El National Bureau of Economic Research (NBER) es quien decide cuándo inicia y cuándo termina una recesión en los EE. UU. De acuerdo con NBER, una recesión ocurre cuando hay un comportamiento negativo, general y por un período amplio, en actividad industrial, empleo, ingresos y ventas al menudeo.
En estos momentos, los indicadores tradicionales de recesión en Estados Unidos no apuntan claramente ni a un inicio de recesión, pero tampoco a un crecimiento sostenido, regularmente toma tiempo determinarlo, es decir se establece que hay recesión hasta que estamos en medio de ella.
En la búsqueda de anticiparse lo mas posible a una recesión económica, de forma que el gobierno de los Estados Unidos pudiera tomar medidas que minimizara sus efectos, en 2019 Claudia Sahm, exmiembro del consejo de asesores de la Reserva Federal, desarrollo un indicador, conocido ahora como la “regla Sahm”, este indicador predice una recesión cuando la tasa de desempleo promedio de los últimos tres meses supera en 0.5 puntos porcentuales a su mínimo de los últimos 12 meses.
La regla ha sido muy eficaz, ya que ha podido verificar en ocho de las últimas nueve recesiones en Estados Unidos (1961, 1970, 1975, 1982, 1991, 2202, 2009 y 2020 con excepción de la de 1979). Pero si identificó la recesión doble de esos años y por supuesto predijo la recesión de 2020, generada por la pandemia del COVID-19.
Dado que, durante una recesión, la tasa de desempleo aumenta, lo que empeora la situación económica de las familias causando una baja en el consumo y por lo tanto más despidos. En otras palabras, lo que generan las recesiones es cuando se da un círculo vicioso en el mercado laboral causando una contracción de la economía.
La regla de Sahm nos muestra cómo el aumento del desempleo es un indicador anticipado de una recesión.
Una gran ventaja de este indicador es que las estadísticas del desempleo se publican muy frecuentemente, difícilmente sufren cambios y son muy fáciles de entender.
Sin embargo, la regla de Sahm todavía no se ha adoptado de manera generalizada como un indicador clave para la predicción de recesiones.
El pasado 2 de agosto el Departamento de Trabajo de EEUU reveló que la tasa de desempleo aumentó en 0.2 puntos porcentuales alcanzando un 4.3% ya que solo se crearon 114.000 nuevos puestos de trabajo, por debajo de los 176.000 pronosticados esto llevó al índice de la regla de Sahm a un valor de 0.53 (por encima del límite).
Lo que causo que el pasado 5 de agosto las bolsas y el petróleo se desplomaran por el miedo a una recesión inminente en EE. UU., teniendo que salir Jerome Powell en la rueda de prensa del pasado miércoles, tras la reunión en la que decidió mantener los tipos sin movimientos: «Se trata de una regularidad estadística, no es una regla económica que muestre que algo vaya a suceder al 100%».
Por su parte Claudia Sahm en su cuenta de X (twitter) publicó: “Estados Unidos no está en recesión, a pesar de que el indicador de la Regla Sahm que lleva mi nombre así lo establece. Una vez dicho esto, el riesgo de una recesión es elevado, lo que refuerza los argumentos para que la Reserva Federal de Estados Unidos reduzca las tasas de interés”.
A pesar de que los indicadores tradicionales no lo muestran claramente, de acuerdo con la FRED hay numerosas señales de que la economía norteamericana es débil y particularmente la industria manufacturera muestra contracción. Tendremos un segundo semestre cuesta arriba con mayor deuda, un mercado norteamericano contrayéndose y un incremento en el indicador de riesgo generado por la incertidumbre en el estado de derecho debido a las reformas en el poder judicial y a los órganos autónomos esto podrá incrementar el riesgo país lo que ojalá y no merme más nuestra economía, la de los ciudadanos. Por lo pronto no gastar de más y ahorrar parecen buenas ideas.