La ventana es el origen de quien es hurgamos el mundo y para los griegos y romanos la ventana es la situación del universo estético.
La ventana en cierta forma es una medida natural del ojo humano que traza las líneas de cercanía y profundidad con solo escuadrar el dedo gordo con el índice para integrar la profundidad del paisaje y los señalamientos y distancias.
Este libro que hoy nos entrega Rebecca Bowman es la visión y el acto de abrir una ventana para asomarse a la condición humana de lo cotidiano con la acides y la dulzura de una poeta que se formó entre nosotros con un profundo sentido crítico de sus dos nacionalidades que son raíces del árbol familiar donde los frutos cortados por sus manos son semilla de cuentos y poemas, propuestas operísticas y criticas de la autora que vivió por muchos años con nosotros.
Tiempo atrás he elogiado el trabajo de Rebecca, donde ha mantenido una verticalidad crítica sobre la literatura con un amplio conocimiento sobre las letras mexicanas y una apertura critica a lo que se escribe en el mundo de su país y el hispano. Rebecca Bowman fue la primera de las escritoras tamaulipecas en obtener un premio nacional en letras de CONACULTA, compartiendo conmigo esa distinción porque obtuve el premio en Proyectos Culturales en la Frontera Norte con el proyecto El Arte como Educación y Terapia.
El trabajo de Rebecca ha sido ampliamente comentada por Santiago Daysi Tol son, profesor de literatura hispánica en la Universidad de Texas.
Bowman, participo en un movimientos literarios de nuestro estado y aquí en Victoria, alimento su caudal de sueños plasmadas también en obra plástica en mi taller Unicornio, abrió puertas críticas sobre el arte de mi autoría.
Abrir la Ventana de Rebecca Bowman es abrir el cauce de su sentido crítico sobre el contenido de lo poético y sus condiciones que transitan todos los días, porque pensar y soñar van de la mano, y esta ventana que hoy nos abre Rebecca Bowman, tamaulipeca hasta las cachas, nacida en Los Ángeles, California, es parte de la historia literaria de Tamaulipas, de México.
Tamaulipas donde ha obtenido también premios literarios, pero sobre todo, el premio de la amistad y el respeto a su trabajo escritural.
SEMBLANZA
REBECCA BOWMAN NACIÓ EN LOS ÁNGELES; radicó durante muchos años en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.
Fue becaria del CONACULTA y del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas. Obtuvo el Premio Estatal Juan B. Tijerina en cuento, el Premio Estatal de Cuento del ISSSTE, y el Premio Internacional de Dramaturgia Manuel Acuña.
Ha publicado varios libros incluyendo Los ciclos íntimos, La vida paralela, Horas de visita, Unfinished Business and Other Stories, Portentos de otros años, Lugar de aguas y Abro la ventana. Colaboró con Veronique Hahn para crear Ink Reactions/Reacciones en tinta.
Los cuentos y poesía de Rebecca se han incluido en antologías y sus obras de teatro se han puesto en escena varias veces. Está por publicarse una novela de la autora con el título El factor humano, editada por Letras en la Frontera.
En Abro la ventana (ALJA Ediciones, 2023), Rebecca Bowman le da voz a una mujer que sufre el síndrome de Ulises, mal provocado por la tensión que experimentan quienes por necesidad emigran a otro país. Con gritos, plegarias y lamentos dirigidos a seres presentes y ausentes, la doliente revela una realidad personal imaginada para lidiar con una experiencia tan trágica como frecuente.
Al describir lo perdido, su aplastante soledad y la añoranza por su querencia, este poema de largo aliento logra ser un canto al campo del norte de México, a la familia y al amor de pareja, así como denuncia ante la indiferencia colectiva frente a la violencia actual.
POR ALEJANDRO ROSALES LUGO