“Songo le dio a Borondongo
Borondongo le dio a Bernabé
Bernabé le pegó a Muchilanga le echó a Burundanga…
Abambelé practica el amor
Defiende al humano
Porque ese es tu hermano, se vive mejor…”
-Burundanga, La Sonora Matancera y Celia Cruz-
El proceso electoral 2024 se ha iniciado, lo que significa en palabras comunes y corrientes que la lucha por el poder político ha comenzado. Siete partidos con registro ante el INE se alistan para competir en forma organizada y reglamentada por cada uno de los miles de puestos de elección popular que se votarán el próximo 2 de junio en todo el país. Para ello postularan a decenas de miles de candidatos en todos los distritos y secciones electorales del territorio nacional.
En los tiempos de la precampaña y la campaña, los precandidatos primero y los candidatos después, presentarán sus ideas y propuestas de lo que debe ser el ejercicio del cargo al que aspiran y lo contrastarán y lo debatirán con las de sus adversarios. También, y sobre todo, se lanzarán ataques, descalificaciones y muchas veces insultos y desafíos pendencieros. En los casos extremos las autoridades electorales regularán los excesos de acuerdo con las leyes y sus facultades legales.
Pero preferentemente y de acuerdo a los tiempos en que se vive, con la cobertura permanente de los medios, las redes sociales, los editores, los columnistas, analistas y reporteros, influencers, blogueros y ciudadanos, el elector actual es consumidor de las noticias en tiempo real y esta acostumbrado a leer entre líneas y a distinguir, entre los enfoques que parcializan o editorializan, las noticias falsas llamadas fake news, y los hechos concretos, directos, tal como son.
Las autoridades electorales han encontrado en tiempos recientes la sensatez necesaria para interpretar de manera flexible la legislación electoral vigente y permitir las (no) campañas y el libre juego de las dos alianzas electorales mayores, que hace apenas unos días nombraron a las coordinadoras de sus movimientos, que serán candidatas a Presidenta de la República.
Ahora el INE y el TRIFE, los institutos y los tribunales estatales, los consejeros y los magistrados electorales, deberán encontrar la solución a partir de su experiencia, profesionalismo y sabiduría personal para permitir que las campañas fluyan y los ciudadanos conozcan todas las propuestas y sin duda, toda la información de las candidatas, y candidatos a presidenta de la república, gobernadores, presidentes municipales, senadores, diputados federales, diputados a las legislaturas estatales, síndicos y regidores.
Las denuncias públicas y las acusaciones que se harán unos a otros, permitirán a los electores conocer todos los detalles de la vida de los candidatos, sus familias funcionales o disfuncionales, los parentescos y las amistades incómodos, las relaciones personales de todos, sus preferencias sexuales, conductas impropias, negocios privados o públicos, transparentes u opacos, legales o ilegales. La lucha por el poder que se avecina pondrá esta información a disposición de todos.
Las denuncias políticas de polarización y división deben ser valoradas por su peso y también por la historia de sus emisores que, la mayor parte de las veces, claman por la unidad pero al mismo tiempo son capaces de expresar y formar parte de verdaderas campañas de odio, intolerancia, exclusión, racismo, clasismo, xenofobia y mentiras. Nadie ha hecho campaña en México llamando a la unidad y la concordia, ni en el siglo pasado ni en este. Las campañas han sido ásperas y llenas de duros señalamientos para exhibir al rival con sus errores y defectos.
Los electores tienen derecho a conocer toda la información disponible para decidir, no necesitan el tutelaje de nadie, no hay unos electores mejores que otros, cada mexicano es dueño de su voto y es capaz de decidir. Lo deseable es que fluya toda la información sin mordaza, así el 2 de junio los votos fluirán de esa misma manera. Esa es la democracia consagrada en la Constitución, gobernaran quienes obtengan la mayoría de esos votos.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ