Un nuevo episodio de ataques virulentos y acusaciones contra el gobierno del Presidente López Obrador y de la candidata Claudia Sheinbaum se abrió el día 28 de abril en que se celebró el segundo debate de la campaña presidencial que está a punto de concluir. La candidata Xóchitl Gálvez, casi al final de la confrontación decidió llamar a su adversaria narcocandidata sin contexto y sin explicación alguna.
Al concluir el debate inició inmediatamente en Televisa un programa de post debate en el que Raymundo Rivapalacio explicó al auditorio que lo dicho por la candidata de la derecha se basaba en lo señalado por el libro de Anabel Hernández, La Historia Secreta, subtitulado AMLO y el Cártel de Sinaloa.
Dijo, quién se ha dedicado a los narcocuentos, que el libro describe con detalle la supuesta relación del presidente de la república actual con los narcotraficantes durante su campaña del año 2006 lo cual, a su ver, había motivado a la candidata de la derecha para señalar a su contrincante como narcocandidata.
En ese post debate el senador Germán Martínez, gran difusor del narcorelato a través de la narración oral, que es una tradición mexicana que se practicaba en los lavaderos públicos, explicó que el libro de Anabel Hernández contiene una valiente denuncia del hecho escandaloso de que un narcotraficante afirma haberle entregado a quien es hoy el Presidente de la República en propia mano una maleta con 500 mil dolares en un hotel de paso, y que por esa razón Xóchitl Gálvez señaló a la candidata de Morena como narcocandidata lo que a su ver es justificado, y necesario que lo sepa la gente.
Efectivamente la narconovelista Anabel Hernández hace una entrega más de la saga de libros que ha escrito sobre el tema del narcotráfico en México, que no es otra cosa que un refrito de supuestas investigaciones que han sido publicadas y desmentidas por las propias autoridades de México y Estados Unidos, a quienes ella señala como autoras de esos seguimientos policiacos.
Algunas semanas atrás el New York Times publicó un artículo sobre una supuesta investigación del presidente y su gobierno hecha por autoridades de los Estados Unidos sobre vínculos de gente cercana al Jefe del Ejecutivo que mantendría relaciones con personas dedicadas al narcotráfico. El Presidente de la República se deslindó de esa información, tildó al periódico norteamericano de ser un pasquín inmundo, y exigió una respuesta oficial de las autoridades de Estados Unidos.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo el 22 de febrero de 2024 “No hay ninguna investigación al Presidente Lopez Obrador”, negó que haya alguna investigación abierta acerca de los posibles vínculos del presidente mexicano con el narcotrafico. Sin embargo Raymundo Rivapalacio publicó un cuento al que tituló El Pacto de Brooklyn relacionándolo con la detención de Genaro García Luna y la negativa de éste a involucrar a políticos mexicanos en acusaciones de narcotráfico frente al FBI, la CIA, la DEA y el Departamento de Estado. En ese cuento se afirma que las autoridades norteamericanas detuvieron a García Luna por instrucciones del Presidente López Obrador.
El libro de la narconovelista Anabel Hernández, que circula gratuitamente a través de las redes sociales, recupera los textos de documentos que integran las investigaciones de diversas autoridades mexicanas y norteamericanas a las que ella dice haber tenido acceso y los textos que redactó con relación a entrevistas que dice haber tenido con algunos protagonistas de esos testimonios, entre ellos el de un individuo al que apodan El Grande, que a partir de la página 175 escribe la autora que estuvo con el candidato a presidente de la república en el 2006 a quien le entregó en propia mano una maleta con 500 mil dólares como un regalo de un jefe narco.
La norconovela adquiere, a partir de ese momento, un tono de mayor dramatismo cuando afirma la autora que con esa entrega de dinero se selló un pacto indisoluble y que ganara o perdiera el 2 de junio de 2006, ya no habría manera de salir de ahí, el entonces candidato se había convertido en subordinado de los narcotraficantes, como ella misma señala en un párrafo posterior.
Es importante decir que toda la información contenida en el libro es la misma que había sido difundida con anterioridad en el New York Times, y en el cuento de Rivapalacio, información que fue desmentida por las autoridades norteamericanas que dijeron que no existió ninguna investigación sobre el presidente de México, de lo cual da cuenta la misma narconovelista hasta el punto en el que habla de las reclamaciones del Presidente, aunque afirma que las autoridades norteamericanas no le contestaron, pero se entiende tratándose de un relato ficticio. El Presidente Lopez Obrador se deslindó nuevamente de la información que contiene el libro.
Hasta aquí todo es comprensible, lo argumentado por los relatores, los cuentistas o los novelistas, porque se trata de ejercicios de creación literaria, pero la parte perversa está en hacerlos pasar como reales. Tratar de engañar a los lectores de periódicos y libros y al auditorio de radio y televisión en plena campaña electoral, pasa de ser un entretenimiento divertido a una vileza política.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ