CIUDAD VICTORIA, TAM.- Dulce sufría bullying cuando estudiaba en la Primaria y Secundaria, su padre, José, preocupado por la situación, la invitó a aprender boxeo, deporte que él había practicado y la ayudaría a saber defenderse, pero sobre todo, a tener disciplina y aprender a manejar sus emociones.
“En la Primaria pasamos muchas situaciones, yo paso a la Secundaria y era muy peleonera, yo no me dejaba, ya me conocían, a raíz de eso mi papá me metió al boxeo, para que aprendiera a defenderme, él me metió a este mundo, el día que me invitó a que aprendiera yo me emocioné mucho”.
Al cumplir 14 años, Dulce Rosalía Silva Aranda tuvo su primer contacto con esta disciplina en el Gimnasio de la Unidad Deportiva Adolfo Ruiz Cortines, nada más y nada menos, que de la mano del exitoso entrenador Marcelino Peña.
“En ese entonces yo estudiaba en el Conalep, mis amigas decían que ahora sería más peleonera, pero con la disciplina se me bajó el querer andar peleando”.
“Fue muy bonito, en ese entonces entrenaban ahí con el profe “Mache”, “La Pera”, Humberto Montalvo, Gustavo, Pepe Lara, Jorge Ases, una muy buena generación, de ellos aprendí mucho, yo hacía sparring con puro hombre, ellos no median su fuerza siempre tuve lesiones, me desviaron el tabique, la quijada, las muñecas y los codos, pero en ese momento me lo arreglaban, no importaba, el boxeo ya era una pasión para mí”.
A los quince años, fue a su primer Torneo Nacional, “Fue en el Comité Olímpico Mexicano, ahí conocí a todas las figuras que están teniendo éxito ahorita, con todos tengo amistad, fue muy bonito, ahí gané mi primer trofeo, el campeonato Nacional”, dice con orgullo.
Al volver a casa, en la colonia Ampliación López Mateos, Don José, vivió uno de los momentos más bonitos de su vida, su hija cruzó a puerta cargando el trofeo que la acreditaba como Campeona Nacional.
“Le enseñé el trofeo a mi papá y se emocionó, hasta se lo llevaba a su trabajo, a mí me daba pena”, explica entre risas Dulce Rosalía.
Posteriormente vino el Estatal 2010 y lo ganó, después fue campeona Regional en Coahuila, venciendo nada más y nada menos que a Carmen “La Pocha” Martínez, de Nuevo León, quien había sido Campeona Panamericana.
“Yo ya iba derrotada, pero el profe Marce me preguntó que si me preparé y que si tenía los huevitos bien puestos, sus palabras me motivaron, fue una de las peleas más fuertes, todo el público estaba alrededor de nosotros, estuvo muy cerrado y le gané por un punto, todavía tengo muy presente esa pelea y la sensación del triunfo”.
Gané mi lugar y fui a la Olimpiada a Guadalajara Jalisco, ahí hubo muchas cosas raras cuando peleé con Jalisco y me eliminaron, ahí gané la medalla de Bronce; posteriormente peleo la final del Nacional Elite y gané el Subcampeonato”.
En el 2011 fue campeona del Regional y aseguró su pase a la Olimpiada que fue en Mérida. Ese año arrasó y vivía el mejor momento de su carrera, primero se consagró nuevamente con el título de la Olimpiada Nacional y unos meses después, repitió el primer lugar, pero ahora en la Categiría Elite, lo que le abrió las puertas para representar a México, pero una mala jugada, truncó sus sueños.
“Gané todo en los 64 Kilos y me llegó una convocatoria para representar a México en los Juegos Panamericanos 2011 que se celebrarían en Guadalajara, para poder ir me tenía que eliminar con la campeona, Erika Cruz”. “Ya con una preparación, después de hacer un sacrificio para bajar a 60 kilos, me prepárame con todo, ya tenía los boletos del avión, yo lo había luchado y lo quería, pero a dos días de irme, llamaron de la Federación, no dieron explicaciones, me bloquearon y dijeron que iba a ir Erika y que yo iría a los siguientes”.
“Yo me sentía muy bien preparada, pero me cortaron de tajo, fue mucha desilusión, me agüité, me deprimí, ya no quería boxear, el profe Marce y Raymundo Lora Lara, hablaron conmigo para darme ánimo, volví a entrenar, pero no con la misma motivación”.
En la Olimpiada Nacional 2012 que se celebró en Irapuato, con mucho sacrificio y después de hacer un proceso fuerte de deshidratación y hasta cortarse el cabello para dar el peso, quedó Campeona Nacional y después se adjudicó el primer puesto de la Elite, volvió a ser invitada pero decidió el retiro.
Desde que comenzó a competir en el 2008 y hasta el 2012, ganó cinco medallas de Oro, una Plata y un Bronce, además, de ser Bicampeona Nacional, gracias a mi papá conocí este deporte, gracias a él que confió en mí, conseguí muchas cosas”.
Pero su huella en el boxeo, no terminaría ahí, pues “El alcalde Eduard Gattás me dio la oportunidad de estar aquí, en el “Gimnasio José Sulaimán”, pero no como boxeadora, sino como entrenadora, compartiendo con los niños y jóvenes mis conocimientos, todo lo que aprendí se los comparto, es algo muy bonito, me ilusiona ver a mis alumnos crecer en lo personal y en lo deportivo”.
Además, hoy tiene dos motivos muy grandes para no rendirse, “Mis dos hijas que son el amor de mi vida, mi motor, una tiene diez años y la otra tres, yo siempre las voy a apoyar en todo.
POR DANIEL RÍOS