Desde tener salud y dinero hasta éxito en el amor, es lo que la gente le pide al llamado “niño milagroso”, cuya tumba se encuentra en el antiguo Panteón de Guadalupe de Ciudad Obregón en el municipio de Cajeme, Sonora. La gente visita el recinto ya que considera que el pequeño de nombre Alejandro Zaragoza cumple las peticiones de quienes acuden a él. Esto a pesar de que tiene casi 100 años de su fallecimiento.
De acuerdo con testimonios recabados por el diario El Imparcial, el “niño milagroso” ha cumplido nobles peticiones de la gente que solicita su ayuda. Tal es el caso de una mujer a la que le concedió tener dos hijos luego de que casi se divorcia de su esposo debido a que no lograba embarazarse. “No nada más le dio un hijo, sino que dos”, aseguró el panteonero de Guadalupe.
Otro de los aspectos que causa gran sorpresa entre quienes visitan al “niño milagroso” es precisamente la estatua que se encuentra en la tumba del pequeño. Y es que visitantes de México y Estados Unidos han asegurado que la imagen los sigue con sus ojitos.
@elimparcialcom “Una tumba milagrosa” en antiguo panteón de Obregón Además de llantos, en los panteones también se escuchan leyendas de los que ahí descansan eternamente y tal es el caso de una “tumba milagrosa” en el antiguo panteón de Guadalupe, en Cajeme.
¿Cómo es la tumba del “niño milagroso”?
La tumba del pequeño Alejandro Zaragoza es una de las más populares en el camposanto de Ciudad Obregón. La estatua de mármol que representa al “niño milagroso” suele estar adornada con regalos como juguetes y veladoras que las mismas personas le llevan al pequeño. Además, al pie de su tumba se alcanza a observar la siguiente leyenda:
“Alejandro Zaragoza nació el 23 de agosto de 1926 y falleció el 14 de octubre de 1929. Ciudad de Obregón, Sonora”, se lee bajo la estatua.
¿Quién es el “niño milagroso”?
Alejandro Zaragoza, mejor conocido como el “niño milagroso” es un pequeñito que murió a la edad de tres años en 1929 a causa de neumonía. Sin embargo, su historia ha trascendido a tal grado que hasta la actualidad muchas personas acuden a él para realizarle toda una serie de peticiones.
Un dato curioso es que según lo que han reportado medios locales, la tumba de el “niño milagroso” no es visitada por seres cercanos a él. Más bien, acude la gente que cree en sus milagros y le pide salud, trabajo, dinero o ayuda en las situaciones adversas. Incluso, cuentan que por las noches lo han escuchado reír y jugar, especialmente el 1 de Noviembre, día que es dedicado a los niños difuntos.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO