Las pasiones panistas están desatadas en pleno proceso de registro de los precandidatos a las alcaldías y las diputaciones locales de Tamaulipas.
El enfrentamiento entre las tribus -ahí también hay, y son tan o más beligerantes que las morenistas- ha añadido cierto grado de tensión al proceso interno de la coalición “Fuerza y Corazón X México”.
Por difícil que parezca, ahora en la frontera las definiciones marchan sin sobresaltos.
En los tres principales municipios de la región, las candidaturas están prácticamente resueltas.
Lety Salazar está amarrada como candidata a la alcaldía de Matamoros, y tiene como principal capital político además de los buenos índices de aceptación que dejó en su paso por la Presidencia Municipal, la mala gestión del alcalde Mario López, y lo que parece una batalla sin cuartel entre los aspirantes morenistas.
En Reynosa, al mejor estilo cabecista de ir en contra de la lógica, todo está listo para que salga a competir uno de los peores dirigentes que ha tenido Acción Nacional en el estado.
Acaso la única esperanza de “El Cachorro” sea la difícil relación que mantiene Makito con Morena, y que ha permitido que otros actores como Luis Miguel Iglesias puedan levantar la mano para meterse en la pelea por la candidatura.
En Nuevo Laredo, la candidata de la coalición a la alcaldía será Yahleel Abdala, que se registrará hoy ante el Comité Directivo Estatal, y tiene una misión casi imposible, porque se enfrentará a una alcaldesa que, luego de ganar una elección muy cerrada, logró consolidar a su municipio como un bastión de la 4T.
En la capital del estado, también se ha allanado el camino para que Oscar Almaraz sea el candidato del PAN y el PRI a la alcaldía.
La región donde las aguas están más menos apacibles es el sur de Tamaulipas, donde hay una larga lista de inconformes.
En el caso de Tampico, el pleito interno entre los panistas es mucho más complejo que cabecistas contra naderistas, porque en medio de esos dos grupos hay un panismo doctrinario que tiene su propio rumbo político.
Por lo pronto, el fin de semana se registrarán tres aspirantes panistas a la alcaldía porteña -quizás sea el único municipio del estado que alcance ese número de precandidatos- con peso y trayectoria: Rosa González Azcárraga, Pepe Sheckaiban y Mon Marón.
En Madero, la línea parece favorecer el proyecto del todavía magistrado Andrés González Galván, quien lleva meses combinando su delicado trabajo en el Poder Judicial con una campaña personal para posicionarse rumbo a la alcaldía.
Sin embargo, el diputado local Carlos Fernández Altamirano mantiene sus aspiraciones y se registrará el sábado 20 de enero ante el Comité Directivo Estatal.
La disputa interna por las candidaturas en el PAN no está exenta de los conflictos y desencuentros propios de un proceso político de este tipo.
La diferencia con el pasado reciente es que ya no está en el poder el líder político que -por las buenas o por las malas- los hacía aceptar sus designios.
¿Cómo saldrán de este laberinto?, quién sabe, pero en Morena, hasta los candidatos más débiles se relamen los bigotes.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES