Señor X se disculpó.
En ese ambiente de división y aspereza se inició la tercera parte del proceso el 10 de agosto con la realización de un Foro para que los 4 aspirantes compartieran a través de medios y redes sociales sus razones para participar en la formación del Frente Amplio, y su visión de los principios y los objetivos que esa alianza deberá tener. Xóchitl Gálvez y Santiago Creel del PAN y Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid del PRI comparecieron a ese primer ejercicio de exposición y debate de sus ideas.
Todos los observadores coinciden en que la parte más relevante del debate la protagonizó Beatriz Paredes por la profundidad de sus planteamientos y la precisión autocritica que incluye a los tres partidos cuando habló de “los errores que cometimos porque no entendimos a cabalidad cuando la sociedad nos dió la opción de gobernar para resolver la problemática de los marginados. Ese es nuestro gran desafío”.
Previamente, Beatriz Paredes coincide en su posicionamiento con Roger Bartra, José Woldemberg, Rolando Cordera, y Héctor Aguilar Camín, entre otros muchos, en que el Gobierno de López Obrador representa una regresión autoritaria, lo que la lleva a ella, a Beatriz la aspirante, al parricidio político porque significa el reconocimiento de un pasado remoto en el que efectivamente la represión de la disidencia fue el signo distintivo del PNR-PRM-PRI, pero a diferencia de Beatriz los otros pueden hablar libremente de ello, incluyendo al Presidente y los aspirantes de Morena de origen priista, porque renunciaron hace décadas al PRI denunciando precisamente su autoritarismo y corrupción, Roger Bartra y sus discípulos pueden hacer lo mismo y equiparar al PRI con López Obrador y con Morena porque nunca ha pertenecido al PRI aunque le hayan servido, pero Beatriz, la política priista de centro izquierda, no puede hacerlo sin pagar el costo de coincidir plenamente con la derecha panista y la izquierda perredista y las razones históricas que dieron origen al nacimiento del PAN y el PRD: oponerse al PRI autoritario y corrupto, el PRI que es su némesis, y al cual han desprestigiado cada día de su existencia. En los hechos el PRI está sumado a sus detractores y Beatriz, la más brillante, la de mejor formación y la más clara en su visión, también.
El asunto tiene más fondo del que parece, porque comprenderlo ayuda a entender entre qué posiciones se definirá el voto de los mexicanos, en este caso, un Frente Amplio de derecha representado por una exitosa empresaria vestida de indígena hidalguense, una política de sólida formación de centro izquierda ataviada con huipil tlaxcalteca, un junior innovador que ve a Mexico desangrarse todos los días y reestrena las frases de 1982 heredadas de su papá “No permitiré que la Patria se nos deshaga entre las manos”, y un rubio de ojos claros que se siente víctima de discriminación inversa, que quiere que se respete el estado de derecho y se pronuncia por destruir los libros de texto. Todos coinciden en qué hay que derrotar a Lopez Obrador y su gobierno regresivo y autoritario. Nadie atina a explicar, hasta ahora, qué será lo que recibirán los ciudadanos a cambio de otorgarles el mandato de gobernar, ni siquiera parece que los 4 aspirantes estén de acuerdo en algo más que ganar la Presidencia. Como telón de fondo prevalece el mal recuerdo de los graves errores de los ahora integrantes del Frente Amplio en el ejercicio del poder.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ