Del uno al 15 de febrero próximo se realizarán las preinscripciones para el ciclo escolar 2024-25 (en todo el país) correspondientes al tercer grado de preescolar y el primero de primaria y secundaria.
En el caso particular de Tamaulipas la cercanía de esa etapa despierta entusiasmo entre los miles de padres de familia cuyos hijos por vez primera pisarán un aula, pero no para los millones de tutores que en otros años han desembolsado las altas sumas de dinero exigidas por algunos directivos de educación básica, con el rollo de que sólo cubriendo la ‘cuota voluntaria’ es posible garantizar la inscripción de sus retoños para poder acceder al nivel inmediato.
Se lo comento porque, hasta hoy, inclusive, no sé de institución alguna donde se prevea atender puntualmente lo plasmado en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –en cuanto a las instituciones públicas–, de brindar un servicio gratuito y laico.
Y sí, por el contrario, sé de casos en que los mentores han medrado tanto con la admisión de educandos –como acostumbran hacerlo dentro del sistema educativo que generosamente les paga por ejercer un servicio, aunque regularmente mediocre–, en claro detrimento del avance en esta materia, en cada período de preinscripciones e inscripciones.
La reglamentación oficial advierte que la enseñanza debe desligarse completamente de toda transacción comercial.
Sin embargo, fuera de toda institución privada –donde sí se contrata este servicio y quienes lo hacen saben perfectamente a qué se atienen–, en el sector público se da el caso de que hay directores de escuelas que suelen negarle la instrucción a quienes no pagan ‘las cuotas voluntarias’ o los ‘donativos’ que jamás registran las arcas gubernamentales.
Basta con haber observado en el pasado las largas filas que, desde la madrugada, por varios días, hicieron miles de paterfamilias reclamando un lugar para sus hijos –y las que seguramente se harán en búsqueda de una matrícula–, para mejor entender la problemática.
Por si fuera poco, igual bastaría ir a cualquier institución al menos acá en el estado, para darnos cuenta del negocio que se hace con los uniformes y útiles escolares y preguntar dónde se maquilan y quiénes los venden, para mejor entender el por qué se obliga a los educandos a la adquisición de su vestimenta diaria y enseres en negocios determinados.
Sospecho, sin embargo, que en el caso de Tamaulipas la secretaria de Educación no está en el ‘enjuague’, pero sí creo pertinente que ella se mantenga al cuidado de esta denuncia, pues a lo largo y ancho de toda la geografía estatal se registrará el cobro indebido de cuotas escolares.
Por cierto, el lunes que nos antecede se reanudaron clases en las más de seis mil 500 escuelas que hay en todo el estado, para atender a cerca de millón de alumnos.
En tarea la llevan a cabo alrededor de 52 mil docentes.
Sobre el mismo regreso a clases, se me informa que la Secretaría de Seguridad Pública realizó un operativo especial, con más de dos mil policías estatales, que realizaron recorridos por diversos planteles en los 43 municipios, tanto en las zonas urbanas como rurales, para vigilar que el retorno a las aulas se diera sin contratiempos.
Actualmente, Tamaulipas dispone para la educación básica de +/- dos mil 800 planteles que, en el período vacacional, en su mayoría, recibieron una ‘manita de gato’; fue renovado el mobiliario escolar y se les ha dotado de materiales y tecnologías educativas.
¿Y a dónde fueron a parar las ‘cuotas voluntarias’ cobradas al inicio del ciclo escolar 2023-2024?
Hay avances
El gobernador Américo Villarreal Anaya gana credibilidad de manera paulatina; es un político en el que confían los inversionistas extranjeros, los inversionistas nacionales y los tamaulipecos en general.
Bueno, aunque haya excepciones, como los legisladores (federales) del membrete albiceleste que todo lo ven mal.
Todo cuanto no satisfaga su dogmatismo mesiánico.
Eso está muy claro.
No obstante, una vez resuelto lo más álgido de la crisis y sus afectos sobre la economía popular, las predicciones de esos malos tamaulipecos han caído por su propio peso.
Ya nadie les cree. Ni los toma en cuenta, por saber que sus cuestionamientos obedecen a intereses de grupo, o a intereses ajenos a Tamaulipas; y que todavía no asimilan cómo es que nuestra entidad se les ha ido de las manos.
Eso lo sabe Américo.
Igual sabe que para lograr un crecimiento más rápido y sostenido en materia económica, es necesario replantear acuerdos; convencer a inversionistas; alentar el turismo; velar por una mayor seguridad pública; generar empleos y apoyar con recursos al campo para que en Tamaulipas se obtenga una mayor productividad en todos los sectores.
Otra de sus preocupaciones es llevar recursos a quienes menos tienen (como lo ha demostrado a lo largo de su gobierno) y desarrollar programas más ambiciosos de asistencia social, para que así todos los tamaulipecos tengan acceso a la educación y servicios de salud de primer nivel.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
Correo: jusam_gg@hotmail.com