“El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2023 ha sido otorgado a Katalin Karikó y Drew Weissman por sus descubrimientos… que permitieron el desarrollo de vacunas… eficaces contra la COVID-19.”
-El Comité del Premio Nobel, Estocolmo, Suecia, octubre de 2023-
En enero de 2020 el mundo fue alertado por la ONU, a través de la Organización Mundial de la Salud OMS, sobre un brote epidémico en la ciudad de Wuhan. El virus que se contagiaba rápidamente y provocaba la muerte de los enfermos fue detectado en esa ciudad China. En las siguientes semanas la epidemia se convirtió en una pandemia.
El 20 de marzo vino el encierro total, la suspensión al máximo de todas las actividades, la gran cuarentena, el cierre de las tareas no esenciales en todo el mundo que se prolongó por dos años para salvar el mayor número de vidas posible evitando el contagio.
Las calles desiertas de las grandes metrópolis y las poblaciones más pequeñas, eran el reflejo del temor al contagio asesino que arrebataba la vida de padres, madres, abuelos, hijos, hermanos, tíos primos, sobrinos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, el encierro por el miedo a la muerte, a la pérdida fatal sin el último adiós, sin el último beso y abrazo, sin la mano amiga y la compañía de alguien querido, sin funeral ni sepelio.
Los hospitales en todo el mundo se llenaron de enfermos, y durante los primeros 6-8 meses el número de muertos crecía cada día. Los médicos, enfermeras, y el personal administrativo de dispensarios, consultorios, clínicas, sanatorios, pequeños hospitales, grandes hospitales y centros médicos se dedicaron en cuerpo y alma a defender la vida de los seres humanos, muchas veces a costa de su propia vida.
Los más reconocidos laboratorios y centros de investigación en el mundo iniciaron la búsqueda del antídoto para combatir al virus del Covid19. Aislaron el Coronavirus, detallaron sus características e iniciaron la búsqueda de una vacuna eficiente para contenerlo.
En la Universidad de Pensilvania los doctores Katalin Karikó y Drew Weissman actualizaron sus investigaciones de casi 20 años sobre una molécula llamada ARN mensajero que permitió desarrollar la vacuna del COVID 19 hasta la fase 3 en solo un año.
En el siguiente año se fabricaron y se aplicaron en todo el mundo, según las cifras de la Universidad Johns Hopkins, 13 mil 338 millones de dosis de las vacunas, que hicieron posible a la Organización Mundial de la Salud la declaración del fin de la Emergencia Sanitaria Internacional por Covid19 en mayo de 2023.
Es un gran mérito de los científicos justamente galardonados. También es un gran mérito de los seres humanos, todos los que cuidaron la salud de los enfermos, y los que vacunaron a miles de millones, o como los que siguieron produciendo, distribuyendo y entregando los alimentos en los grandes almacenes y en las tiendas de barrio, y los que mantuvieron los servicios públicos funcionando como el de recolección de basura, y la electricidad.
Es un gran mérito de todos los que en medio de la tragedia aprendimos a reconocernos en la fragilidad y el dolor de nuestros semejantes, volvimos a vernos a los ojos y a hablarnos y a tratarnos con amor, respeto, solidaridad, compasión, y fraternidad. La lucha contra el Covid19 es una gran victoria de la especie humana.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ