ESTADOS UNIDOS.- Esta mañana, el cielo nublado y la lluvia ligera se vio iluminada por miles de «varitas mágicas» dedicando un «Lumos» al eterno descanso de Maggie Smith, conocida tiernamente como la encarnación de la profesora McGonagall en la saga de Harry Potter. La actriz murió la mañana de este 27 de septiembre a la edad de 89 años y de acuerdo con los primeros informes, sus últimos momentos estuvieron acompañados de familiares y amigos cercanos en un hospital de Londres.
La noticia fue dada a conocer a través de un emotivo comunicado filtrado por sus hijos, Chris Larkin y Toby Stephens, quienes expresaron su profundo dolor por la pérdida de su madre, a la que describieron como una mujer extraordinaria y querida: «con gran tristeza tenemos que anunciar la muerte de la dama Maggie Smith», escribieron.
A lo largo de las décadas, Smith se ganó un lugar en los corazones de millones de espectadores con su característico ingenio agudo y su formidable presencia en pantalla. Desde sus inicios en el teatro hasta su apogeo en la televisión y el cine, dejó una huella indeleble en la cultura popular británica y mundial. Sus últimas décadas de carrera fueron revitalizadas por su participación en éxitos como «Downton Abbey«, donde interpretó a la sardónica y sabia condesa viuda, un personaje que encarnaba la mezcla perfecta de astucia y ternura, características que definieron muchas de sus interpretaciones.
Maggie Smith, el legado de una actriz icónica
Nacida como Margaret Natalie Smith en 1934, en Ilford, Essex, Inglaterra, su pasión por el teatro comenzó desde muy joven, estudiando en la Oxford Playhouse School, por lo que su carrera despegó rápidamente, destacándose en los escenarios londinenses antes de incursionar en el cine.
Aunque Smith fue una actriz extremadamente versátil, su popularidad se disparó aún más con su papel de la profesora McGonagall en la franquicia de «Harry Potter» y para muchas personas, su representación de la estricta pero comprensiva profesora de Hogwarts se convirtió en uno de los pilares emocionales de la icónica saga, inspirando a jóvenes y adultos por igual. Incluso Smith, en broma, comentó en alguna ocasión que «Harry Potter» había asegurado su «pensión».
Fuera de la pantalla, Maggie Smith era conocida por su privacidad, pues rara vez daba entrevistas y mantenía su vida personal alejada de los reflectores. Sin embargo, colegas y amigos cercanos la describían como una persona profundamente divertida y cálida, que no toleraba tonterías pero que siempre fue una gran compañía.
Es innegable que Maggie Smith fue una de las actrices más respetadas y admiradas de su generación, con una carrera que abarcó más de siete décadas y recibiendo numerosos premios, incluidos dos premios Oscar, cinco BAFTAs, cuatro Emmys y un Tony, consolidando su estatus como una de las pocas intérpretes en obtener la codiciada “Triple Corona de la Actuación”.
Pero entre sus éxitos, la actriz enfrentó distintas complicaciones médicas, pues además de su lucha contra el cáncer durante la grabación de «Harry Potter y el Misterio del Príncipe», también se enfrentó a la enfermedad de Graves, padecimiento que presuntamente terminó con su vida este 27 de septiembre.
¿Qué es la enfermedad de Graves, padecimiento contra el que luchó Maggie Smith?
De acuerdo con médicos expertos, la enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune que afecta la glándula tiroides, provocando que esta produzca un exceso de hormonas tiroideas, lo que se conoce como hipertiroidismo. Este padecimiento ocurre cuando el sistema inmunitario genera anticuerpos que estimulan la tiroides, lo que ocasiona un aumento en la producción de estas hormonas, y es más común en mujeres y generalmente aparece antes de los 40 años, aunque puede presentarse en cualquier etapa de la vida y en ambos sexos.
Entre los síntomas más comunes de la enfermedad de Graves se encuentran pérdida de peso, nerviosismo, sudoración excesiva, irritabilidad, aumento de la frecuencia cardíaca y sensibilidad al calor. Un aspecto característico de este padecimiento es la oftalmopatía de Graves, que afecta los ojos y puede provocar hinchazón, irritación y la protrusión de los globos oculares; aproximadamente el 30% de los pacientes con Graves desarrollan estos síntomas oculares.
Por otra parte, el tratamiento de la enfermedad de Graves puede incluir medicamentos antitiroideos, yodo radiactivo o, en algunos casos, cirugía para extirpar parte o la totalidad de la glándula tiroides. Maggie Smith, quien fue diagnosticada con esta condición en 1988, se sometió a tratamientos de radioterapia y cirugía para controlar los síntomas, incluidos los problemas oculares relacionados con la enfermedad. Y aunque la enfermedad no fue la causa directa de la muerte de Smith, afectó su salud en diversos momentos de su vida, particularmente durante su carrera en los años 80 y 90.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO