Es preocupante el índice inflacionario interanual pues, desde hace 21 años, el pueblo de México no había padecido la pulverización de su salario, como ahora, cuando el poder adquisitivo ha incrementado el número de pobres, a tal grado que somos el segundo país latinoamericano con más miseria y más hambruna.
Los beneficiados con los programas sociales de Andrés Manuel López Obrador –Pensión Bienestar para Adultos Mayores, Becas ‘Benito Juárez’, Jóvenes construyendo el futuro, Mujeres con Bienestar y Sembrando vida–, suman cerca de 30 millones. Pero el apoyo asignado no les alcanza para consumir lo indispensable; ni garantiza una alimentación nutricional aceptable.
Aun así, el tabasqueño sostiene ‘primero los pobres’ para justificar una política paternalista y dispendiosa en aras de mantener su popularidad; y la de Movimiento Regeneración Nacional (morena), mientras se incrementa la cifra de necesitados que sí producen y no están incluidos en los programas de Bienestar ya que, otrora, formaban parte de las clases emergentes –que dicho en otras palabras fueron clase medieros–, y en la actualidad integran parte de un enorme ejército abatido por la carestía y aumentos de precios a los 24 artículos que componen la canasta básica.
La información más reciente que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha revelado, es que México, del 2018 al 2023, añadió a 3.8 millones de nuevos pobres ubicándose en 33.7 millones los que padecen la pobreza moderada en áreas urbanas; y en un 12.5% de la tasa poblacional los que habitan en zonas rurales.
Además, en pobreza extrema, se encuentran (a la fecha) 12.9 millones residentes en localidades urbanas y 13.9 millones moradores del campo.
Al cierre de diciembre próximo pasado, la inflación alcanzó un 4.46 por ciento, sin que el Gobierno Federal haya atinado a detener el aumento de precios, por errar en la regulación de cuando menos los productos de la canasta básica, la energía, los combustibles y tarifas por servicios diversos.
Y en casa hay quejas porque todo ha subido de precio drásticamente.
Al menos en los 24 productos de la canasta básica, que son: aceite de canola o maíz; arroz en grano; atún en lata; azúcar morena; bistec de res; cebolla; chile jalapeño; chuleta de puerco; frijol en grano; huevo de gallina blanco; jabón de tocador; jitomate; leche; limón; manzana; naranja; pan de caja; papa; papel higiénico; pasta para sopa; pollo entero; sardina en lata; tortilla de maíz y zanahoria.
Esto sin contar con otros artículos igualmente primordiales para que su familia se medio alimente, como es la calabaza, los nopales, el brócoli y ajo o la coliflor, entre muchos otros.
Al aceite comestible prácticamente le doblaron su precio y al atún, ni se diga; al kilogramo de tortilla y pollo, al litro de leche también
Y más se da cuenta, porque si en diciembre del año anterior con mil 500 pesos cubría una despensa semanal, ahora no le alcanza ni con 2,500.
Y eso que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dice que en promedio el incremento mensual ha sido del 0.54 por ciento; y quizá ya entró en vigor el incremento al salario de un 20 por ciento, acordado por el presidente, los sindicatos y la parte patronal.
Así que considero prácticamente imposible que la inflación anual logre reducirse al 3%, como lo pronostica el Banco de México y lo ha ofrecido el mentado ‘Peje’.
Más cuando la recaudación de impuestos ha disminuido drásticamente por falta de inversión privada y la fuga de capitales.
¡Ah! pero eso sí, López Obrador sigue construyendo elefantes blancos.
En fin, mientras al pueblo más le aprieta el hambre el tabasqueño está terco en pasar a la historia como el impulsor de la mentada 4T.
¿Hora de actuar?
Me cuentan que en los próximos días la Fiscalía General de Justicia giraría varias órdenes de presentación y aprehensión en contra de ex funcionarios gubernamentales.
¿Usted lo cree?
Yo tampoco. Pero el fiscal anticorrupción, Raúl Ramírez Castañeda, al alcance tiene los instrumentos para cobrarle facturas a sus otros cómplices ‘cabecistas’ que se prestaron a desacreditarlo.
Ciertamente el funcionario ha perdido toda credibilidad.
Y más cuando acusa a la prensa, sin tener ‘los pelos de la burra en mano,’ de ser artífice de un linchamiento en contra suya.
Se olvida este sujeto que para tener la lengua larga hay que tener muy corta la cola.
De cualquier forma, el revanchismo también parece ser atribución suya y por eso, hay quien insiste en que pronto daría sorpresas.
Se hace camino al andar
El gobernador Américo Villarreal Anaya ha decidido informar puntualmente la situación de seguridad o inseguridad que guarda Tamaulipas, sin ocultar datos.
Esto habla bien de él.
Sobre todo, cuando los rumores malsanos. al través de redes sociales de los grupos añorantes del poder, buscan nuevamente reflectores.
Darles más crédito del que merecen, consignando sus nombres, es lo que buscan.
Así que lo mejor es ignorarlos.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
Correo: jusam_gg@hotmail.com