Recientemente, leyendo un libro, éste me hacía la pregunta: ¿Qué es el éxito para ti? Y, me animo a compartir algunas de las reflexiones personales a los que me llevó la pregunta.
Desde temprana edad nos enseñan a mirar el éxito como un objetivo lejano, como algo que se debe alcanzar superando cualquier obstáculo.
La realidad es que comenzamos esa eterna carrera desde distintas líneas de salida. El éxito, no debemos definirlo por un destino final o por estándares impuestos por la sociedad, si no desde el punto de partida de cada uno y el esfuerzo que se le ha invertido a esa búsqueda, ahí es donde reside la esencia del logro.
Nuestras historias de vida, experiencias y contextos son únicos, por lo que el camino hacia la meta también lo será.
Es por ello que no podemos comparar nuestro éxito con el que medimos el de los demás. Cuando uno comienza a conocerse y aceptarse, entender su propio contexto y los recursos de los que se disponen, se pueden establecer metas mas realistas y alcanzables.
Y, aunque algunos comiencen con grandes ventajas y otros se enfrenten a fuertes obstáculos desde el principio, eso no determina el valor de los logros, porque quien comienza con desventajas, se esfuerza y logra avanzar, en ese proceso ya tiene un éxito inmenso.
El camino al éxito tampoco es lineal, pues tiene momentos de avance y retroceso, y justo es en los reveces de la vida en que aprendemos sobre nosotros, nuestras capacidades y resiliencia. La clave está en mantener el enfoque y no rendirse, porque la contraparte, el fracaso, ocurre cuando dejamos de intentar las cosas.
El éxito, además, es conceptualizado por cada persona de una manera distinta. La sociedad materialista suele dibujarlo como un trabajo estable, una dirección o empresa, una casa, un yate, un matrimonio, vacaciones de ensueño.
La realidad es que cada uno tiene su propio dibujo del éxito. Para mí el éxito es estar rodeada de las personas que amo y que me aman, procurando su bienestar.
Es alcanzar mis diferentes metas, conectar con la abundancia, conocer mis fortalezas y debilidades en el proceso. Para mí, es superar mis propios límites físicos y mentales. Es vivir una vida de la que me sienta orgullosa de haberla vivido.
Es lograr lo que pocos se atreven. Al final, es una experiencia de vida que sólo es alcanzable si Dios te lo permite por Su Gracia. Es entonces la coronación del esfuerzo para lograr un objetivo sana y limpiamente.
El éxito es disfrutar el proceso de lograr objetivos, sin perderme en el camino.
La sociedad enfatiza los grandes éxitos, pero rara vez celebra los pequeños logros en los que se cimientan los grandes momentos.
Cada uno de esos pequeños pasos son parte fundamental del triunfo. Por eso, cuando pienses en tu propia definición del éxito, no te enfoques solo en la meta final, ni te dejes influenciar por las expectativas externas, comparaciones, decepciones o dificultades.
No hay dos viajes iguales, por eso cada éxito es especial y valioso. Ser una persona mejor que la de ayer, ya es un éxito.
Recuerda que el éxito se mide desde donde comienzas a buscarlo, con expectativas reales, viables, planeadas en el tiempo, compuestas de pequeñas metas que contribuyen a su consecución. Desde el momento en que decides cambiar tus circunstancias porque quieres crecer, aprender, ser mejor, ya estás en el camino del éxito.
El éxito es un concepto muy personal que no se mide con los estándares de otras personas. Es la relación entre donde comienzas y el avance hacia tus objetivos.
Así que sigue adelante, sigue buscando y recuerda que el verdadero éxito está en el esfuerzo y el progreso que haces en tu propio viaje. Si ya estás en el camino correcto, siéntete orgulloso y celebra tus pequeños triunfos. En nuestros grupos de amigos reales, el éxito de uno siempre es compartido por todos. Así que celebro tus éxitos, querido lector.