Dentro de las variantes y el empuje de jóvenes artistas plásticas de nuestro estado es digna de citar a Estefanía Acosta Franco, pintora originaria de Reynosa, que balancea sus expresiones entre un naif y neofiguratismo primitivo, que acompañan instalaciones en la misma que delinea y configura su expresión.
Formada en la UDEM, en Monterrey, incursiona con éxito en muestras personales y colectivas que reflejan este coraje creativo de esta camada de artistas que son aliento en Tamaulipas, porque hay que decirlo nunca como ahora afloran nuevas voces, formas y colores que representan los distintos caminos de nuestra plástica, alternante, con testimonios gráficos y pictóricos, que son pruebas de artistas que recobran valor con nuevas experiencias estéticas vitales para su desarrollo. Se trata de artistas que calibran su dibujo y color, pero lo más importante que encuentran, que estas pruebas son un encuentro sensible y victorioso de su trabajo, porque es una victoria llegar y encontrar en un campo abierto de inmensas posibilidades.
Estefanía Acosta Franco se integra así a un selecto grupo de mujeres artistas bien informadas, ejercitadas a pulso y estudio en la venturosa disciplina que son las artes visuales. Su expresión, o expresiones tienen cauce popular, sus personajes son el universo cotidiano de familia, gente, cosas, soluciones primitivas que remarcan los rasgos entre las capas del naive, representaciones populares de la pintura mexicana, de una gráfica caricaturesca y emotiva.
Me atrae la atención sus propuestas de instalaciones que no se separan de eses sentido de lo popular, y que nos ofrecen una dinámica que opera en un rococo ilustrativo y dinámico, que Acosta Franco intuye. Me agrada esa variante, que pone a prueba su expresión, que son como los primeros pasos del grabado, pruebas de artista con que ciertamente configuran su personalidad y su lugar en el panorama artístico de Tamaulipas.
Presentamos una muestra de sus obras.
Por ALEJANDRO ROSALES LUGO