18 abril, 2025

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Tamaulipas es un mosaico de lenguas

Producto de la migración, desde Tampico hasta la frontera hay presencia de hablantes de algunas de muchas de las lenguas originarias que aún sobreviven en el país

Honorio Cortez Castillo, tiene 61 años y es originario de la localidad indígena de Chalingo del municipio de Huautla del estado de Hidalgo, llegó al sur de Tamaulipas a los 11 años, movido por la curiosidad, para constatar las bondades de la zona.

En la actualidad da conferencias de superación e incluso clases de su idioma materno. Es uno de los 11 mil hablantes de lengua náhuatl que habitan en la entidad, la inmensa mayoría, protagonistas de una migración incesante des de las comunidades rurales a las zonas urbanas del estado.

Según los datos más recientes del Instituto de Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en solo un año un promedio de 97 mil 791 personas, llegaron a Tamaulipas de diversos puntos del país; en su mayoría provenientes de Veracruz, San Luis Potosí, Nuevo León y del centro del país.

Estadísticas del instituto registran entre las lenguas con presencia de hablantes en la entidad el totonaco, zapoteco, otomí, mazahua, mixteco, maya, tsotsil y chinanteco, aunado al náhuatl y tének. “Aprendí a nadar desde chiquito —en Chalingo todos los niños aprenden desde pequeños—, en el río que ustedes llaman Pánuco, allá es El Calabozo, por el hecho de nacer cerca de un río, todos apren demos a nadar”, señala quien actualmente tiene más de 50 años viviendo en estas tierras tamaulipecas.

“Cuando yo me metí a estudiar en la escuela primaria el español, fue a los 7 años; la primera palabra que aprendí a decir en español era; sí y no y, después; buenos días, buenas tardes, buenas no ches; yo hablaba náhuatl perfectamente”, nos comenta con su castellano claro y nítido.

Entre su madre y él nunca se habló en español, siempre fue en su idioma original y, se apresura a señalar, “esto mucho menos sucedía con mis abuelas o abuelos, era obligado expresarse en el lenguaje.”

“Nunca me sorprendió el aprendizaje de otro idioma; pero sí batallábamos para aprenderlo, pe ro al mismo tiempo sorpresa; primer año todos reprobábamos, así que hacíamos primer año, dos años; luego pasábamos a segundo año y hasta ter cero, nada más existía allá, hasta tercero”, comenta Honorio, con los recuerdos a flor de piel.

Fue cuando decide a los 11 años ir a Tampico, Tamaulipas con un tío con quien se lanzaba a la aventura, con un español “demasiado mocho”, pero podía comunicarse. Asegura se quiso venir al puerto, porque le gustaba la canción “Tampico hermoso” y quiso conocerlo. Había escuchado la experiencia de muchas personas sobre la carrilla a la gente de otro idioma, por su aspecto o por venir simplemente de un pueblo, pero no fue su caso.

“Yo no puedo decir que mi dignidad fue pisotea da, ¡nombre, al contrario, los jóvenes se la pasaban felices conmigo! Me decían, y cómo se dice esto y cómo se dice aquello, y yo enseñándoles hablar mi idioma”, y señala, cuando llegó al sur de estado, sí tuvo sus diferencias con otros, pero eran propias de la edad; nunca por discriminación.

Solo hubo algo que lo desmoralizó al terminar la primaria, cuando su maestro le dijo: Honorio te paso, porque me caes muy bien, si no, no te pasaba. Eso le hizo volverse autodidacta, comprar muchos libros y leer, leer.

MIGRACIÓN EN TAMAULIPAS

Las cifras que maneja el INEGI, arrojan sobre esta migración interna se halla distribuida de la siguiente manera; de cada 100 personas, 43 por ciento de ellas provienen del estado de Veracruz; un 10 de Nuevo León; un 8 de San Luis Potosí; un 4 de la ciudad de México (CDMX) y otro 4 del Estado de México.

En Tamaulipas hay 22 mil 651 personas mayores de 3 años, que hablan alguna lengua indígena; entre las más habladas en el estado, están el Náhuatl, con 11 mil sesenta y siete hablantes; el Tének (o Huasteco), con 5 mil 241; el Totonaco, con 2 mil 635 y el Zapoteco con 573 personas.

De cada 100 personas que usan una lengua originaria, sólo 12, no hablan español. En el mapa nacional, el náhuatl tiene presencia al menos en doce estados de la República según datos del INEGI, del Censo de Población y Vivienda 2020, en el caso del tének, es diferente pues es mucho menor el número de hablantes de esta lengua derivada del maya. Dentro del número de hablantes de lengua indígena por entidad federativa, entre los estados con menor porcentaje de población hablan te fueron Zacatecas (0.3%), Guadalajara (0.2%), Aguascalientes (0.2%) y Coahuila (0.2%).

Algo parecido pasa en Tamaulipas con una población de apenas el 0.7. La mayoría de los hablantes de lenguas indígenas, han llegado a la zona del noreste mexicano, resultado de la migración en busca de mejores oportunidades de vida. Honorio Cortez Castillo, se sueña con su abue la hablando en náhuatl y, sus clases en Casa de Cultura de Tampico han alcanzado popularidad entre la gente de piel clara o mestiza; tiene tres hijos y ninguno de ellos asiste o tiene interés por aprender el idioma. “No les interesa, yo doy clases al que le interesa, al que no le interesa pues, lo siento mucho”, nos dice con gesto adusto, tratando de ocultar un poco un sentimiento que se escapa por sus ojos, como un suspiro.

POR JESÚS GUERRERO VALDEZ

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