21 abril, 2025

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Cuatro generaciones de tortas de la barda

Desde su creación hace varias décadas, su sabor ha cautivado a miles de comensales. La clave está en los ingredientes que satisface el gusto de los clientes

TAMPICO, TAMAULIPAS.- La torta de la barda es probablemente uno de los platillos más representativos de Tampico y de la zona sur, junto con la carne asada a la tampiqueña y la jaiba rellena.

Es famosa a nivel regional y nacional e incluso ya se vende en algunos lugares del vecino país del norte.

Su sabor ha cautivado a muchos a lo largo de varias décadas.

La clave está en sus ingredientes que incluyen pan francés, frijol, tomate, cebolla, aguacate, jamón, queso de puerco, queso amarillo, queso blanco, chorizo y carne deshebrada.

No puede faltar la salsa de chicharrón, todo acompañado de un refresco frío o un agua de sabor.

Turistas y residentes de la zona, acuden diariamente a la zona de los mercados, específicamente a un costado de la entrada a la antigua aduana marítima en el puerto de Tampico, para disfrutar de una torta de la barda en alguno de los varios locales ubicados en ese lugar, sobre la calle Héroe de Nacozari.

En uno de los puestos, en una de las paredes del negocio «Tortas René y su hijo Cepillín», se encuentra una reseña que aclara todo sobre el origen de ese platillo.

En el mismo se establece que el creador de ese manjar es Lucio René Bracamontes Martínez.

Es ese mismo personaje quien pareciera narrar en el escrito la creación de la famosa torta.

Destaca que empezó a la edad de 7 años en el medio de las tortas al lado de su padre, José María Bracamontes Contreras, con aquellas famosas tortas llamadas Alijadores que llevaban frijol, sardina, tomate, cebolla y salsa o en lugar de sardina eran de chorizo o queso.

Se llamaban así porque sus principales clientes eran trabajadores del Gremio Unido de Alijadores de la aduana marítima.

Costaban 10 centavos y para acompañar esa torta compraban huapilla a dos pesos.

«La actual, tradicional y famosa torta de la barda la inventé por necesidad ya que yo estudiaba secretario de contabilidad y me emplee como cardista en la droguería del pueblo cuando me fue a ver mi padre para decirme que la persona que tenía en su negocio que era medio hermano mío, lo había abandonado y estaba haciéndole la competencia desleal pues había puesto su negocio frente al de mi padre», detalló.

Lucio René dijo que fue tanto su enojo que renunció a su trabajo para hacerse cargo del negocio de Don José María.

Se encontró con el problema de que esa persona ya estaba acreditada tras años de atender el local, ante lo cual decidió transformar la torta que vendían.

«Mi padre vendía 5 tortas y la otra persona vendía más, por lo tanto, después de ser oficinista me vi en la necesidad de emplearme como cargador de Alijadores pues ya estaba casado y con hijos y a la vez me hacía cargo del negocio de mi padre, fue ahí cuando la torta de la barda la inventé por mandato de nuestro señor Dios pues andaba en el mercado, me paré en una salchichonería y observé rebanar mortadela y me vino a la mente ponerle un pedazo de mortadela a la torta, el cliente la aceptó, sorpresa, de 5 que vendía vendí 15, al ver el éxito volví a pensar si la mortadela se la cambio por jamón y así lo hice y de 15 vendí 50 y así fue como empecé a formar la torta de la barda», reveló.

Una vez agregados los ingredientes que todos conocemos quedó lista la torta de la barda.

Explicó que el mote de torta de la barda fue por los estudiantes que decían vamos a almorzar a las tortas de la barda de ferrocarriles.

Así surgió ese platillo cuya venta se ha generalizado en toda la zona.

Todos los negocios que comercializan ese alimento incluyen los mismos ingredientes porque saben que esa es la clave del éxito para atraer a clientes.

En el caso de Tortas René, ya son 4 las generaciones que han seguido con esa tradición, con ese platillo que fue producto del ingenio  de una persona que no permitió que la competencia lo venciera.

Por. Benigno Solís

Expreso – La Razón

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