28 abril, 2025

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El artesano de emociones

Juan Carlos Calderón nunca tuvo una educación musical formal; su carrera la trazó de forma autodidacta por el sendero de la música que más le gustó. Su entorno familiar marcó el inicio de su carrera, y el de toda la saga de artistas.

El domingo pasado leímos la primera parte de este reportaje hecho en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, España.

Diez años después de la muerte de Juan Carlos Calderón, el compositor, productor y letrista que hizo brillar a su admirado “Sol de México”, congregó a grandes de la música pop en español para repasar su vida y su obra.

VILLA ASUNCIÓN

Miguel de los Santos, veterano periodista y amigo personal del músico, apuntó en la UIMP que Calderón fue un músico empírico.

Y es que, Juan Carlos Calderón nunca tuvo una educación musical formal; su carrera la trazó de forma autodidacta por el sendero de la música que más le gustó. Su entorno familiar marcó el inicio de su carrera, y el de toda la saga de artistas.

Fernando era el hermano mayor, reconocido internacionalmente como un prestigioso dibujante y muralista; le sigue Ramón, el más polifacético de todos los hermanos y el que menos trascendió internacionalmente.

Principalmente fue artista plástico, pero coincidió durante unos años con su hermano pequeño en la música; él fue el que animó al tímido Juan Carlos para formar New Orleans Band y poco después, para abrir en Santander el club de jazz Drink. Marisa era la única hermana y según dijo su hijo, el escultor José Cobo, “ella fue la primera artista de la familia. Desde muy joven, diseñó y fabricó muñecos de peluche que llegó a vender fuera de España”.

Además de Cobo Calderón, el autor de monumentos importantes, en la saga hoy tenemos que incluir a los artistas plásticos Bruna y Pedro, hijos de Fernando Calderón y de Ramón Calderón. Más adelante dedicaremos un espacio especial a Jacobo, el hijo músico de Juan Carlos Calderón.

DE PANTALÓN CORTO, A BOTA CAMPANA

A principios de los años 50 su hermano Fernando termina los estudios de Bellas Artes, viaja becado por Europa e inicia su camino largo al éxito como dibujante y muralista.

Juan Carlos, 10 años menor, en su casa descubre las emociones que pueden salir de un piano o de un poema. En esa época la capital cántabra apenas tenía actividad cultural, pero en Villa Asunción, la casa de los Calderón López de Arróyabe, don Fernando y doña Teresa intentaban que el arte, la música, y la literatura estuvieran muy presentes en el día a día familiar. Las actividades lúdicas se llevaban a cabo en el jardín cerca del aguacate que la abuela sembró para recordar a su Puebla natal.

El primer árbol de aguacate que se vio en Santander todavía da frutos. “A los seis años, era muy solitario”, el músico dijo de sí mismo en una entrevista a la Verdad de Murcia.

En la radio se oían canciones de Concha Piquer, Los Panchos, Jorge Negrete, Juanito Valderrama, Pedro Infante, Juanita Reina,o el Príncipe Gitano.

Cuando Juan Carlos tiene 14 años, sus gustos musicales coinciden mucho con los de su hermano Ramón, siete años mayor; la familia todavía recuerda el disco de Charly Parker que Ramón regaló a Juanito en esa época; probablemente de ese vinilo salieron algunos de los sonidos que despertaron para siempre el jazz en su alma.

El saxo de Parker hoy suena en melodías creadas por Calderón. Con Ramón siempre estuvo pendiente de las últimas tendencias y juntos tenían la posibilidad de escuchar a Bill Haley, Elvis Presley, The Crests, The Coasters, The Platters, Paul Anka, Frank Sinatra, o Jerry Lee Lewis.

En USA las Big Bands se desmembran pero también el jazz negro y el jazz blanco se fusionan y dan a luz al Rock&Roll.

En Liverpool John Lenon toma notas de esos nuevos compases para crear los Beatles; en Santander el pequeño de los Calderón explora en el piano de su madre las posibilidades que le ofrecen los ritmos y las “arritmias” del Jazz, el Blues y el Soul. En alguna ocasión Juan Carlos Calderón se definió como “un cinéfilo redomado”.

Cuando empezó a usar los pantalones de bota campana, en el cine James Dean era un “Rebelde sin causa” e influencer. Gene Kelly era un bailarín “Cantando bajo la lluvia”, Alfred Hitchcock estrenaba “Vértigo”, y Luis García Berlanga, “Bienvenido, Mister Marshall”; en México los enmascarados Huracán Ramírez y el Santo dan un salto a las pantallas, y se suman a la lista de célebres de la época: Pedro Armendáriz, María Félix, Dolores del Río, Emilio el Indio Fernández, Antonio Aguilar, Ignacio López Tarso. En 1968, el año que Lalala ganó Eurovisión, Calderón compone la primera banda sonora, se la encarga Pedro Masó para “La chica de los anuncios”.

Después de ésta, vinieron 19 bandas sonoras más.

LETRAS GRANDES

Durante los tres días que duraron las charlas, en la UIMP se dieron pinceladas en la personalidad de Juan Carlos Calderón. Se habló de un hombre solitario, romántico, tímido, tierno, perfeccionista y muy exigente consigo mismo, “educadísimo”.

Las canciones de Calderón destilan muchos de estos rasgos. Los dos hitos más importantes del músico español los consiguió con Luis Miguel y con Mocedades.

A finales de los 60, el Amor, la Paz, la Libertad, el Feminismo, eran trending topic y banderas de Calderón que mostró en sus canciones. Por el contrario, las composiciones para Luis Miguel están mucho más cargadas de deseos pasionales, sensualidad e incluso de erotismo.

La Incondicional. En 2008, VH1 Latin America declaró a esta canción como la mejor canción de los años 80. Luis Miguel canta con dolor y hasta con rencor a la Incondicional, a “la que no supo amar”; fue la historia de un amor que no fue “nada de nada”.

Tengo todo excepto a ti. Con su virtuosismo, Luis Miguel lamenta el trato de simple amigo que le da su amada. “Tengo todo excepto a ti / Y el sabor de tu piel / Bella como el sol de abril / Qué absurdo el día en que soñé / Que eras para mí” Entrégate. El Sol de México seduce a una mujer y le suplica que se entregue por completo a él. “Entrégate / Mi prisionera / La pasión no espera / Y yo no puedo más de amor” Eres tu. Esta carta de amor ha sido traducida y cantada en 16 idiomas. Mocedades cantan a un amor pleno “como una mañana de verano, como una sonrisa, como el agua de mi fuente, como lluvia fresca en mis manos”.

Durante la participación del productor Oscar Gómez en el evento, nos dejó oir una versión, cantada por uno de sus nietos a su madre. Gómez consideró que esta canción puede ser “un himno a la madre”.

Secretaria. Mocedades hace homenaje a una secretaria leal que “escucha, escribe y calla, casi esposa, buen soldado, y enfermera, y un poquito enamorada”.

Tómame o déjame. Amaya Uranga (Mocedades) en la canción sufre la infidelidad de su pareja. “Tómame o déjame / pero no me pidas que te crea más / cuando llegas tarde a casa no tienes por qué inventar / pues tu ropa huele a leña de otro hogar”.

Quién te cantará. Aquí los Mocedades exploran la lucha emocional de despedirse de alguien a quien se ama. “Quién te cantará / con esa guitarra / Quién la hará sonar / cuando no esté yo /Quién dará a tu casa, color / y a tu lecho, calor / Quien te hará el amor”.

El Vendedor. Que “Aunque nadie compraba / No se apagaba / Nunca su voz”; y el vendedor se pregunta en la voz del grupo vasco: “ ¿Quién quiere vender conmigo / la paz de un niño durmiendo / la tarde sobre mi madre / y el tiempo en que estoy queriendo?”. LaLaLa.

Es un himno para celebrar la vida compuesto por Ramón Arcusa y Manuel de la Calva para Joan Manuel Serrat. Con arreglos de Juan Carlos Calderón, Massiel ganó el Festival de Eurovisión 1968. “Yo canto a la mañana / Que ve mi juventud / Y al sol que día a día / Nos trae nueva inquietud”.

Te amaré. Calderón hace prometer a Miguel Bosé que amará y amará a su pareja “con defectos y manías, como no está permitido y como nunca se ha sabido”. Algunos expertos dicen que Calderón hizo un homenaje a esta canción en la primera parte de La Incondicional. Acaríciame.

Es el disco que lanzó a María Conchita Alonso al estrellato; en la canción ella pide con ternura ser amada con pasión. “Acaríciame / Tan suave como el aire amor / Tan fuerte como el huracán / Que ciega mi mente”. Cartas amarillas. Nino Bravo con nostalgia y en soledad busca en unas cartas amarillas por el tiempo, el recuerdo de un amor pasado.

“Y busqué entre tus cartas amarillas / Mil tes quiero, mil caricias / Y una flor que entre dos hojas se durmió”. Adiós, Amor de medianoche. “No quiero ser la muñeca que no tiene opinión” cantó Cecilia en el Festival OTI de 1975. Caliente Caliente.

Rafaela Carrá es una mujer que “da premio a el caballero que la bese primero”, y concluye asegurando al que no quiere beso: “será que tienes a otra, que tus fuerzas agotan, y llegas harto de amar”.

La otra España. La otra España, “la que huele a caña, tabaco y brea” y para donde “con sombrero de ala ancha / y un clavel en la solapa / un don Juan que se hizo a la mar”.

POR MIGUEL FERNÁNDEZ HEREDIA

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